El siguiente lugar es de los puntos que considero se pueden tomar las mejores fotos, si no me equivoco inclusive se llegó a hacer muy famoso porque ahí se tomó la mejor foto en no sé qué año de no sé qué revista, lo sé, no estoy aportando nada de información valiosa, pero eso no tiene mucha importancia, lo que realmente importa es explicar un poco acerca de mi experiencia en el lugar y que es lo que se debe esperar del mismo.
El columpio del fin del mundo se ubica en la ciudad de Baños, o más que ciudad quizá se considere pueblo (por el tamaño), y para llegar ahí hay que subir un cerro por alrededor de 20 minutos probablemente (10 kilómetros), yo consideré que parte de la experiencia era subirlo en bicicleta (grave error) y como sabía que iba a ser una experiencia agotadora y muy difícil considere unas dos horas o más, después del segundo kilómetro la subida se me hiso casi imposible, me paraba a descansar frecuentemente y a tomar aire, olvidaba mencionar que la bicicleta la rente en el hotel que me quedé pero eso ya lo explicaré a más detalle en la publicación de baños (blog de “Sudamérica, belleza Latinoamericana”). Tengo que admitir que en un punto me vi en la necesidad de hacer trampa y pedí un aventón a la cima, no me dejaron en el lugar, pero si me acercaron al menos unos cuatro o cinco kilómetros, de subida vi que también hay gente aventurera que sube el cerro caminando lo cual también debe ser demasiado agotador, la pendiente es continua y muy pronunciada.
En la foto: el paisaje que se puede ir contemplando mientras se sube.
Otra forma de subir hasta el punto donde se encuentra el columpio del fin del mundo es con unos camiones que suben cada determinado tiempo y tienen un costo estimado de dos dólares, la desventaja de este método de transporte es que inmediatamente te asegura que estando arriba va a haber gente esperando y fila para subir al columpio, subiendo por tu cuenta te permite que puedas estar todo el tiempo que quieras y que te llegue a tocar el lugar completamente vacío (dependiendo de la fecha).
Una vez arriba tienes que pagar un dólar para entrar al terreno donde está la casita del árbol con el columpio, también hay otros columpios, una pequeña tirolesa y un restaurantito, subir a los columpios no tiene ningún costo y puedes hacerlo las veces que quieras, también un factor muy importante a considerar es el clima, ya que por la altura suele estar muy nublado y no logras apreciar el completo panorama del lugar, pero el tiempo a mí me tocó muy cambiante y en casi dos horas que estuve pude tomar fotos con las nubes y fotos con todo despejado.
Estas fotos las tomé en un lapso aproximado de una a dos horas, y es sorprendente la diferencia de climas en tan poco tiempo.
Ya en el columpio la experiencia es muy interesante, a pesar de estar prácticamente sin gran riesgo llegas a sentir que realmente estas en un acantilado del fin del mundo, la vista es espectacular y ni se diga el tipo de fotografías que puedes tomar.
Ya de bajada el ir en bicicleta es una experiencia por su cuenta, hay que tener mucho cuidado porque al ser una bajada muy pronunciada y haber curvas el riesgo a caerse si no se sabe bien es muy elevado, además es muy peligroso porque de un lado del camino tienes el acantilado y un palso en falso y el golpe puede ser desastroso.
Yo me divertí muchisimo bajando el cerro, pero en una ocasión maniobré mal el volante y si me fui a dar un tremendo azotón contra el pavimeno, se enchuecó el asiento de la bicicleta y afortunadamente solo me raspé una mano, así que en lo personal recomiendo subir y bajar en bicicleta pero únicamente conociendo ya de antemano lo riesgos que esto conlleva.
Por otra parte el columpio vale la pena por su bajo precio y por las maravillosas vistas que se pueden percibir, además tengan por seguro que son de esas fotos que en ningún otro lado se pueden repetir.