Ámsterdam . Día 1

¡Ámsterdam es genial! ¡Una ciudad increíble! Tiene tantos canales y puentes que es demasiado fácil perderse. Todo es exactamente igual, cada sitio. Allá donde vayas sientes que estás teniendo un dejà vu, es como si ya hubieses estado ahí. Y luego está esa sensación de estar completamente perdido, que es una de las sensaciones que más asustan al principio, hasta que te das cuenta de que es imposible perderse en Ámsterdam. ¡Estamos en Ámsterdam, Europa! ¿Cómo es que uno se puede perder aquí?

Así que te lanzas a cruzar puentes y encuentras una ciudad increíble y maravillosa para vivir o para visitar un par de días.

Lo primero en lo que uno se fija es en la arquitectura. Es simplemente imposible no quedarte ensimismado mirando los edificios, que puede que incluso alcancen cinco pisos de altura, terminando con un tejado en forma de triángulo. ¡Y son tan coloridos! En plan, quedarte mirándolos te da una sensación de tranquilidad, de emoción y de asombro todo al mismo tiempo.

Bueno, la verdad es que no tengo mucha idea de Ámsterdam porque solo estuve ahí unos días, pero os contaré las impresiones que me causó.

Era un día agradable de noviembre, con un poco de calor, cuando llegamos a Ámsterdam en tren desde el norte de los Países Bajos. La gente parecía muy ocupada y ajetreada. Unas personas estaban rodando un corto y nos invitaron salir haciendo un papel de turistas. Era el papel perfecto porque ibamos con mochilas y bolsas enormes.

Había muchísimos taxis fuera de la estación de tren. Creo que la mayor parte de los conductores eran turcos, o por lo menos en los que nosotros nos montamos. Nos dijo un montón de sitios con interés turístico a los que ir en Ámsterdam y también nos dijo que el hotel en el que nos alojábamos era muy buena elección. Era el "Hotel de París" y estaba en el centro de la ciudad.

Nuestro primero día en Ámsterdam estaba yendo de maravilla. Llevamos todas nuestras mochilas a las habitaciones y después decidimos ir a dar un paseo por las calles de Ámsterdam. Me acordé de la canción de Sting "I'm an Englishman in New York".

Todo estaba muy tranquilo, y todo el mundo sabía lo que iba a hacer. Bueno, el primero día no cuenta realmente como día porque llegamos por la tarde y tardamos un poco entre que nos preparábamos, nos relajábamos un poco y deshacíamos maletas y cosas de esas. Además, el cansancio nos dio de golpe en cuanto entramos a la habitación.

Después por la tarde nos entró muchísima hambre y decidimos salir un poco para echar un vistazo y encontrar algo que comer. Fuimos de una calle a otra hasta que por fin encontramos un restaurante muy bonito y que tenía muy buena pinta. Así que entramos y resulta que era un restaurante turco. Turquía estaba por todas partes ese día. Pedimos muchísimas cosas y he de decir que estaba todo riquísimo.

Después de eso fuimos a dar una vuelta y encontramos muchos sitios y tiendas muy interesantes que pensamos que podríamos ir a visitar al día siguiente porque era tarde y estaban cerrados. Supongo que muchos de los sitios cierran sobre las 7 de la tarde.

Había un cartel enorme que decía "yo corazón Ámsterdam" cerca del Bulldog bar. Los árboles estaban decorados con motivos navideños y luces de Navidad, y además podáis oler el humo de la marihuana porque había una coffeeshop muy cerca. Era el cumpleaños de una señora mayor que estaba sentada en un carro y había gente que estaba haciendo trucos con fuego como en un circo. La señora parecía muy contenta y sus ojos brillaban tanto como su vestido.

Fue una tarde de noviembre estupenda, llena de promesas y felicidad. Nos pasamos la tarde andando, haciendo fotos, admirando el estilo de vida de Ámsterdam, sus canales, su arquitectura, etc.

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