Tapas
Si preguntas en cualquier lugar en el extranjero, una de las primeras cosas que te nombrará cualquier persona sobre España son las tapas. Y, por suerte, es una de las cosas de las que podemos estar realmente orgullosos, ya que todos sabemos que entre esas cosas que se suelen nombrar sobre España están cosas como los toros y… buenos muchas cosas. Pero lo más importante es todo aquello de lo que podemos presumir, y la costumbre de ir de tapas es una de esas cosas en las que hay que instruir a cualquier persona que venga desde cualquier lugar del mundo.
Tapa como aperitivo
En primer lugar, hay que mencionar que hoy en día tapa se pueden considerar un gran número de cosas. Están por todos los lados, y la forma más básica de tapa es el aperitivo que te sirven junto a cualquier bebida que pidas en un bar, ya sea vino, refresco o cerveza. Esta tapa suele ser algo muy sencillo, como patatas fritas de bolsa, frutos secos variados o aceitunas (las que siempre suelen ser la tapa estrella entre estas).
Por supuesto, no hay que pagar nada por estas tapas, son gratis, ya que se sirven como acto de cordialidad como acompañamiento a la bebida. Es importante mencionarlo porque para alguien que no conozca la tradición es muy probable que piense que le quieren cobrar por algo que no ha pedido.
Dándose una vuelta por Madrid, es posible comprobar cómo esta costumbre la han tomado bares tipo pub irlandés, los que en principio son totalmente ajenos a la misma, acercándose de alguna forma a la idiosincracia del pueblo español y perpetuándola.
Tapas calientes
En los bares españoles tradicionales que tienen cocina, además de estos aperitivos, también tienen un apartado en su menú en el que se pueden pedir tapas calientes más elaboradas. ¿Y qué se puede considerar tapa aquí? Muchas cosas, la verdad, pero las más tradicionales suelen ser el ‘pincho’ de tortilla de patatas (lo que suele ser aproximadamente ¼ parte de una tortilla entera de tamaño medio), jamón ibérico, queso, patatas bravas (picantes) o croquetas, una de las más castizas de la ciudad de Madrid, habiendo bares especializados concretamente en la realización de croquetas.
Por supuesto, en la carta siempre suelen aparecer más platos como tapas, desde una pequeña ración de paella hasta una hamburguesa, lo cual desde luego rompe un poco lo que es la tradición. Pero eso es lo de menos, lo más importante es que por aproximadamente 3 euros tienes en casi cualquier bar una bebida y un plato caliente de comida. De aquí que sea una tradición tan arraigada en las costumbres de los españoles. Por muy poco precio se puede cenar, por ejemplo, ya que con dos tapas de media la mayoría de las personas cena sin quedarse con hambre.
Es importante tener en cuenta que el precio de la tapa siempre suele estar asociado a precio conjunto tapa + bebida, por lo que no hay que preguntar si se puede pedir únicamente la tapa o la bebida, ya que lo más rentable es pedir ambas cosas. Y si no se quiere la tapa, por ejemplo, siempre la puede disfrutar un amigo (de ahí que el ir de tapa una tanto a los españoles).
Tapas ‘low-cost’
Como he mencionado antes, el precio de la tapa en cualquier bar tradicional suele rondar los tres euros (más sería un timo). Sin embargo, hay multitud de cadenas de restaurantes que te ofrecen tapas por un precio muy económico. Aunque es obvio que la calidad no es la mejor del mundo, siempre está bien comer barato si el propósito es simplemente pasárselo bien entre amigos (y emborracharse)
Para ello, están los conocidos bares 100 montaditos, el Mercado Provenzal o el Indalo entre muchos otros. Son sitios conocidisimos entre los estudiantes y que siempre suelen estar llenos y con ambiente a última hora del día. Ofrecen tapas y cerveza barata, por lo que está claro que son negocios que están condenados a triunfar en un país como este.
Tapas ‘curradas’
Hay toda una cultura creada alrededor de las tapas, y como no podía ser de otra manera, cada año hay cientos de concursos por todo el país que premian a las mejores tapas creadas por los mejores cocineros. De esta manera acabamos teniendo restaurantes especializados en la preparación de tapas. Y esto incluye cualquier cosa que puede llegar a nuestra imaginación o, en este caso, la de los cocineros.
Un ejemplo de lo que diferencia a las tapas de diseño de las tapas baratas de los bares tradicionales está en las patatas bravas. Es un plato tremendamente sencillo de preparar, ya que con una bolsa de patatas para freír y salsa picante cualquier bar te servirá “patatas bravas”. Sin embargo, uno de estos restaurantes te servirán las patatas naturales cocinadas de diversa forma y con una salsa realizada manualmente por ellos mismos.
Como parece resultar claro, son considerablemente más caras las tapas de estos lugares (el doble aproximadamente), pero merecen la pena sin duda.
Uno de los lugares donde se congregan un gran número de bares y tabernas que sirven esta clase de tapas es conocido como ‘La milla de oro’ de la gastronomía de Madrid. Se encuentra por la zona de Retiro y es uno de los lugare más de moda de Madrid en los últimos años.
Por otro lado, como recomendación personal y como posiblemente mejor ejemplo calidad-precio de esta clase de lugares, está el Ochenta Grados, un gastro-bar que sirve tapas de diseño que sorprenden a cualquiera. Todas están buenísimas, el lugar es muy agradable y las tapas cuestan entre 4 y 5 euros. Y con tres comes de sobra.
BONUS: Tapas por lugares de España
No en todos los sitios las tapas son iguales, claro. Las comidas típicas de cada ciudad influyen mucho en las tapas de sus bares. En ciudades de Castilla y León, por ejemplo, son muy típicas las tapas de torreznos o la de oreja de cerdo, las cuales son tapas muy chocantes culturalmente para cualquier persona extranjera pero muy apreciadas por muchos dentro del país.
En zonas más costeras del sur es muy habitual encontrarse de tapa gambas rebozadas y productos marinos variados o salmorejo, un plato muy parecido al gazpacho.
En el norte de España es habitual encontrarse pulpo como tapa, ya que es un producto muy apreciado que allí en el norte es de una gran calidad. Mención especial para el País Vasco, ya que allí las tapas, por decirlo de alguna manera, se denominan ‘pintxos’. Pero de eso hablaré en otra ocasión.
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