¿Y qué pasa con la comida?
Tras acabar la saga "¿Ir con pareja o sin pareja en Erasmus?", toca de nuevo volver a recuperar la estela de mi historia en la ciudad de Łódź 2012/13, recordando que dejé el tema tras el primer día del curso de polaco.
Me sentía cansado, cinco horas de un idioma nuevo y el cual encima te lo explican con otro idioma que no es el tuyo nativo (inglés en este caso), hacen que tu cerebro necesite un descanso. Además, era aun más lógico todo, puesto que había dormido una escasa hora y media, debido a la aparición del "monstruo" en mi habitación y sus terribles ronquidos.
Nos volvíamos de aquel edificio catorce donde se daban las clases de polaco, todos los de la residencia ocho juntos (menos el "bicho" que se iría con otras personas que llegaron en el mismo día que él); y mientras comentábamos lo que habíamos aprendido y lo cansados que estábamos; había que ir empezando a pensar ya en la comida. "¿Y qué pasa con la comida?" Preguntó uno de ellos cuando su tripa rugió. Pues con la comida pasaba que no todos teníamos frigorífico en la residencia y por lo tanto, no muchos de nosotros tenía comida para gastar y guardar. Decidimos hacer la compra en el famosísimo supermercado de la residencia (Biedronka), del cual cogimos una bolsa con patatas, filetes de pollo y un pescado que no debía de ser muy bueno cuando costaba escasos cincuenta céntimos de euro y traía unos 6-7 filetones enormes.
Llegamos a la residencia, llevamos la mesa y las sillas para comer todos juntos allí, y mientras iríamos haciendo la comida. Ya se veía cómo a alguno que otro le gustaba el tema de cocinar y sinceramente, controlaba bastante. Sorprendentemente era hombre (más de uno controla, de hecho más mujeres que hombre este año aquí), gallego, y el tiempo daría la razón para que cogiera el mando. Estaba como pez en el agua, tenía experiencia y se desenvolvía a las mil maravillas. Él actuaba y los demás le ayudábamos en lo que podíamos. Cada uno de nosotros intentaba colaborar, pero ya desde el principio de los tiempos, se nos vería que alguno de nosotros mucha idea, pues no teníamos de cocina (más allá de la tortilla de cheerios, huevos fritos, pasta y filetes, pues no había hecho yo por ejemplo nunca). Es aquí cuando debo dar el consejo número 16.
Consejo número 16: cuidado con demostrar tus dotes culinarias estando de Erasmus. Si lo haces en los primeros días críticos, ya la gente esperará que sigas haciendo de comer durante todo el año, y excepto que te guste muy mucho, acabarás harto y siendo conocido por el "cocinillas".
Es por eso, que no me lo pensé dos veces y les hablé a mis compañeros de planta, de mi famosa tortilla de cheerios (cereales redondos de miel, que hacen las delicias de cualquier paladar, dentro con leche o en cualquier comida). Mi plan era claro y conciso: me ofrecería a ayudar siempre en la cocina a los demás, hasta llegado el momento (que no sería muy tarde, para desmarcarme del apodo "cocinillas"), en el que haría tortilla de cheerios con muchas cosas extrañas (cacahuetes, miel, cheerios, mayonesa); para que una vez la prueben y no les guste (lógicamente), pues ya no podrían nunca echarme en cara que no hago de cocinar, pues creerían que no tengo mucha idea (que tampoco es del todo mentira claro, o eso es lo que quiero aparentar; jamás se sabrá). Yo entonces, ayudaría en otras tareas, como era la de fregar, poner la mesa, o recoger los platos.
Como decía, el "cocinillas" mandaba en los fuegos, que por cierto tal y como las duchas y los baños; se encontraban en medio del pasillo, a unos metros de distancia de nuestras habitaciones, lo cual a ratos era un poco molesto, ya que había que ir para arriba y para abajo con las distintas cosas (mejor eso a cocinar durante dos horas y que luego te lo comas en cinco minutos). Los fuegos no eran muy modernos, pero al menos calentaban rápido. El lugar no se llenaba de gente cocinando en horario español (16,00 la comida); ya que los polacos, que eran mayoría en la residencia (muy inteligente por tu parte Antonio dando ese dato), comían como a las 12 de la mañana. Ellos hacen un desayuno al levantarse (que suele ser pronto, mucho más pronto que la media española), comen más o menos a las 12 de la mañana, para luego cenar en torno a las 14,30. Más tarde se tomarían un aperitivo sobre las 18,00 de la tarde, pero la comida fuerte ya la han hecho anteriormente.
Así que por ello, eran pocas veces las que nos encontrábamos a otros cocinando. Hicimos nuestra primera comida comunitaria, cosa que se repetiría en multitud de ocasiones hasta ya bien pasado unas semanas, en las que lógicamente, comidas de 30 personas, dejaban de tener sentido, cuando los grupos se iban estrechando por afinidad, etc. Esa era típica comida española (mejor dicho, de medio Mundo); pero pronto nos meteríamos con la comida típica polaca que en algún próximo artículo, me veré en la obligación de explicar.
Si escribo este artículo, no es simplemente para contaros el cómo a una persona se le empezó a llamar "cocinillas", o cómo ahorrarse el esfuerzo de tener que ayudar a los demás; sino que en este post quiero comentar algo de los productos polacos. Son baratos (ya escribiré algún artículo también sobre precios, de manera más extensa), pero también les falta a muchos calidad. No es que estuvieran malos, simplemente estaban raros, cierto también que más tarde nos enteraríamos por gente polaca, que el Biedronka no destaca por su grandísima calidad; sino por sus buenos precios, que la verdad que si que los tenía.
Como decía, algún producto que otro probado aquí y en otros sitios no sabían igual. La pasta no se sabe cómo, la dejes el tiempo que la dejes, empieza a crear una especia de espuma densa que hace que el sabor cambie un poco, lo justo como para notar que del todo no está bueno el plato. Por otro lado, el arroz es difícil que no se te pegue, y chupa el agua mucho más rápido que el tradicional al que nosotros estamos acostumbrados. Del pescado no puedo hablar, porque sinceramente no tengo ni idea, eso sí, a mi me gustó la panga que probé (esa famosa de cincuenta céntimos los 7 filetones); y por supuesto no quiero averiguar de dónde viene; pero lo que si debo decir que las patatas, parecen siempre que les falta unos minutos más de fritura; pero claro, se tuestan y si las dejas más, pues se queman. No puedo olvidar tampoco el pan de molde; duro como una piedra por los bordes, hay que coger el más caro para compensar un poco este déficit, y la verdad es que le sigue faltando algo que hace que aunque le metas muchos ingredientes al sandwich, no lo terminas de saborear debido al pan, que le quita el sabor. El pollo en cambio no estaba malo.
Nota: no soy chef, ni crítico de cocina, simplemente juzgo porque gente polaca me ha comentado lo que ha pasado en los últimos años en el país.
Esto, no es otra cosa que la bajada general de calidad en los productos, ya que los mejores del país son exportados hacia otros países. Además, con la entrada de Polonia a la Unión Europea, dicen los polacos, les han obligado a producir menos, y si encima se vende lo mejor; pues termina pasando esto que cuento, que no es otra cosa que el hecho de tener los productos de peor calidad en tu propio país de creación.
Pero tampoco me quiero meter en estos líos, y sólo translado la opinión general de las personas que viven aquí en la ciudad. Yo me lo comí todo, al igual que los demás y el tiempo hace que te acostumbres al nuevo sabor de los alimentos, así que sin ningún problema. Y claro, tampoco vamos a pedir uno de los precios más bajos de Europa con la mejor calidad, porque no tendría mucho sentido.
Terminamos la comida, recogismos las cosas y fuímos abajo que nos habíamos enterado que había una mesa de ping pon. Yo había jugado 2-3 veces en mi vida, pero estaba entusiasmado con ello. Yo vine a la Erasmus para aprender (que bonito que me ha quedado), y si era un deporte nuevo en mi vida, pues adelante. Echamos unos peloteos y ya también había alguno que sabía muy pero que muy bien jugar a esto. Me dije a mí mismo que entrenaría hasta ganarle algún set, y aunque a día de hoy no sea especialmente bueno, si que he mejorado bastante y que más de un set le he ganado al "intratable mallorquín". Pasamos la tarde en ello y ya pensábamos qué ibamos a hacer por la noche, que aunque fuera lunes, estaba claro que había que salir y explorar la ciudad. Nos comentaron de un lugar muy recomendado para ir los lunes... era llamado algo así como "Pijalnia i vodka".....
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Comentarios (4 comentarios)
David Cornes hace 12 años
mitiquisima tortilla de cacahuetes
Anthony Power hace 12 años
no salió muy favorecida por el público, pero todos os la comistéis! jajaja
Alberto García hace 11 años
menos mal q no tuve el placer de probarla pufff
Anthony Power hace 11 años
Bueno tu tranquilo que ya haré un artículo de mis comidas Erasmus, con fotos incluídas y verás que no tenía tan mala pinta....