Martes 21 de Junio 2016 - La vuelta a casa.
Martes 21 de Junio 2016
Ahh. Finalmente el gran día ha llegado. Me desperté a las 5:10 am. De hecho antes que suene el despertador, me duché y metí las últimas cosas en la maleta (aquellas que quedaron afuera porque las iba a necesitar en este momento, como puede ser el cepillo de dientes, el despertador, etc) y se me dio por revisar el peso una última vez. Me quedé de piedra al ver que la balanza de mano (la cual al no tener un lugar donde colgarla no da un peso totalmente preciso) marcaba que la maleta pesaba 21,5 Kilos.
No quería tener que gastar dinero en un taxi hasta la terminal (Los taxis siempre han sido jodidamente caros, y no quiero ni imaginarme lo que debe de costar un taxi en una país tan caro como Irlanda) así que iba a ir a la estación de autobuses arrastrando la maleta (que tiene rueditas). Tenía que tomar el autobús (el 226) de las 7:27 am. Desde la residencia tenía una caminata regular de 15 minutos hasta la estación. Considerando que iba arrastrando la maleta asumí que podría llegar a tardar hasta el doble de tiempo. Calculando unos 12 minutos de margen tendría que partir desde la residencia a las 6:45 am.
Sin embargo estaba muy consciente que hoy el “Mendas” también había sido citado para ir a trabajar temprano (van por tercer y aparentemente último día a esa casa a terminar la instalación eléctrica) por lo que tenía que estar en el puente a las 7:30 am (que desgraciadamente estaba camino a la terminal). Realmente no quería tener que verlo. Ni mucho menos tener que caminar una última vez con él (escuchando frases estúpidas y racistas, en este caso en particular no quería volver a escuchar su fracesita de “¿Nos fuimos?” cuando claramente todavía estábamos ahí y no nos habíamos ido). Así que planeé irme antes de que él se levante. Alrededor de las 6:15 – 6:20 am. De hecho anoche ya me había despedido de él “por si no nos vemos”.
Lamentablemente me escuchó bajar a la cocina y se levantó antes de tiempo. No le dije realmente a qué hora tenía que tomar el autobús. Sin embargo no iba a mentir ya que DETESTO mentir bajo cualquier circunstancia. Al verlo me estaba por ir pero él insistió en que lo esperara y me iba a acompañar… “¡Carajo!” pensé.
Partimos de la residencia a las 6:45 am. En el trayecto no hubo mayor comentario. Llegamos a la estación y nos despedimos. Yo me sentí tremendamente aliviado de no tener que lidiar más con él. Era la última vez que lo vería en la VIDA (y sinceramente espero no volver a encontrarme en una situación tal en que si me encuentre alguien como él no pueda mandarlo a la reconcha de su madre).
En la estación me encontré con los demás del grupo. Lo primero que hice fue borrar al “Mendas” y a mi ahora ex-jefe del whatsapp cerrando esa etapa de mi vida.
Fotos de la estación de autobuses de Cork, sala de espera.
Tomamos el autobús de las 7:27 am el cual nos llevó al aeropuerto. Hicimos el checkin, la primera maleta fue la mía la cual me sorprendió al ver el peso final: ¡22,8 Kilos! ¡Vaya! (aunque en ese momento no caí, más tarde me acordé que había puesto la chaqueta pesada dentro de la maleta con la idea de quitarla antes de hacer la facturación pero me la olvidé ahí dentro, por eso la diferencia de peso)
La maleta del otro español fue mucho menor; 19,6 KG. En total eso hizo que facturáramos 42,4 KG. Me estaba preparando para el sablazo de pagar sobrepeso. Pero la chica de la recepción me dijo que no pasaba nada por eso. ¡Fiuuu! Parece ser que con estas líneas aéreas hay cierto margen de tolerancia la cual desconozco de cuanto es. Pero asumo que gracias a que la coordinadora de la escuela hizo la inusual maniobra de meter en el ticket 2 maletas por un peso de 40 KG en vez de 1 maleta de un peso de 20 KG cada uno me pude salvar. Mi teoría es que 22,8 KG teniendo 20 KG contratados representa un sobrepeso de un 14% mientras que 42,4 KG teniendo 40 KG contratados representa un sobrepeso de apenas un 6% lo cual es más aceptable.
Debo de mencionar que el aeropuerto de Cork es muy bonito, en especial porque está relativamente vacío y uno pasa el check-in y la seguridad muy rápidamente (dato curioso; en el aeropuerto de Cork también hay que hacer eso de pasar por el laberinto de estanterías llenas de objetos carisimos como agua, perfumes y revistas que suben de precio inexplicablemente en las terminales)
Hall del aeropuerto de Cork.
"Items prohibidos en el equipaje de mano: Catapultas"
¿¿Quien y como CARAJO se puede llevar una CATAPULTA en el equipaje de mano?? Puedo entender el no poder llevar resorteras/tirachinas (Slingshots) pero ¿eso?
Más fotos del aeropuerto de Cork, una vez pasado el Check-in.
Llegada la hora señalada comenzamos a abordar el avión de Aerlingus. Primero abordaban los “VIP” y luego la “plebe” (o gente normal). Acá hubo un evento que me puso muy nervioso porque le di el pasaporte y el ticket a un empleado. Revisó algún dato, luego pasó el ticket y sonó una alarma, y yo pensando “¡¡¡Que carajo pasó!!!” (me acuerdo cuando Homero Simpson iba a comprar una casa rodante, el “Titán del Titanes” en una de las primeras temporadas y el vendedor, al revisarle su historial crediticio suena una alarma. Homero pregunta “¿Esa alarma es buena?” y el vendedor le responde “Señor… ¿Usted conoce alguna alarma buena?”
Aún no sé que fue lo que pasó, le he preguntado y por lo que entendí cometieron el error de pasar el ticket dos veces. Como ya lo habían pasado una vez saltó la alarma como que ese pasajero ya había abordado, pero obviamente estaba ahí. No me dijeron nada pero el susto me lo llevé igual.
Los aviones de Aerlingus son mucho mejores que los de Ryanair. Ciertamente tienen un poquito más de espacio y son más cómodos. Uno no tiene esa sensación de viajar literalmente en una lata de sardinas como con Ryanair. Así que recomiendo el viajar por Aerlingus.
No he tenido la suerte del viaje de ida de que me toque ventanilla (otro motivo más para no ponerme en manos de otros y que me saquen el pasaje) pero por lo menos me ha tocado pasillo (siempre pensé que la peor ubicación que a uno le puede tocar es en medio). Saqué mi netbook (la cual su pequeño tamaño es ideal para estos sitios) y me puse a ver una película (Macross: Do you remember love?). Aproximadamente dos horas y media después llegamos a Málaga. Pasé los controles y fue curioso que una persona X (el guardia) me hable en español.
En realidad en Cork había multitudes de españoles (o al menos gente que hable castellano). Pero cuando uno está en un país de habla inglesa se acostumbra a que uno tenga que hablar en inglés por defecto.
Curiosamente no me han puesto ningún sello en el pasaporte. Tan solo me he quedado con el sello de entrada a Irlanda que decía que iba a estar por propositos de entrenamiento hasta el 21 de Junio.
A la salida me vi arrastrado por los demás españoles a un bar a la salida. Realmente no quería comprar nada de un sitio así considerando los precios abusivos e injustificados de esos sitios. Pero había visto que en el bar vendían bocatas de jamón por 4€ y pensé “bueno, no es taaan caro después de todo” compré uno y el sandwich que me dieron parecía de juguete. Era MINUSCULO. Claro está que dije en voz bien alta e indignado “¿¿¿Esto solo???” No hubo respuesta.
El bocata. Debería de haber puesto una moneda de 1€ para comparar el tamaño. De todas maneras ya ven que es del tamaño de un puño. Le he dado un bocado. El servilletero está puesto de tal manera que indique el tamaño original.
Estando por abordar el autobús presencié el gracioso evento de que un padre irresponsable llevaba a su hijo muy pequeño en el carrito de las maletas. Al intentar pasar un pequeño lomo de burro se le inclinó el carro hacía adelante y el niño cayó de cabeza. Tuve que aguantarme la risa. Pero si le dije a los demás “Y es por eso que no se llevan niños en un aparato diseñado para llevar objetos”
Algo que no me gusta para nada de los autobuses de España es que cualquiera mete las maletas en el maletero del autobús y cualquiera puede sacarlas en cualquier momento. En Argentina todos los autobuses de media y larga distancia, grandes o pequeños, son metidos en el maletero por una autoridad. En las estaciones grandes hay un maletero que las mete (y que generalmente medio de obligado hay que darle propina). Si uno está en una estación pequeña o incluso si uno toma el autobús en la carretera (subida o bajada) es el chofer quien se encarga de eso. Al momento de meter la maleta en el baúl el responsable la etiqueta y te da un ticket. Al bajarlo uno tiene que entregar ese ticket al responsable que revisa que esa sea efectivamente la maleta de uno. El método de España me parece extremadamente inseguro y me pone muy nervioso. Especialmente cuando el autobús para en un lugar cualquiera (por ejemplo aquellos que van a la playa) y el chofer ni se baja para revisar que es lo que ocurre. Insisto: cualquier persona puede sacar cualquier maleta en cualquier momento.
El clase Supra de Alsa es muy cómodo. Me gustó mucho que nos dieran botellitas de agua y refrigerios. También estaba muy bueno el tener pantallas en los asientos y en algunos hasta habían cargadores.
En la pantalla uno podía ver la carretera desde una cámara frontal, escuchar la radio o incluso ver algunas películas que estaban disponibles. Sin embargo hay una falla con el reproductor; no se puede avanzar ni retroceder la película. Y peor aún, de cuando en cuando la pantalla se apagaba (especialmente cuando el autobús agarraba un bache) y se reseteaba. Tenía que poner la película de nuevo y había que empezar a verla desde el principio. Intenté ver Battleship. Se tildó a los 5 minutos de película y la empecé a ver de nuevo (porque no me quedaba otra) pero a la media hora se volvió a colgar y reiniciar. Fue ahí cuando dije “Al carajo” y volví a sacar mi netbook.
Estaba muy contento por volver a mi casa y volver a ver a mi mujer con la cual solo he podido comunicarme por Whatsapp y por voz durante todo este tiempo. (“¿Cómo? ¿Apenas la mencionáste en todo el blog? ¿Acaso no era importante?” De hecho sí, me importa y mucho, la quiero. Pero ¿cómo poner eso de manera interesante que no sea un “huy, como la extraño, hoy me puse a hablar con ella y nos pusimos sentimentales” Erm, no, eso no es interesante).
Me dormí a mitad de camino pero me desperté entrando a Granada. Ella ya sabía a que hora iba a llegar a la terminal. Y cuando el autobús estaba entrando al andén ahí estaba esperándome. Al bajar le salté encima y le dí un tremendo morreo (al menos hasta donde la ley lo permite en un espacio público).
De camino a casa noté un detalle gracioso: Aún no habiendo ninguna nube en el cielo el sol de Andalucía es notablemente más brillante que el sol de Irlanda.
Y bueno. Llegué a casa y comencé con las anécdotas, las sorpresas y a relajarme por finalmente estar en un lugar donde quiero estar, y con gente con la que quiero estar.
Y si bien he llegado al punto en que he vuelto a casa el blog no acaba aquí; aún falta el Epilogo. Al día siguiente fuimos citados en la escuela para entregar papeles y demás trámites.
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