¿Qué es el arte?

El arte es morirte de frío (ac ac ac). Pero menos risas, caperucita. Poque si algo descubrí durante mi paso por el Museo de Arte Moderno de San Francisco fue que los museos son más fríos y extraños cuanto más modernos. Espacios vacíos más amplios entre obras, minimalismo más extremo (dicen que para destacar la obra sobre el fondo, cosa que no siempre funciona, como os contaré a continuación). 

Y es que hoy en día llaman arte a cualquier maldita cosa, como leí por ahí. Y ahora me saltarán al cuello todos los super entendidos de arte (que normalmente es porque han estudiado dos asignaturas de arte en Bachiller o como mucho en la Universidad).

¿Y qué?

Entendéis mejor de colores, formas, estructuras y composiciones. Perfecto.

Buscadme los colores, las formas, las estructuras, las composiciones y el mensaje de fondo implícito en la majestuosa obra de Marcel Duchamp, "el váter". Oh perdón, qué gran ofensa, el "artista" la titulóFountain(La Fuente). No quisiera desvirtualizar el valor de tamaña obra de arte moderna. Sí amigos, quizá la conocéis o quizá os suena haberlo visto en las noticias. Es un váter. Un inodoro si lo preferís. Un meadero de toda la vida. De los de bar de carretera mugroso.

Vamos, una pieza cerámica ya construida a la que el tipo cogió y le puso una firma con permanente negro, cosa que podréis encontrar en los mentados bares de carretera mugrosos en ocasiones. Incluso a veces con el detalle artístico del dibujo libre, las más veces penes u otros órganos sexuales de ambos sexos. 

Además tuvo los cojones de decir: "este movimiento artístico se va a llamar "Ready-Made". Y seguro que pensó: "y va a consistir en que como tengo un nombre, voy a coger cualquier maldita cosa que se me ponga en la punta de la... nariz y la voy a elevar a la categoría de arte poniéndole una de mis elegantes rúbricas con permanente. Y vosotros, como buenos aduladores ingenuos y medio retrasados con más dinero del que podéis manejar y ganas de gastarlo en estupideces por el mero hecho de que "podéis hacerlo", bajo la vaga creencia de que así os diferenciaréis socialmente de vuestros compañeros elitistas y clasistas asquerosos vais a adorarlo.

Y claro. Casi cien años después. Ojo, cien años después. Resulta que muchos "artistas" pretenden seguir con este "movimiento artístico". Perdonad el uso excesivo de comillas, pero me repatea llamar a las cosas por nombres que no se corresponden con la realidad. Normal, resulta muy cómodo para muchos continuar con estas directrices que requieren muy poca imaginación y muy poco tiempo.

-Eh Charlie Mutt Rotweisner (AKA Paco), ¿cómo va el tema del arte?

-Colega, paso por un vacío creativo importante. 

-Ni te ralles, nano. Pilla un bote de Coca Cola, lo doblas por la mitad, vamos lo pisas o algo. Y eso entra en el movimiento "ready made". Aquel tan famoso... sí hombre... el del váter.

-¡Qué buena idea! Voy a ser un artista de categoría. Gracias shurmano.

Eso es una gloriosa aberración. Y el movimiento ready-made me parece una tomadura de pelo a escala mundial para todos los que lo defienden o incluso llegan a pagar barbaridades de dinero por "cosas cotidianas" que un cualquiera decide un día cualquiera que van a ser arte porque va a ponerlas sujetas en un palo en un museo.

¿Existe el buen arte? Sí.

Pero el buen arte requiere mucho esfuerzo, ponerse delante del lienzo, del papel, de la arcilla o del del medio elegido que sea y CREAR a partir de la naturaleza o de la imaginación un ELEMENTO NUEVO que genere en el espectador ciertos sentimientos. Los que sean. Buenos, desagradables, malos. Tiene que hacer sentir. Ese es el buen arte.

Mucha gente a veces me dice, "Yo no entiendo mucho de cine, ¿cómo distingues tú una buena película de una mala?".  

Yo siempre respondo lo mismo:

-¿Has sentido algo viendo la película?

-No...

-Entonces es una película mala.

Lo mismo es aplicable totalmente al arte, bajo mi humilde y siempre acertado punto de vista.

Si el arte fuera tan fácil como coger un váter y ponerle una firma, cualquier persona del mundo podría ser un artista, y por tanto el arte perdería su valor como arte. Aunque hoy en día no es difícil encontrarte a gente que te salta convencida con la genial frase "yo soy artista". Y siempre pienso: "claro que sí, ¡campeón!".

Un objeto puede transformarse, darle un nuevo sentido, expresar mediante esa transformación una idea artística y transmitirla al espectador. Puede hacerse. Mira el David de Miguel Ángel. Es un bloque de mármol, al fin y al cabo. Pero modelado de una forma tan bella y majestuosa que emociona. Eso es arte.

Que vayan con el váter de Duchamp a decirle a Miguel Ángel que las dos piezas son arte. A ver qué le parece al colega. 

Y ahora saltarán los hipsters adoradores de estrellas fugaces como los artistas modernos que saltan a la fama un par de meses y se hunden en su pozo de ego y autocompasión al poco tiempo diciendo que  Duchamp nos plantea el mundo material, su historia y la propia mente humana desde un simple retrete. Que hay que apreciar la belleza de lo simple.

A esos os digo: "La belleza de lo simple me encanta, pero cuando lo simple es bello.". 

Sobre la leyenda de que Duchamp presentó bajo seudónimo su "fuente" a un concurso sobre obras modernistas porque no la consideraron arte; pero que después al descubrir que el que presentaba la obra era Duchamp bajo un falso nombre le hicieron ganador del mismo, con esa misma "fuente", puede ser cierta o no. 

Personalmente no me importa, porque estoy tan seguro de que podría ocurrir, que ya os podéis hacer una idea de la imagen que tengo de estos pseudo bohemios hipócritas "entendidos" del mundo del arte moderno.

Ojo, que no estoy diciendo que no haya artistas que de verdad se ganan ese nombre. Pero desde luego en las galerías de arte moderno encontraréis más "artistas" de postureo que "artistas" auténticos (si es que eso puede signifiar algo). Así va el mundo.

Recuerdo con especial "cariño" una noticia de hace cuatro años, cuando alguien (entendidísimo de arte seguro) pagó por la escultura de Amadeo Modigliani más de cuarenta y tres millones de euros. Exactamente 43.185.000€ para quedarse la pieza.

Una figura de sesenta y pocos centímetros de altura, que se hizo hace ciento y pocos años. ¿Qué la hace tan única? El mero hecho de que el artista destacó más por sus cuadros que por sus esculturas. Hizo pocas, menos de treinta, en su carrera artística. La mayoría están hoy en día en museos. Es una cosa fea, de forma oval, con ojos de almendra, labios finos y cuello alargado. A destacar que el pintor-casiescultor la palmó en París sin saber lo que es el éxito. Otro ejemplo más de la hipocresía de este "mundillo del arte". La famosa "Tête" de Modigliani descansará hoy en la casa de algún rico lo suficientemente tonto como para gastar tamaña cantidad de dinero en esa cosa, en lugar de hacerlo en cualquier otra. Aunque seguramente se hubiera comprado un váter con la firma de algún otro "artista", así que...

En fin, que todo esto fue el pensamiento que tuve mientras observaba anonanado la magnificiencia de otro de los grandes de la pintura y una de las principales piezas del Museo de Arte Moderno de San Francisco, custodiada por un guardia (que no aparece en la foto pero casi. No aparece gracias a mi habilidoso retoque en Paint, como los más observadores podréis apreciar a la derecha) a todas horas, el cuadro "Naranja y Morado" del gran Mark Rothko (nótese la ironía). 

En fin, el que quiera entender... que entienda.

Seguiremos informando,

Keep in touch bro's!

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