Mudanzas compartidas para irse de Erasmus

Si te vas a ir al extranjero con una beca Erasmus hay muchos preparativos con los que tienes que contar antes de irte. Hay que solucionar los temas de la tarjeta sanitaria, así como saber dónde se encuentran los servicios médicos de la ciudad donde vas a vivir, también conviene que te informes de la dirección y número de teléfono de la policía y del consulado para cualquier problema que pueda surgir (esperemos que no sea necesario recurrir a ellos).

Hay más asuntos que te conviene preparar, por ridículos que te parezcan, como el tener una lista de sitios económicos, como supermercados donde comprar comida, o establecimientos que ofrecen descuentos para estudiantes. 

Dependiendo del país donde vayas hay que pasar por el ayuntamiento de la ciudad para que te den algún tipo de documentación específica…

Ante todo debes tener en cuenta que estás lejos de tu casa y debes ser consciente de que pueden surgir problemas. No te agobies si esto ocurre, ten en cuenta que los problemas siempre se solucionan, pero no de manera inmediata- en ocasiones la solución de un problema implica tiempo.

La mudanza de un Erasmus

El asunto de la vivienda es de los más importantes. Existe la posibilidad de alojarse en una residencia y hay universidades que cuentan con convenios con distintas residencias de estudiantes.

Pero en ocasiones no podemos optar por esta opción porque las residencias sujetas al convenio ya están completas y no hay plazas. O también puede ser que no queramos alojarnos en una residencia, por distintas razones. En ese caso es recomendable mirar algún piso antes de emprender el viaje para no llegar a nuestra nueva ciudad y que no tengamos donde dormir. Pero igual de importante es no adelantar dinero por el alquiler, ya que abundan las estafas a estudiantes Erasmus en el alquiler de la vivienda.

La mudanza es un tema que va íntimamente relacionado con el de la vivienda y que se varía enormemente en el viaje de vuelta. Todo el mundo sabe todas las cosas que pueden acumularse aunque sea solo en una habitación, a lo largo de solo unos pocos meses.

Si bien en el viaje de ida la mudanza puede solucionarse con un par de maletas y el envío de algún paquete postal, la vuelta es el momento en el que esa pequeña mudanza de la ida se puede convertir en un gran traslado. Son muchos los recuerdos de los que no nos vamos a querer deshacer y las pertenencias que, por una u otra razón, van a pasar a formar parte de nuestra propiedad.

Lo mejor en estos casos es encargar la tarea a un profesional de las mudanzas, pero está el inconveniente del precio, que en el caso de mudanzas internacionales se multiplica y no todo el mundo puede costearse. En estos casos, es una buena idea hacer uso de las mudanzas compartidas, que no es otra cosa que un servicio de mudanzas tradicional pero para varios traslados simultáneamente. Las mudanzas compartidas consiguen abaratar de forma considerable una mudanza: solo tiene que coincidir el origen y el destino del traslado. No es difícil encontrar este tipo de servicios, por ejemplo, si nos encontramos en Francia, podemos contratar allí un servicio de mudanzas compartidas de alguna empresa francesa. 

Decimos que las mudanzas compartidas son más recomendables para la vuelta a casa al finalizar el período de la beca, además de porque volveremos con más cosas de las que llevemos, porque será mucho más fácil conocer a alguien de nuestra zona durante la estancia en el extranjero que precise del mismo servicio que nosotros.

No obstante también lo podríamos hacer para el viaje de ida contratando aquí una empresa de transportes y mudanzas, como es MundoMudanzas.

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