Mi increíble viaje al Valle de los Templos (Agrigento)

Quizá nunca habéis oído hablar de Agrigento. No pasa nada. Yo tampoco lo conocía hasta que mi madre me habló de este increíble lugar en el que vivieron nuestros ancestros. Tras descubrir su existencia, busqué formas de ir hasta allí, sobre todo porque estaba en Sicilia y esta ciudad es un sitio que todo el mundo tiene que visitar.

Agrigento es una ciudad al sur de Sicilia que se fundó entorno al s. V a. C. Está en una colina con vistas al mar Mediterráneo y a África. La ciudad fue fundada por los colonizadores griegos y su primer nombre fue Akragas. Tomaron este nombre de un río que pasaba cerca de la ciudad. Akragas pasó por muchas manos, especialmente después de que los cartagineses y los romanos lucharan por el control de la isla. Estos últimos ganaron e hicieron suya la ciudad, controlando así a la población griega que vivía allí. Después, tras la caída del Imperio Romano, muchos reinos, como el de los vándalos, los alanos y los ostrogodos intentaron hacerse con la ciudad y con Sicilia. Quedó destrozada durante la conquista de los pueblos del norte, más conocidos como vikingos, que estaban conquistando las zonas del sur de Europa para asentarse allí.

Finalmente, la ciudad pasó a estar en manos de los borbones, que formaban parte de la familia real española y que controlaron la isla durante un siglo. Por último, la ciudad se anexionó al territorio italiano tras la llegada de Garibaldi. Así ha permanecido hasta la actualidad.

Agrigento, o Akragas como algunos la siguen llamando, es, sin duda, una ciudad con mucha historia y mucho que contar. En ella hay muchas culturas y su diversidad puede verse en todas partes. Su belleza es cautivadora y, cuando fui, me enamoré de ella. Si os gusta la historia antigua, es un lugar que tenéis que visitar si tenéis la oportunidad de viajar a Sicilia.

En mi viaje a Agrigento, visité el Valle de los Templos, que es la atracción turística principal. Está un poco lejos del centro de la ciudad, pero se puede llegar fácilmente en un autobús público se coge en la estación principal de Agrigento. Mi viaje duró unas tres o cuatro horas porque el yacimiento arqueológico es enorme y está lleno de sitios que merece la pena explorar. Si decidís visitarlo, aseguraos de planear bien vuestro viaje para que os dé tiempo a verlo todo.

¿Cuál es la forma más sencilla y segura de ir desde Catania hasta Agrigento?

La forma más sencilla y segura de llegar desde Catania a Agrigento es en autobús. Los billetes cuestan unos 14 € cada trayecto y se pueden comprar en la estación central de Catania. El viaje dura unas dos horas y el autobús para en la estación Nuova Omniabus de Agrigento.

Cuando llegamos, preguntamos en las ventanillas de atención al cliente cómo podíamos comprar los billetes para ir al Valle de los Templos. Los que iban hasta allí eran los números 1, 2 y 3. Tuvimos que salir y compralos en el quiosco más cercano, que también vendía café y periódicos. Costaban unos 2 € y nos dejaban a la puerta del complejo. En poco tiempo estábamos en el Valle de los Templos.

Sin embargo, os aconsejo que miréis los horarios de los autobuses para que no perdáis el último, ya que en muchas ocasiones el último pasa sobre las seis de la tarde.

Guía del Valle de los Templos

Cuando llegué al Valle de los Templos, tuve que caminar un poco por el yacimiento hasta llegar a la ventanilla y recoger mis entradas. La normal para personas de hasta 25 años cuesta 10 €, mientras que la reducida son 5 €. Después de comprarla seguí paseando por el recinto, por un camino que me llevó hasta las primeras excavaciones.

Templo de los Dioscuros

El templo de los Dioscuros, también llamado templo de Cástor y Pólux, es una de las primeras ruinas que vi nada más entrar. Es un templo dórico construido entorno al s. V a. C. De él solo quedan cuatro columnas dóricas amarillentas y otras partes que están en el suelo. Sin embargo, el templo de Cástor y Pólux, dos hermanos semidioses que ayudaban a los marineros, era fascinante incluso estando derruido en la actualidad.

Los telamones y el templo de Zeus

Un poco más allá encontré el famoso templo de Zeus y sus telamones, a los que se hacía referencia como gigantes o atlantes. Los telamones eran estatuas enormes que sostenían el templo de Zeus, pero actualmente están tumbadas en el suelo. Cada una mide ocho metros de alto y todas tienen forma de figuras masculinas. También representan a los cartagineses derrotados a los que la gente quería castigar haciéndoles soportar el templo de Zeus.

Actualmente no queda mucho del templo original, pero las estatuas están bastante bien conservadas y tuve la oportunidad de caminar entre ellas y observarlas de cerca. Aunque sea un edificio destruído, pude hacerme a la idea de lo enorme que era. Entre las ruinas quedaban las enormes columnas dóricas, los arcos, los capiteles y unas escaleras que llevaban hasta la entrada al templo. Sinceramente, es fascinante verlo aunque esté en estas condiciones. El tamaño que tiene todo es impresionante, deja entrever que el templo era inmenso.

Templo de Hércules

Al lado del templo de Zeus está el de Hércules, el más antiguo de todos los del valle. Se construyó entorno al s. VI a. C. Por desgracia, no queda mucho de él, excepto unas enormes ruinas y ocho columnas dóricas hechas de piedra caliza que está un poco quemada, lo que sugiere que muchas culturas pasaron por allí y que lucharon por quedarse con estos terrenos tan fértiles. A pesar de ello, es muy fácil imaginarse cómo fue el edificio en la antigüedad y el tamaño que tenía. También me resultó agradable verlo y disfrutar de las increíbles vistas del mar Mediterráneo que hay desde este lugar. ¡Es alucinante!

Templo de la Concordia

Mientras caminaba por el camino pautado, vi un nuevo edificio, aunque éste no pertenecía a la época griega. Lo rodeaba un precioso jardín y estaba cerrado al público, pero descubrí que perteneció a un arqueólogo inglés que trabajó en las excavaciones y restauraciones del yacimiento a principios del s. XX. Después, tras caminar un poco, llegué al prominente templo de la Concordia, que también está muy bien conservado. Es uno de los más grandes de toda la época clásica y actualmente está incluso mejor conservado que la Acrópolis de Atenas.

El templo de la Concordia o el templo "que se consagró a la armonía entre las personas", como lo llamaban, se construyó entorno al s. VI, al igual que otros edificios del valle. Durante el periodo de la cristianización, en el Imperio Romano, el templo se convirtió en una basílica y se consagró a san Pedro y san Pablo. En esta época se hicieron algunos cambios en los arcos del templo, se añadieron tumbas y se decoraron las paredes con diferentes colores. Sin embargo, la apariencia general del templo se conservó y pude disfrutar de su magnificencia.

A la derecha del templo de la Concordia hay una representación artística muy interesante de la caída de Ícaro que, según cuenta la leyenda, encontró Agrigento cuando estaba volando desde Creta.

Templo de Juno

Más tarde seguí recto por el camino, que me llevó hasta el templo de Juno, la diosa del matrimonio. Para entrar hay que subir unas escaleras que llegan hasta lo alto de la colina en la que se construyó entorno al s. V, es decir, un poco más tarde que el resto de edificios del valle. Sin embargo, aguantó los duros eventos que tuvieron lugar en la isla de Sicilia. Actualmente, es uno de los templos mejor conservados del valle y desde él hay unas vistas preciosas sobre la costa sur de Sicilia y el mar Mediterráneo.

Por desgracia, no tuve tiempo de visitar el templo de Asclepio, el de Hefesto y el museo arqueológico regional Pietro Griffo, donde muchas cosas de las encontradas en el Valle de los Templos están expuestos. Espero poder regresar algún día para visitarlo.

Tras caminar todo el día por este increíble yacimiento arqueológico de Sicilia, me sentía plena, fascinada, emocionada y satisfecha. El Valle de los Templos es uno de esos sitios que os maravillará. Es increíble, se lo recomendaría a todo el mundo. Con un poco de suerte, podré volver algún día para visitarlo de nuevo.

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