Un salida cultural: les Ballets Jazz de Montréal (mon amour !
Esta noche fui a ver un espectáculo de la compañía Les Ballets Jazz de Montreal. No, no es que haya regresado a esa magnífica ciudad (¡lo haré! :D). Están de gira por Europa, más específicamente en Francia. Y hoy tuvieron una presentación en el teatro de Villefranche sur Saône. Esta ciudad queda a aproximadamente una hora de Lyon.
Hace algunas semanas (dos, me parece), fui a ese mismo recinto. Pero no fue para un espectáculo de danza, sino para un concierto de música con la Orquesta del Conservatorio Nacional de Lyon. Como ya les conté en otro artículo… ese concierto no me gustó tanto :p Eso de la modernidad no siempre es buena idea x)
Así que esta noche, tenía un poco algunas reservas sobre el show que vería… no sabía si me iba a gustar, si iba a estar bien o si iba a ver un espectáculo con movimientos locos, sin sentido… en fin, fui ahí esperando que fuera algo de mi agrado.
Aunque debo confesar que, debido a mi amor por Montreal,tenía una predisposición positiva respecto a este evento ^^ ¡Y afortunadamente no me equivoqué! ;) Así que en este artículo les platicaré sobre lo que vi y lo que aprendí sobre esta compañía.
La sala antes de comenzar el espectáculo... ¡estaba llena! Eso era una buena señal... al menos eso desée, ¡pero afortunadamente no me equivoqué! ;)
Llegando a la sala…
El espectáculo era a las ocho y media de la noche. Llegamos con algunos minutos anticipación, veinte o quince me parece. Noté que había mucha gente... ¡Más que para el concierto de música de la vez pasada! Pensé que eso podría ser una buena señal… aunque bueno, a veces eso tampoc es gran garantía, eh :p
Entramos, nos dieron nuestros boletos y, a diferencia de la vez pasada, los asientos estaban numerados. Nos tocó en la cuarta o quinta fila, contando a partir del escenario. Creo que nos tocó un buen lugar porque no estábamos justo al frente, sino en la parte lateral. De esta forma, pudimos apreciar mejor el show, sin tener que estar torciendo el cuello a causa de la cabeza del de adelante :P
A propósito, la sala estaba prácticamente llena… ¡incluso la parte de arriba! La vez pasada, no había sido así. Recuerdo que todas las filas del frente estaba vacías. Pensé que eso era un buen augurio sobre la calidad del espectáculo que estábamos por presenciar…
El show comenzó con algunos minutos de retraso, así que empezábamos a estar ansiosos. ¡Queríamos ver si ese espectáculo nos sorprendería de manera positiva!
El primer número: Mono Lisa
Apagaron las luces y la música empezó. El primer número se llamaba Mono Lisa (sí, así se llamaba, no vayan a creer que me equivoqué al escribir la palabra :P ) y es una creación del coreógrafo israelí Itzik Galili. Había visto en el programa que duraría sólo ocho minutos… tiempo suficiente para ver si el resto del espectáculo valdría la pena o si, de lo contrario, sería solamente una serie de movimientos locos sin sentido… (ya me ha tocado ver ese tipo de cosas, recuerdo uno en Puebla con un bailarín y un botecito… x) ).
Al abrir el telón, vimos únicamente a dos bailarines, un hombre y una mujer. No había grandes elementos para la escenografía. Sólo dos hileras de lámparas blancas que iluminaban a los artistas. Estaban vestidos con una ropa que parecía ser de algodón, de color anaranjado y café (sí, súper bien combinados :p).
La música era… especial. Al inicio, debo decir que no me gustó porque sólo eran unos chirridos. Aunque sus movimientos eran impresionantes, la música me parecía más bien un ruido sin armonía :/ Pero sólo duró unos cuantos minutos (¡afortunadamente!) porque después se transformó en una música con ritmo electrónico.
¡Los artistas en el escenario desprendían una energía y una fuerza sin igual! La manera en la que movían sus cuerpos, así como las partes en las que bailaban sincronizadamente, dejaban a los espectadores sin aliento.
Ese primer número duró sólo ocho minutos… lo suficiente para habernos convencido de que la totalidad del espectáculo valdría la pena. En cuanto terminó, todos los asistentes de la sala aplaudieron con mucho entusiasmo,yo entre ellos por supuesto.
(Foto tomada de : https://www.facebook.com/LESBALLETSJAZZDEMONTREAL/photos/pb.163444567046806.-2207520000.1458916406./1001897323201522/?type=3&theater )
El segundo número: Rouge
Después de una pausa de cinco minutos, empezó el segundo número: Rouge. Era un espectáculo que duró treinta y seis minutos y es una creación del coreógrafo brasileño Rodrigo Pederneiras.
Se trataba de un homenaje a los pueblos amerindios de Canadá. Es por ello que la música de este número contenía ruidos de olas y del viento, así como ruidos de animales y sonidos guturales. Todos esos elementos son característicos de la música tradicional amerindia.
Rouge en francés quiere decir rojo. Y es precisamente el color que predominaba: cuando el telón se alzó nuevamente, vimos que el fondo del escenario estaba iluminado de rojo. Poco a poco, fueron saliendo varios artistas. Estaban vestidos con ropa que hacían pensar en los trajes típicos de los indios americanos. Sus rostros estaban pintados también de acuerdo al maquillaje tradicional de esos grupos indígenas.
Este segundo espectáculo se trató de una coreografía grupal en la que participaron un total de catorce artistas. En realidad, no se trataba de un solo número, sino de varios, presentados uno tras otro.
A veces todos los bailarines actuaban en grupo, otras veces sólo las mujeres o los hombres. Hubo algunos momentos en donde únicamente un dúo de artistas estaba en el escenario. Rouge no contaba ninguna historia, así que eso daba lugar a una mayor libertad de interpretación de parte de los espectadores.
Nuevamente, quedé impresionada ante la fuerza y la energía de sus movimientos. Hubo una parte que me pareció muy emotiva y conmovedora. Los artistas bailaban lentamente, como en cámara lenta. Simulaban estar en un campo de batalla, corriendo en medio de los disparos y tratando de escapar de ellos.
Las expresiones faciales de los artistas, así como sus movimientos, transmitían el dolor y la angustia de los conflictos armados. Hubo una parte en la que los hombres morían y las mujeres, cubiertas de un velo negro, lloraban sosteniendo sus cuerpos. Un hombre más salía enarbolando una gran bandera roja, ondeándola lentamente como signo de paz. En ese momento, los hombres resucitaban y las mujeres se levantaban para continuar la danza…
Era una escena que no me esperaba, no creí que un espectáculo de danza pudiera despertar, provocar emociones tan intensas…sin darme cuenta, me quedé estupefacta e incluso sentí cómo las lágrimas estaban a punto de salir.
(Foto tomada de : https://www.facebook.com/LESBALLETSJAZZDEMONTREAL/photos/pb.163444567046806.-2207520000.1458916406./1054786174579303/?type=3&theater )
Una pequeña pausa…
Después de ese número arrebatador, hubo una pausa de veinte minutos. Dijimos que, si no nos gustaba el espectáculo, en la pausa aprovecharíamos para irnos… pero, como ya se lo pueden imaginar, no lo hicimos. Estábamos ansiosos por ver lo que la segunda parte del show nos reservaba.
Escuché que otras personas de la sala, que otros asistentes comentaban que era un espectáculo muy vivo y sorprendente. ¡No pude más que estar de acuerdo con ellos!
El número final: Harry
La pausa terminó y todo mundo regresó a sus lugares. Apagaron las luces y el telón se abrió por segunda vez. Había visto que esta segunda parte duraría cuarenta y cinco minutos. Al principio, cuando no sabía si me iba a gustar o no la representación, tenía miedo al ver que esos números iban a durar tanto :p Me dije: “¡Oh, no! Si dura eso y me aburro… va a ser una tortura larga :(”
Pero después de haber visto los dos primeros números, ¡no podía más que alegrarme de saber que aún quedaba casi una hora del show! Había leído en el programa que esta pieza era obra del coreógrafo de origen israelí Barak Marshall. Eso explicaba el que en este número hubiera pasos de jazz pero también aquellos de las danzas folclóricas de Israel, así como partes donde esta música estaría presente.
Cuando abrieron el telón, vimos a los catorce bailarines sobre el escenario, vestidos a la moda de los años treinta. Esto era completado con una música del mismo estilo… ¡al escuchar esa música me daban ganas de pararme a bailar yo también! Aunque bueno, me tuve que aguantar porque sé que no lo habría hecho taaaan espectacularmente como aquellos profesionales :P
Al leer eso, me dije que me gustaría. Y no me equivoqué. A diferencia de Mono Lisa y de Rouge, Harry sí contaba una historia… aunque no me pregunten cuál por qué no era una simple historia lineal con “inicio, nudo, desenlace”. Asimismo, en esta pieza, había algunas partes con unos cortos diálogos, con un toque de humor.
En pocas palabras, el tema central de Harry eran los conflictos “existenciales” y las batallas internas que cada ser humano enfrenta día a día. Tal vez si se los cuando así, no les diga gran cosa y hasta les parezca sin sentido la frase anterior… pero no puedo más que decirles que tienen que ver esta pieza por ustedes mismos porque realmente vale la pena.
Una vez más, los movimientos y las acrobacias de los bailarines nos dejaron sin aliento.Ah, por cierto, ¡me derretí en la parte en la que los artistas hablaron! Y es que con su lindo y charmant acento quebequense… ¡me recordaron ese amor por Quebec, la Belle Province! <3 Y noté que eso tampoco dejó indiferentes a los demás asistentes, porque a los franceses les resultó gracioso el escuchar a sus primos québécois.
(Foto tomada de : https://www.facebook.com/LESBALLETSJAZZDEMONTREAL/photos/pb.163444567046806.-2207520000.1458916406./1054786137912640/?type=3&theater )
Respecto a la música, hubo partes donde bailaban melodías de los años treinta, otras donde interpretaban canciones folclóricas israelís. Hubo incluso una parte donde la música de fondo era la famosa pieza “O mio babbino caro”. Recuerdo también que en un momento dado, cuando empezó otra melodía, me dije: “Esa se me hace conocida… yo la he escuchado antes”. ¡Era una canción que había bailado yo misma en un curso de danza oriental fusión!
Me pareció muy interesante el ver cómo esa canción era interpretada con pasos de danza jazz y, aún más, con artistas profesionales y dentro de un espectáculo lleno de energía.
El tiempo pasó volando y cuando me di cuenta, había llegado a su fin. Pero la noche no había terminado aún porque habían anunciado que después del show, habría un pequeño encuentro con los artistas.
El encuentro con los artistas…
Aunque yo me esperaba a que los mismos bailarines salieran de nuevo para poder conversar con el público, en realidad fue el director artístico de la compañía quien se encargó de esta última parte.
Me pareció muy interesante esta parte porque habló un poco la historia de la compañía, así como del trabajo que realizan. Dijo por ejemplo que han estado en gira en Europa desde hace ocho semanas y que tienen un ritmo intensivo. Ya se podrán imaginar: entre ensayos, espectáculos, cambio de ciudad, hacer las maletas y todo lo demás.
Dijo también que las piezas de los Ballets Jazz de Montreal son mucho más libres en términos técnicos. Es decir, que los movimientos y los espectáculos no son tan rígidos como los de la danza clásica. Además, menciono también que, para poder llegar hasta la representación final de un número, se requiere de muuuucho tiempo.
Desde la creación hasta la concepción final (vestuarios, escenografía, luces, etcétera), se llevan en total dos meses… sólo para una pieza de cuarenta a cuarenta y cinco minutos. Y es que explicó que, en promedio, un minuto de danza toma un día entero para ser concebido…¿se imaginan eso? :O
Los artistas al final del espectáculo... ¡fueron ovacionados de pie, con una lluvia de aplausos! El señor que estaba delante de nosotros, escuché que al irse dijo: "C'était très, très bien, un très, très beau spectacle". Creo que todos los asistentes nos quedamos con la misma impresión... ¡Un espectáculo magnífico e inigualable! Espero tener la oportunidad de verlos nuevamente porque sé que tienen un vasto repertorio
También dijo que la pieza Harry, respecto a las partes habladas, es interpretada en más de un idioma (español, inglés, italiano). Contó que cuando fueron de gira por China, dudaron en adaptarla en ese idioma… pero finalmente no lo hicieron, aunque me imagino que habría sido un desafío interesante.
Por cierto, en cuanto a las nacionalidades de los artistas del ballet, la mayoría son canadienses, pero también hay una francesa y un brasileño.
Me pareció también muy interesante saber que cuando están en Montreal, el ritmo de trabajo de los bailarines es como un horario de oficina “normal”: llegan a las nueve de la mañana, empiezan los ensayos a las diez, tienen una pausa a mediodía y se van a las seis de la tarde.
Algo que también llamó mi atención fue el que dijera que cada año hacen nuevas creaciones y que, para este fin, invitan a coreógrafos extranjeros. Eso explica el que las tres peizas que vi ayer eran, cada una, de autores distintos.
El encuentro duró alrededor de treinta, cuarenta minutos. Aunque ya estaba algo cansada porque ya era tarde (¡poco más de las once! :O ), me dio mucho gusto el haberme quedado a esa parte porque me permitió aprender más sobre esta compañía…. ¡cosas que nunca habría imaginado, como el tiempo necesario para la creación de una sola pieza dancística.
Además, el director fue muy simpático. Ah, en un momento dado, habló sobre la ciudad de Montreal y dijo que es una ciudad muy dinámica, llena de vida. No pude resistir la tentación de decir en voz alta: “¡Y muy bella! <3”. Vi que le dio gracia el que alguien hubiera dicho eso :3 (¡Y realmente lo pienso! :D ).
Finalmente, los artistas no salieron más. Creo que es normal porque debían estar muy cansados después del show que venían de dar. Al terminar, antes de irme, me acerqué al director y a la bailarina principal (que fue la única que sí salió nuevamente para este encuentro con el público).
Le dije que me había muchísimo el espectáculo, que estaba muy, muy contenta de haberlos podido ir a ver. Le expliqué que soy mexicana pero que pasé algún tiempo en la bella ciudad de Montreal y que quedé enamorada de ese lugar, así como de su cultura y su idioma. Le pregunté también si habían ido a México y me dijeron que sí, que habían ido a la capital del país y también a Guanajuato, para el Festival Cervantino. ¡Les dije que la próxima vez tenían que ir a Puebla! :D
El director fue muy amable y se interesó cuando le dije que había estado en Montreal. Al final, nos despedimos de la mano y me fui muy contenta por ese impresionante espectáculoque acababa de presenciar.
El director artístico, Louis Robitaille (quebequense), y la bailarina estrella del Ballet, Céline Cassone (francesa)... ¡fue muy interesante y enriquecedor el escucharlos!
Conclusión
Si ustedes tienen la oportunidad de ir a ver la compañía Les Ballets Jazz de Montreal, ¡no lo duden! ¡háganlo! Realmente vale la pena. Sus espectáculos son impresionantes, llenos de energía y fuerza. Estoy segura de que provocarán en ustedes emociones inesperadas. Pasarán un momento inolvidable. Yo, ¡vaya que lo hice! :)
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