Día 11 en Amberes: resumen

Así que, lo hice. Fue una odisea. Encontré una habitación, aterricé y tomé el primer tren para llegar a Amberes.

Fueron 11 días y tengo que decir que el lugar es genial. Yo vivo en Sint Vincentius Straat y es muy apacible, quizá porque el hospital está cerca o porque es un barrio judío, y no te molestan hagas lo que hagas. Yo estoy un poco lejos de las tiendas y de todo en general, pero me saqué un bono mensual de transporte, así que está bien.

No sé montar en bicicleta, es algo de lo que no estoy orgulloso. ¡Así que gracias De Lijn! Además, tengo nueve compañeros de piso y tuve la suerte de conocer a una chica monísima que vivía mas allá de la esquina, que acabó convirtiéndose en una gran amiga mía, lo que significa que nunca llegué a estar solo; aunque la oportunidad de pasar parte de mi día solo me parecía de lo más atractivo cuando solicité la beca Erasmus... Pero da igual. El centro de la ciudad es precioso, no puedo esperar más a ir a verlo. El próximo jueves y viernes son los días de orientación, así que no puedo contaros aún muchas cosas sobre Amberes.

Eso sí, estoy seguro de que la vida aquí va a encantarme.

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