La tortilla española

¿Sabes lo que es la tortilla española?, ¿la has probado alguna vez?. Tienes que probarla y para eso voy a compartir contigo mi receta. No es tan buena como la que prepara mi tío, especialista en ellas, mi abuela o mi mamá, pero es lo que yo he aprendido de ellos y pongo en práctica cuando extraño mi casa, España. He hablado tanto en las anteriores publicaciones sobre comida, que me parece obligado explicar esta receta antes de seguir contándote cosas sobre México.

Un domingo fuera de casa siempre es algo más fastidioso que un domingo habitual, y creo que esto es algo que pensamos y compartimos todos los que hemos vivido un tiempo fuera de España. Creo que el caso que mejor describe este sentimiento de querer teletransportarte un domingo a casa con tu familia a la hora de la comida es el que me contaba mi amiga Isabel. Ella, cuando estaba en Francia, los domingos cocinaba arroz blanco sustituyendo a la paella y eso hacía que fuera un poquito más domingo (no te había comentado que en España la paella se come sobre todo los domingos y en familia). Pero luego, de vuelta a España, jamás comía el arroz blanco. ¿Cómo iba a comer arroz blanco pudiendo atiborrarse con la paella de su mamá, Tica? Pero yo, en sustitución a la paella, no cocino arroz blanco sino tortilla española.

Desde que llegamos hemos preparado algunas tortillas. De hecho, ¡¡la primera semana como unas diez!!. Osvaldo, nuestro compañero de casa, tenía que vender algo en un puestecito, así que, para ayudarle, montamos todo un equipo de logística en la cocina, le enseñamos a prepararla y es ya un experto en cocinar tortilla de patata, aunque creo que casi las aborreció.

Bueno, pues este fin de semana, tal vez porque ya extrañamos un poco aquello, nuestra casa, nuestra familia, los buenos cocineros de nuestras casas, …. y simplemente porque está buenísima, preparamos dos tortillas de patata. Ahora te muestro cuál fue el proceso y el resultado final.

Unas aclaraciones para que, tanto los mexicanos como los colombianos o los argentinos, lo entiendan de la misma manera que los europeos. Lo primero que debes saber es que a la tortilla española también le llamamos “tortilla de patata”. Segundo, que la tortilla en Europa es la omellete, hecha con huevo; en cambio, la tortilla en este otro lado del Atlántico es la torta de harina o trigo que se utiliza para tacos, burritos, quesadillas, … Esta diferencia la aprendí cuando un día comenté que había llegado bien tarde a la casa por la noche y me había cocinado rápido una tortilla. Ocurrió ese momento en que se quedan todos mirando, y te das cuenta de que no entendieron lo mismo que tú tratabas de transmitir. La frase fue: “Sara, ¡no inventes! ¿solo cenaste una tortilla?”. No entendía cuál era el problema y añadí, “también le puse queso y jamón york”, pero eso parecía que tampoco lo arreglaba. Al rato, descubrí que una tortilla era para ellos lo que nosotros llamamos “tortita”,  de un tamaño similar a la tapa de nutella. Y no es que yo sea una gran comedora, ¡¡pero un poco más si que como!!.

En esta ocasión la tortilla que te voy a mostrar es de huevo, es decir, una omellete. Y otra diferencia a tener en cuenta es que la tortilla lleva patata, llamada aquí papa, y según gustos también le puedes añadir cebolla.

  

Ingredientes.

Para cocinar suelo utilizar la medida del “ojímetro”, es decir, teniendo en cuenta que siempre es mejor que falte, porque podrás añadir después. Si  sobra, será difícil retirarlo.

- Aceite de oliva virgen.

- Sal.

- Cebolla, 1 grande.

- Patatas, un plato hondo lleno de patatas cortaditas.

- Huevos, 6. Ten preparados algunos más por si tienes que añadir.

 

Preparación.

• El primer paso que tienes que hacer es pelar y lavar muy bien las patatas. Luego, cortarlas en daditos no demasiado grandes para freírlos bien. Si te gusta más, hay otra forma de cortarlas que es en forma de rodajas, como prefieras.

• El segundo paso será que pongas en una sartén abundante aceite de oliva virgen a calentar, y cuando esté a su temperatura ideal, pon las patatas para que se vayan friendo.

• Cuando las patatas estén empezando a dorarse añade la cebolla a cuadraditos o a rodajas, como te guste. Y deja que se vayan friendo las patatas y las cebollas. Ten en cuenta que la cebolla se hace antes que la patata. Ten cuidado que no se queme.

• Después, cuando las patatas estén bien fritas por todos los lados, intentando que estén doraditas, pero no tanto como si fueran para comértelas así directamente, sácalas junto con la cebolla y déjalas escurrir sobre un plato con un papel absorbente.

  

• A continuación, bate los huevos en un recipiente amplio o un plato hondo.

  

• Una vez tengas preparadas las patatas, la cebolla y los huevos batidos, mezcla todo para que las patatas y cebolla vayan absorbiendo el huevo. En este momento es cuando tienes que ver si falta añadirle algún huevo viendo que no te quede muy seco. Mejor que te pases de un huevo a que se te rompa la tortilla por poner pocos. Si hace falta bates más y los añades antes de ponerlo en la sartén. Cuando tengas la mezcla de la patata ya frita con la cebolla y los huevos ya batidos, fíjate que no se vea muy seca.

• Pon una sartén con muy poquito aceite, solo para evitar que se pegue la tortilla a la sartén, y añade la mezcla cuando el aceite esté caliente.

• Déjala a fuego medio para que se vaya cuajando el huevo por la parte de abajo. Si no tienes prisa, cuanto más lentamente se haga la tortilla, mejor quedará y no se te quedará cruda por dentro y muy hecha por fuera. Esto depende de cómo te guste más a ti. La forma de descubrirlo es probando muchas y muchas veces, así que sacrifícate y ve probando hasta que encuentres el punto que más te gusta. Ten en cuenta que también influye el grosor de la tortilla, ya que, a mayor grosor, más tiempo necesitaras para que se haga bien por dentro y por fuera. 

• Ahora viene la parte divertida, que demostrará si esto de hacer tortillas es lo tuyo. Te lo advierto, ¡¡han muerto muchas tortillas hasta conseguirlo!!, pero no te desanimes, no te rindas al girar la tortilla. Te explico cómo hacerlo: cuando la parte de abajo tenga ya una base creada con el huevo cuajado, busca un plato llano más ancho que la sartén para darle la vuelta, o mejor si tenéis un girador de tortillas, que es ideal para hacer este paso. Pero el riesgo mola, así que yo apostaría por el plato que le da más emoción. Si la sartén es antiadherente, mejor, porque si no lo es, es posible que la tortilla se pegue un poco y te cueste darle la vuelta. 3, 2, 1 ¡vamos! Dale la vuelta con cuidado y vuelve echarla sobre la sartén dejando arriba el lado de la tortilla ya hecho para que se haga por la otra cara. 

• Vuelve a dejar a fuego lento-medio hasta que se cuaje bien la otra mitad. Si ya estás en nivel profesional en cuestión de girar tortillas, y si fuera necesario, le puedes dar tantas vueltas como creas convenientes para que quede a tu gusto. Con la práctica seguro que acabas consiguiendo el punto perfecto. No te desanimes si al principio el resultado no es el esperado, porque lo normal es que las primeras veces quede, o bien un poco cruda, o un poco demasiado hecha. 

  

• Y llega el último paso, mi favorito. Ahora que ya todo está listo, ¡devórala!

 

¿Te gusta la tortilla de patata?, ¿ya la has probado?, ¿la cocinas de otro modo?. Aporta tu opinión. ¿Hay algo que no has entendido?, ¿algo que olvidé mencionar?, con gusto te lo cuento.

Que tengas buen comienzo de semana.

Sara.

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