Viernes 17 de Junio 2016 - El último día de trabajo.
Viernes 17 de Junio 2016
El último día de trabajo, o mejor dicho el último nivel del juego el cual obligatoriamente tiene que ser el más difícil. Uno en el que he recibido todo tipo de gritos, me he herido con un clavo oxidado en la cabeza y he salvado el trabajo al jefe al ser responsable. En resumen, fue un día hermoso.
Preámbulo: Teníamos que ir a un pueblo lejano (que no recuerdo el nombre), a 80 kilómetros de Cork. Era un trabajo muy importante para el jefe. No solo porque teníamos que hacer toda la instalación eléctrica de una casa de nuevo (ya hay una existente pero es muy deficiente) sino porque el cliente en cuestión parece ser bastante importante, y lo principal, es que el jefe no tiene ni idea de cómo es que este cliente conoció de su existencia (ya que como dije, el pueblo está bastante alejado. El jefe se pregunta si el cliente lo descubrió por su página web, o porque hizo un trabajo en algún lugar cercano y el cliente vio su vehículo y anotó su número de teléfono. Sea como fuere, esto le ayudaría a obtener más trabajo de lugares más lejanos).
CREO que la casa fue comprada por los nuevos dueños y la instalación eléctrica existente no cumple ni siquiera lo más básico del (laxo) reglamento de Irlanda. Es una renovación completa que por lo que tengo entendido el jefe iba a cobrar 3000€ por ese trabajo.
Como mencioné ayer, el jefe nos citó a las 7:30 am en uno de los puentes de Cork en donde en teoría él nos pasaría a buscar camino al lugar (así no tendríamos que pasar por el negocio). Y digo “en teoría” porque lo que pasó en realidad dista bastante de ello.
Calculando lo que suelo tardar en prepararme me levanté a las 6 am. Como ya sabrán a esta altura tengo dos relojes de alarma; el que compré en el Argos y el otro es el celular que suena 10 minutos más tarde. Básicamente ocurrió que al sonar la primera alarma me levanté y la apagué (a pesar que tiene una función de snooze) pensando en “desperezarme” durante unos minutos. Sin embargo me quedé dormido y no me había dado cuenta. Por suerte el celular sonó y me levanté enseguida sabiendo que si me quedaba en la cama me iba a quedar dormido y ahí si no habría otra cosa que me despierte.
Por lo tanto me levanté, me asee correctamente, desayuné y junto al “Mendas” fuimos al punto de reunión. En el camino nos encontramos al estudiante italiano, que hoy estaba bien, y los tres llegamos temprano al punto de reunión. Estábamos expectantes de ver al jefe aparecer en su vehículo en cualquier momento. Sin embargo llegó las 7:30 am y él no apareció. Pensé que se retrazaría y por lo tanto esperamos 10 minutos, sin embargo tampoco apareció a las 7:40 am… Y ya nos estábamos preguntando que fue lo le habría pasado (aunque al menos el “Mendas” y yo ya nos estábamos medio imaginando que fue lo que pasó y todos aquellos que siguen el blog también sobre ciertos líquidos... Máxime que anoche en la eurocopa ha jugado Polonia contra no sé quien y sé que mi jefe sigue muy a muerte el fútbol). Llegó las 7:45 am y decidí llamarlo a su celular el cual no obtuve respuesta alguna, excepto la casilla de voz que el jefe jamás revisa y siempre está llena.
Tengo que confesar que de verdad deseaba que el jefe se haya emborrachado y esté con resaca por lo que decida que hoy viernes no trabajaríamos. “El Mendas” insistía que deberíamos de irnos a casa y de verdad yo estaba muy tentado a hacerle caso y volvernos, más aún pensaba que ante algún reclamo de parte de mi jefe podría decir “te hemos esperado y no has respondido, entonces nos fuimos” y liberarme de tener que trabajar el último día (con dicha excusa).
Más aún cuando 5 minutos después, a las 7:50 am lo volví a llamar y el jefe otra vez no respondió. Si me decía algo ahí estarían las pruebas que hemos esperado 20 minutos más 2 llamadas y nada.
Pero no sé… Algo dentro de mi, quizá mi ética, decía que hacer eso no estaba bien, a pesar que no le debía nada a él ni ganaría nada con hacer eso (más bien perdería). Decidí hacer lo que en mi interior consideraba que era lo correcto; decidí ir caminando al negocio a ver qué había pasado.
Estaba aproximadamente a 10 – 15 minutos de distancia a pie del negocio. Así que sin pensarlo mucho (porque si lo hacía entonces no lo hubiese hecho) he decidido ir mientras los otros dos esperaban en el lugar (por si acaso se aparecía). Hice el trayecto por el cual sabía que el jefe tenía que pasar con su vehículo por si él había partido más tarde y estuve muy atento al tráfico. Pero al llegar al negocio vi que su camioneta estaba ahí estacionada.
No pude evitar pensar en todo tipo de cosas en el trayecto. Incluso teorías en las que desembocarían en que tenga que explicarle a la Garda (policía Irlandesa) todo lo que hice en ese día con lujo de detalles.
Llegué al negocio aproximadamente a las 8:05 am y abrí el portón y la puerta delantera (que por suerte el jefe no cerró con llave). Llamé al jefe el cual apareció en calzoncillos y con cara de asustado. “¡¡La puta madre!! ¡¡Me quedé dormido!!” me dijo.
Tuve que aguantarme la risa. Al final todo se redujo a eso. El jefe se puso a asearse y a vestirse a toda prisa mientras yo esperé pacientemente (mientras tanto le enviaba mensajes al “Mendas” sobre lo que había pasado).
Él se despertó con todo el ruido que había hecho al levantar la persiana y al llamarlo. Me contó que él había puesto la alarma a las 6:30 am y cuando ésta sonó él miró el reloj y pensó “bah, quedan varias horas para empezar a trabajar” (pensando en el horario regular que nosotros llegaríamos a las 9 am) y siguió durmiendo. Tengo que decir en su defensa que eso me ha sucedido varias veces; que el sol entre fuertemente por la ventana, despertarme pensando que estoy cerca de la hora en que tengo que levantarme (diariamente a las 7:20 am) y, como estamos en Irlanda y más aún en estos meses, descubrir que en realidad son las 5:30 – 5:50 am y decir “al carajo, todavía me quedan 1 hora y 40 minutos (promedio) para dormir”.
Me agradeció mi preocupación y que lo haya despertado, nos subimos al vehículo, fuimos a buscar a los otros dos y luego pasamos por una gasolinera en donde él nos compró algunas cosas de beber para desayunar, en todo el tiempo se disculpaba por haberse quedado dormido y reconocía su error.
Hemos tardado una hora en llegar al sitio. En el trayecto hemos pasado por Bandon.
Por lo que nos contó en el lugar también habían albañiles trabajando. Durante el viaje he disfrutado del paisaje. Pero no me olvidaba en ningún momento que hoy iba a ser un día bastante duro.
Cuando finalmente llegamos descargamos todo lo que había en la camioneta y lo pusimos en una habitación. La casa era bastante pequeña y ya estaban los albañiles/fontaneros trabajando allí. Curiosamente (o no tanto) también eran polacos. También estaba presente el cliente.
El jefe se puso a hablar tranquilamente con todos ellos mientras nos quedamos esperando órdenes. Luego él se puso a analizar el trabajo, ver como debía de hacerlo e hizo algunos agujeros y huecos en la pared para pasar los cables. Aparentemente la casa tenía todo tipo de problemas generales debido a que el constructor no lo hizo de la manera más lógica. Por ejemplo, que el techo sea de cemento puro en vez de madera aglomerada o un material muy similar a este, por lo tanto no era para nada fácil de cortar. Por lo que el jefe, al encontrarse con esos detalles empezaba a putear a cuatro manos (con su ya característico “¡¡KURWAAAAA!!” Al principio no me preocupé porque no tenía nada que ver conmigo. Sin embargo estaba muy pendiente de su accionar, trataba de ponerme en un lugar en donde si el jefe necesitaba algo entonces yo pueda proporcionárselo rápidamente. Además me puse a ver y analizar los problemas con los que él se encontraba y como los resolvía, tratando de aprender de eso (y descartando lo negativo, claro está).
Luego de una hora y media de trabajo aproximadamente el jefe se puso a charlar (en polaco claro está) con el cliente. No exagero; el jefe se puso a hablar más de una hora con los presentes (y más considerando lo que había ocurrido los días anteriores lo he cronometrado). Pasado ese tiempo él empezó a dar órdenes, que en una habitación había que cortar en la pared para poner enchufes e interruptores, que había que pasar los cables. Etc.
Como ya sabrán me preocupa bastante hacer las cosas bien. Y a esta altura sé que el jefe quiere que hagamos las cosas lo más “perfectamente posible” y cualquier cosa que no sea lo perfecto nos empieza a gritar.
Quería saber a qué distancia del suelo teníamos que poner los interruptores, y a que distancia poner los enchufes. Si recuerdo bien en el reglamento Español hay distancias a respetar, pero desconozco totalmente el reglamento de Irlanda. Cuando el jefe nos dice que hagamos tal o cual cosa lo dice de manera general.
Aquí hubieron un par de contradicciones en los que no sabía qué hacer, particularmente ocurrió con los interruptores. Me puse a cortar cuidadosamente las cajas de los interruptores en la pared (utilizando el nivel para hacerlos rectos y evitando cometer los errores que hice en “la pequeña isla”) cuando el jefe apareció a los gritos diciendo “¡Jesús! ¡Eres jodidamente lento! ¡¡Tienes que hacerlo más rápido!!” entonces lo hice más rápido pero sin tomar tantas medidas y el resultado es que he cortado ligeramente más de lo que debiera. Cuando el jefe vio eso me gritó de nuevo “¿¡Acaso crees que eso está bien!? ¡¡NO!!”
Considerando lo que habíamos hablado ayer sabía que lo decía porque quería que aprendiera a hacerlo, pero insisto, ese método es para la mierda.
Lo siguiente fue quitar otros enchufes ya existentes que estaban contra la pared. Asumiendo lo que acababa de ocurrir queríamos hacerlo lo más cuidadosamente posible (tanto yo como el pobre italiano). El jefe se enojó por hacerlo lentamente y literalmente arrancó los cables junto con un pedazo de pared.
Noté la cara de desconcierto total del italiano sobre como es que anteriormente el jefe nos gritó por haber cortado un poco de más la pared, pero inmediatamente él hizo tal destrozo. Tuve que explicarle sobre lo que habíamos hablado ayer.
Sus gritos e insultos no pasaron desapercibidos para los fontaneros, los cuales le han dicho que él era “demasiado gritón y que se enojaba por cualquier cosa”. O sea, al final no era una sensación mía. Los demás lo han notado.
En otro momento teníamos que pasar unos cables debajo del suelo en el segundo piso, entre las maderas, por lo que había que hacerlo mediante un pasacables. He tardado aproximadamente 1 minuto en armar el pasacables y pasarlo por debajo del suelo. El jefe se la pasó apurándome a los gritos (cosa que es muy obvio que al hacerle eso a alguien se lo pone nervioso y es mucho más propenso a cometer errores) y diciendo “mira, hay dos electricistas (él y el italiano que miraba) esperando a que nos pases eso. ¡¡Me haces perder el tiempo!!”. También al pobre italiano le ha gritado porque hizo mal un empotramiento de las cajas. Resultó ser que al pobre le explicó UNA sola vez como hacerlo, muy rápidamente y él no se enteró correctamente de cómo hacerlo. Cuando el jefe estaba haciendo otra cosa él me preguntó y yo muy calmadamente le expliqué, paso por paso, como hacerlo, para qué servía cada cosa y como debía de quedar (basado en mi experiencia, y no en lo que el jefe me ha explicado). Al terminar la explicación noté que él entendió y para asegurarme le pregunté si había algo que no había entendido. Me dijo que no. Claro está que lo dijo porque realmente lo entendió, distinto sería que hubiese sido el jefe y le haya dicho eso. Uno termina diciendo que no, aunque no haya entendido, tan solo para no llevarse otra bronca.
El jefe constantemente nos decía “¡¡Piensa como hacer las cosas!! ¡¡PIENSA!! Pero entra en la contradicción que si tardamos cierto tiempo en ponernos a pensar nos grita por tardar demasiado tiempo.
Aún a esta altura me sigue pareciendo un poco tonto insistir al respecto, pero esa fue una de las cosas que me amargaron mucho durante toda la experiencia.
Llegado las 2 de la tarde aproximadamente el cliente nos hizo sandwiches a todos. Por lo que hicimos una pausa para comer, luego hicimos otros trabajos, más tarde el jefe se quedó hablando OTRA hora y media con los demás. Ese fue un tiempo en el cual tenía cierto temor ya que sabía lo que iba a pasar; el jefe se la pasaría charlando, y luego se levantaría y nos diría que hacer y tendríamos que hacerlo en un tiempo record. Quise evitar la situación preguntándole que era lo que quería que hagamos en el mientras tanto (así lo hacíamos con tiempo y sin prisa). Sin embargo no me respondió y efectivamente ocurrió lo que me temía; nos metió prisa y gritos.
Fue en este tiempo cuando me clavé un clavo oxidado en la cabeza, tuve cierto temor a agarrarme el tétanos pero sabiendo como es el jefe diría que parar por eso sería una “mariconada”
Más aún cuando el “Mendas” se mareó porque el jefe se puso a cortar cemento con una sierra y hubo una enorme cantidad de polvo en el aire. Tanto como para hacer que casi se asfixie, y claro está él no lleva máscaras ni nada por el estilo. Si le permitió al “Mendas” descansar un rato pero hasta ahí nomás.
Oh… Que alegría cuando llegó las 5 de la tarde y el jefe nos mandó a guardar algunas cosas en la camioneta indicando que mi último día había terminado (otras se quedaron en el lugar porque faltaban varios días para terminar). ¡Que contento que estaba al darme cuenta que el último día había terminado!
Nos despedimos de la gente y partimos en dirección hacía Cork de nuevo.
Ciertamente el jefe estaba también contento. E insisto; Él se transforma completamente cuando vuelve a casa.
Fue ahí cuando le he transmitido algunas cosas que me estaba guardando, pero de la manera más diplomática posible. Le he dicho que noté que se ponía a hablar con la gente y luego nos decía que le hacíamos perder el tiempo. No recuerdo puntualmente que fue lo que me respondió con respecto a eso. Pero si le he dicho otra cosa con respecto a los gritos:
– Una cosa que me pregunto es; recuerda cuando nos gritabas en el gimnasio para mujeres o en el supermercado polaco. ¿Qué pensará el cliente al respecto de un contratista que grita de esa manera?
Su respuesta:
– Ah, en esos sitios no hay problema porque esos clientes me conocen.
¿¿De verdad?? Nuevamente insisto en que si escucho a alguien que contraté gritar así lo mandaría a la reputa que los parió. De hecho he hablado con el “Mendas” al respecto y me contó que su padre tiene una empresa en el que también trabajan a domicilio con empleados. Su padre jamás levantaría la voz con nadie. Y ha pasado que un empleado que llevó ha gritado y su padre calmadamente lo ha mandado a casa (al menos a ojos del cliente, más tarde si le echó la bronca, pero frente al cliente NO).
Y también de nuevo insistió que si nos gritaba era porque quería que nos volviéramos unos buenos electricistas. Eventualmente desistí de decirle nada y pensé “Andate al carajo”.
Pero al igual que el jefe tiene ese lado de mierda, también tiene un lado bueno, a la vuelta pasamos medianamente cerca de unas playas y él nos preguntó si queríamos darnos un paseo por ahí. Por supuesto que aceptamos. El jefe se desvió y nos bajamos en un par de playas irlandesas a pesar que a las 7 tenía que ir a ver a otro cliente (ya sin nosotros claro está).
Algunas de las rocas parecen volcánicas. Sin embargo no soy geólogo como para decir si lo son o no.
Que bonitas florcitas. Están por todas partes.
A la vuelta hemos pasado de nuevo por Bandon. Esta vez por el centro del pueblo. Ciertamente fue curioso volver a pasar por allí porque me imaginaba que no volvería a ver ese sitio en la vida. Pero ahí estaba, pasando por última vez. Y si bien pasaron apenas 2 meses desde que estuve viviendo ahí me parecieron como si hubiesen pasado 2 años. Se lo he dicho al “Mendas” y él tuvo la misma sensación. Ciertamente Bandon tendrá un lugar en mis recuerdos por la cantidad de experiencias que tuve, el hablar inglés, tener contacto con la cultura Irlandesa, mi buen casero, la empresa coordinadora, la incertidumbre de donde iba a trabajar y a donde iba a quedarme. El tener que traducirle a los demás (Y esa sensación de dependencia que tenían con respecto a mi) Que se yo. Fueron varios los recuerdos que se me vinieron a la mente.
Como sabrán he tenido serios problemas con el internet de Three. Ya sabrán que Three andaba MUY mal en Bandon y fuera de Cork directamente no funcionaba. En ese pueblo que fuimos, al igual que el resto de Irlanda el internet de Three NO funcionaba. Solo por si acaso revisé el internet de Three en Bandon y comprobé que andaba MUY mal, pero andaba. Al llegar a Cork volvió a funcionar lo más bien.
Insisto otra vez: NO contraten el Internet de Three, su tarifa de “Todo ilimitado por 20€” son solo cantos de sirena.
Eventualmente llegamos a Cork y volví a la residencia. Mañana Sábado tengo que volver al negocio por el tema de los últimos papeles que el jefe me tiene que firmar y para darnos la despedida. Sin embargo ya me estaba sintiendo grandemente aliviado por no tener que volver a trabajar con esa persona nunca más.
Ahora bien, si tengo que juzgar digo que mi jefe es una buena persona con buenos valores. Eso es algo que no me queda ninguna duda al respecto. Es el tipo de persona que aprecia las buenas acciones, los favores y demás cosas que alguien hace por él. Tiene una buena ética dentro de todo. Y como ya he mencionado quiere que aprendamos (después de todo esa es la idea de tomar estudiantes del proyecto Erasmus). El problema primario que le he notado es que al ir a la zona de trabajo se transforma en una persona completamente diferente, alguien muy irritable y hasta cretina.
Ahora mismo me hace acordar que en mi niñez he visto un dibujito de goofy en el cual mostraban a una persona muy, muy amable diariamente, pero que se transformaba en alguien extremadamente distinto, irascible y violento al ponerse detrás del volante de un coche…
*se pone a buscar en internet dicho dibujito al respecto*
Increíblemente lo he encontrado en youtube. Y juro que mi jefe en el trabajo, INCLUSO AL VOLANTE es más parecido a esto de lo que uno se puede imaginar:
(Goofy, Motor manía, año 1950)
https://www.youtube.com/watch?v=p4CclRfYkVc
Aunque es una exageración, sinceramente esto es lo primero que se me viene a la mente después de tanto tiempo, y después de ver sus cambios de humor, entre que se le ilumina la cara al transmitirnos experiencias y agradecerme por lo que hago por él o hacer cosas por nosotros como acercarnos a la residencia cuando llueve o el paseo por la playa, y esa otra faceta en la cual nos grita por ser lentos o por cometer errores o por no rendir tanto como lo hace él.
A pesar de esto sinceramente preferiría estar con alguien más positivo y más predecible. Pero bueno, esto es lo que hay hoy por hoy. Pero por lo menos ya no tendré que lidiar más con él (y espero nunca más tenga que tratar con alguien así en la vida).
Recuerdo que días atrás he mencionado el libro “secretos de la mente millonaria” de Harv Ecker. Al final he decidido no gastar dinero en ello. Pensé en imprimirlo y regalárselo en modo “chapuza” pero al final he optado por el mínimo esfuerzo posible que consiste en llevarle la versión PDF del libro, contarle de él y copiarselo a su computadora. Aún estoy debatiendo si realmente hacerlo o decir “al carajo con esto, no le digo nada, tendré mis papeles firmados y no lo veré nunca más” Eso dependerá de las ganas que tenga mañana de pasarle eso, aún a sabiendas que eso puede mejorarle la vida para bien.
Una de las primeras leyes de los secretos de la mente millonaria es no quejarse, porque al quejarse uno atrae lo semejante (por ley de atracción). Pero más allá de esto es que uno le pone toda la energía a algo que uno no quiere y declara abiertamente “me siento impotente ante este problema” y mi jefe lo declara constantemente a cada rato. En ese libro mencionan que la gente que se queja constantemente de sus problemas o dice “¡¡Todo me sale mal!!” generalmente tienen una vida de mierda. Y ciertamente lo he notado en él. La ley de Murphy se le aplica a la perfección: “Si algo puede salir mal, saldrá mal.”
El jefe contaba que de cuando en cuando tiene contacto con sus antiguos trabajadores (como nosotros) por facebook, pero claro está, no le he dado ningún “me gusta” a su página ni le he dicho cual es la mía. Es que de verdad no quiero saber más nada al finalizar la experiencia.
De todas maneras, al volver a casa me sentía tan contento y tan lleno de vida que me he puesto a bailar. Mis movimientos terminaron poniendo nervioso al “Mendas” al punto que lo he “rayado”. Eso fue gracioso y al saberlo lo he hecho más todavía tan solo para vengarme un poco de tener que aguantar sus estupideces durante casi dos meses.
En general he empezado a ver la vida de otra manera. De una manera en la que SIEMPRE debería de haberla visto; un mundo maravilloso en donde merece la pena ser vivida de la mejor manera posible.
Estoy contento. Y a pesar de mis esfuerzos por describirlo lo mejor posible hasta siento que es insuficiente. Pero lo intento. Y sinceramente espero que mis experiencias ayuden a cuanta gente sea posible… Y por eso digo lo siguiente: Señores empleadores; al igual que ese cartelito de un coche de “tu bocina no me helicopteriza”
Fuente: http://www.kerisa.net/wp-content/uploads/2012/06/bocina-helicoptero.jpg
Gritarle a sus empleados no los convertirá en aquellos seres que ustedes desean que sean; eficientes, que hagan el trabajo perfecto en un tiempo record. Y en definitiva que sean tanto o mejores que ustedes. No, tan solo los llenarán de miedo (a aquellos que de verdad de se preocupan por su trabajo) haciendo que cometan más errores. O que directamente los manden al carajo.
Gastos del día: Lidl: Sidra 2L: 3,80€
Promedio diario: 13,43€
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