Dónde comer en Aix-en-Provence

Si siempre has tenido la idea de que Francia= nueva cocina está conformada solo por salsitas insólitas, puedo decirte que (afortunadamente) no es así para nada. Como me gusta probar los platos típicos de cada país, decidí dedicar una publicación entera a los mejores lugares para comer en Aix-en-Provence y donde disfrutar plenamente de la gastronomía local, siempre con una excelente relación calidad-precio. Empecemos.

Crepes

Las crepes eran mi salvación, el refugio seguro en el que solía refugiarme cada vez que me echaba de menos la pizza (porque sí, todo buen italiano la echa de menos después de poco tiempo).

Primero es importante remarcar la diferencia: en Francia, las crepes saladas se llaman galettes; mientras que solo las dulces se definen correctamente como crepes.

En realidad, las galettes son típicas de Normandía, pero por suerte ya se pueden encontrar algunas de excelente calidad también en otras regiones. Su peculiaridad radica en el hecho de que la masa está compuesta por la mitad de harina tipo 00 y la otra mitad por harina de trigo sarraceno. Por eso tienen ese color marrón y una consistencia más "frágil", ¡pero puedo aseguraros que vale la pena! La forma de las galettes también es cuadrada y no redonda, como cabría esperar.

La bebida que generalmente acompaña a las crepes es la sidra (que también puede ser brut o sucré), una excelente alternativa a la cerveza para personas como yo a las que por desgracia no les gusta. Sigue teniendo un poco de alcohol, así que diría que es una versión más dulce que la cerveza.

Dónde

Los lugares en los que probé este manjar son esencialmente tres, en orden de preferencia, de mejor a "peor" (si se puede decir así).

1. La Crep'Sautière: ubicado en el centro de la ciudad, en la calle Bedarrides. Tiene una amplia gama de crepes, tanto dulces como saladas. El personal es muy amable, al igual que el dueño, y siempre intentarán serviros con una sonrisa. Al final de la comida, os sentiréis satisfechos con la calidad y cantidad, especialmente si decidís tomar también postre.

   

   El lugar también es muy bonito: desde el exterior parece pequeño, pero en realidad tiene muchas mesas y tiene un ambiente ligeramente rústico que le da aún más encanto. Los precios son normales, apenas más caros que una crêpe que te comes en la calle o que se come en un restaurante. Para estudiantes con poco dinero como yo, lo recomiendo para una ocasión especial, como visitas de amigos, de familiares o una cena romántica.

   El enlace al sitio web del restaurante (también tiene excelentes críticas en TripAdvisor) es este. Y este el de TripAdvisor.

2. Crêpes à Gogo: este "local" está en la avenida Víctor Hugo, en el paso subterráneo al lado de la Rotonde. A pesar de lo que pueda parecer (¿Una crepería en un paso subterráneo? ¿Pequeña y sucia? ), siempre hay una cola tan larga que bloquea el paso y las crepes son excelentes. Fue una de las razones que me llevaron a volver a Aix este verano.

   Ofrece una amplia variedad de crepes, el servicio es amable y los precios asequibles. Sin embargo, no hay lugar para sentarse, pero a pocos metros de distancia están los bancos del Cours Mirabeau (la avenida principal), donde podéis sentaros y disfrutar del bonito día. ¿Qué hay mejor que eso?

3. Pâtacrêpe: en la place des Augustins (también céntrica), una animada y plaza peatonal muy bonita, en la que hay otros bares también. De todos es el que menos me gusta, pero es una buena alternativa si los dos anteriores están cerrados.

   Pros: a mediodía ofrece menús que permite comer tanto dulce como salado y ahorrar un poco. Buenos precios, pero obviamente más altos que en Crêpes à Gogo. Sin embargo, me gusta mucho la ubicación, especialmente en verano, es agradable comer fuera, en las típicas terrazas provenzales.

   

Otras delicias saladas

Aunque he invertido mucho tiempo hablando de crepes, durante mi Erasmus no solo me alimentaba de eso, sino también de quiches y baguetes.

Es posible encontrar uno de excelente calidad en cualquier boulangerie y la gran ventaja es que cuestan muy poco, por lo que si vuestra beca Erasmus se está agotando y no sabéis qué comer, os recomiendo entrar en estos sitios.

A mi parecer, cuanto más pequeños y escondidos estén, mejor: son los que hacen el mejor pan y según la tradición. Por otro lado, no recomiendo cadenas (como las de Paul), que también venden buenos productos, pero que creo que tienen algo industrial y pierden su tipicidad.

Mi boulangerie favorita estaba en la calle Espariat. Aquí abajo está la foto (admito que su belleza también se debe al edificio).

También hay un pequeño local verde fuera en un lado de la plaza del Palacio de Justicia: la lleva una mujer mayor especializada en quiche, muy recomendable, dada la amabilidad, el precio (bajo) y la bondad. Prestad atención a los horarios porque está mucho tiempo abierto.

Kebab

Les dedico un capítulo aparte a los kebabs. Aunque podría pensarse que hoy en día se pueden comer en todas partes, el kebab que hacen aquí es diferente.

Como ha habido una fuerte inmigración en los últimos años, los árabes que se establecieron en el sur de Francia han abierto muchos locales, donde hacen el verdadero kebab, el que tiene la K mayúscula. Su peculiaridad es que el sabor es más fuerte y a menudo le meten las patatas fritas dentro.

Creo que en Aix está el mejor kebab de Francia de 2013 y está en la parte inferior de la calle Mignet. Superrecomendado.

También alrededor de la place des Augustins (donde está Pâtacrêpe) hay varios kebabs, que, en mi opinión, son igual de buenos, pero quizás un poco más pesados.

Especialidades dulces

Los calissons. Son los dulces típicos de la ciudad, que cuestan un ojo de la cara, pero que son muy buenos (y nutritivos). Están hechos con una especie de pasta de albaricoque cubierta con una fina capa de pasta de almendras. Descrito de esta manera, no apetecen mucho, pero os aseguro que están buenos.

El único defecto es justamente el precio. Son muy muy caros, especialmente si lo compráis en las boutiques de la avenida Mirabeau, donde venden cajas preciosas. Yo personalmente los compraba en el supermercado, donde claramente no serán tan buenos, pero por lo menos se pueden probar sin tener que donar un riñón.

Y en un día lluvioso, ¿qué se hace? Bueno, podéis ir a Coco Bohème. Es un lugar muy agradable donde preparan un chocolate especialmente caliente (muy empalagoso con nubes y más cosas), pero también tienen té, café e infusiones. Pero atención: el chocolate caliente francés es como nuestra leche con chocolate.

Es obligatorio quitarse los zapatos al entrar (haya lluvia o sol... Así que tened cuidado con los calcetines que elijáis), se baja a una planta subterránea donde los teléfonos móviles no tienen cobertura (Oooh) y donde hay cómodos bancos y sofás en los que puedes pasar toda la tarde. Puedes estudiar, chatear o incluso jugar a los muchos juegos de mesa puestos a disposición de forma gratuita por el club.

Me olvidé: en días lluviosos el chocolate caliente cuesta la mitad. ¿No está mal, eh?

A evitar

Por último, ¿cuáles son los alimentos a evitar en Aix?

Aix generalmente está considerado el París del sur, por su arquitectura y sus precios. Evitad la pizza, que cuesta de diez euros en adelante, a la que a menudo no echan mozzarella, sino otros quesos, y que no tiene nada que ver con la nuestra.

Evitar la pizza en Aix, en mi opinión, significa evitar un robo y una comida poco satisfactoria.

Para acabar, también debemos tenemos que dejar a un lado la idea del helado. Lo que mis amigos franceses definieron como "el mejor helado de Aix" es en realidad un helado estándar en Italia, no diría que es excepcional, pero cuesta una fortuna.

Pero, por otro lado, vas de Erasmus para descubrir nuevas culturas y nuevas tradiciones (especialmente culinarias), ¿verdad?