Sevilla tiene un color especial

Siempre he dicho que a pesar de vivir justo en el medio de la península, me considero una persona muy del norte. Pero después de visitar Sevilla... creo que no lo tengo tan claro. Es una ciudad con vida. Casi siempre hace sol, la gente sale a la calle desde muy pronto y hasta muy tarde, hay alegría. Estas y otras son las muchas razones que hicieron que me enamorara de Sevilla.

La comida

Las tapas en la Alameda de Hércules fueron mis favoritas. Lo que me gusta de esta ciudad es que no es necesario pararte en un solo bar y puedes ir cambiando de uno a otro probando sus diferentes tapas. Una que nunca falla es es la pringá. Yo hasta que no fui allí no supe lo que era. Resulta ser tan simple como una rebanada de pan con los restos del cocido encima (pollo, carne tocino, etc.) puede parecer que no tiene ninguna gracia pero está que te mueres, de verdad. 

También tengo que destacar los desayunos que hacíamos allí. Nos levantávamos pronto e íbamos cada día a un bar distinto, donde, como siempre, pedíamos tostadas de jamón. Para nuestra sorpresa, las tostadas de jamón allí eran: un sandwich con las rebanadas de pan empapadas en aceite, con un poco de sal y jamón del bueno bueno. Yo con este desayuno no podía empezar mejor el día, eso está claro.

Los monumentos

La catedral, la giralda, el alcázar y la plaza de españa fueron mis favoritos. Pero desde luego que el que más me impresionó fue el alcázar. Es una estructura enorme, con patios, jardines, fuentes... Te hace sentir completamente en otra época. Para todos los sitios que he mencionado anteriormente hay que sacar entrada, y cuanto más adelantado lo llevés mejor, porque hay algunas épocas del año en los que hay largas esperas, ya que están muy solicitados. Además, si tienes carnet de estudiante, tienes un gran descuento en todas las entradas. 

La noche

De noche estuvimos bebiendo vino en algunos bares del centro y cenamos en frente de la Univeridad de Sevilla, que también es un edificio precioso. Pero sin duda, la zona que más ambiente tiene de noche, es la Alameda de Hércules. Allí están todos los garitos y discotecas. También un día fuimos a tomar una copa en el hotel EME Catedral, que tiene una azotea frente a la catedral con unas vistas realmente preciosas. Es verdad que esas copas si que eran un poco caras, pero nos invitaron, así que no pudimos decir que no...

Otras cositas guays que hicimos

Estuvimos viendo el ataredcer bajo el Puente de Triana con una cervecita, y fue precioso. Además, el paseo fluvial, en general, da mucha paz de noche y nunca llega a hacer frío del todo (y eso que fuimos en Enero). Fuimos andando hasta el barrio de Triana, que está un poco más alejado de Sevilla centro, pero merece la pena visitarlo. Además entramos en la facultad de geografía e historia de la Universidad de Sevilla, que a diferencia de i universidad aquí, tenía mucha historia y belleza. Me encantó.

Sin duda alguna, recomendaría Sevilla a cualquier persona. He visitado muchas ciudades en España, pero ninguna com esta. Es diferente y eso me gusta. Es alegre y puede presumir de ello. Siempre hay música en la calle, gente paseando...

Como consejo, os diría que no solo vierais las típicas cosas que se ven cuando vas a una ciudad. Que también hagáis por callejear y encontrar recobecos que os gusten a vosotros auqnue no salgan en las guías. Por ejemplo, yo me enamoré completamente del barrio de santa cruz. Calles pequeñas en las que era prácticamente imposible saber dónde acabarías. Placitas en las que solo cabía un árbol y dos señoras hablando de la vida. Esas cosas también son la esencia de la ciudad y nadie puede contároslas, a menos que vosotros mismos intentéis encontrarlas. 

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