La Magia de Planificar Un Viaje Que Termina Haciéndote Crecer

Viajar es una de las cosas más maravillosas y positivas que pudiéramos hacer. Para mí los viajes, están llenos de desafíos, de emociones, planificaciones, aprendizajes que siempre vendrán muy bien para desarrollar nuestra autoestima, para hacernos crecer y para mostrarnos nuevas oportunidades y muchas diversas maneras de ver el mundo.

Viajar nos abre el entendimiento y muchos de esos viajes terminan acarreando decisiones importantes para nuestras vidas, cambiándonos el destino e incluso mejorando ciento por ciento nuestra forma de ver lo que nos sucede.

Siempre que puedo, planifico un viaje, ya sea por vacaciones, por navidad o mi cumpleaños, tengo recuerdos infinitos y agradables de cada uno de ellos. Pero lo más importante de todo es la sensación de libertad que nos pueden proporcionar, nos desestresan y nos devuelven automáticamente las energías y el ánimo para retomar con mucho más fuerza nuestra vida diaria.

Para que un viaje sea aprovechado al máximo y se traduzca en una bonita historia, que además te ayude a crecer interiormente, te recomiendo:

-          Si tu viaje es con amigos, familiares o con una pareja: conversen muy bien de las expectativas de cada uno, para que dicho viaje represente un punto de encuentro y no una nueva manera de discusión por cosas que no valen la pena.

-          Has un viaje a medida de tus posibilidades, nada peor que viajar con el estrés de los gastos o que al regreses te encuentres con problemas financieros que no habías planificado.

-          Prepárate previamente, investigando del sitio donde irás, pues si te documentas previamente podrás sacar mucho mayor provecho, cuando estés allí.

-          Disfruta ciento por ciento el lugar que visitas, nada peor que estar recordándote de casa y haciendo comparaciones nada nutritivas.

-          Se positiva o positivo, amable, aprovecha la oportunidad de relacionarte con personas del sitio y  conocer más de ellas.

-          Conéctate con tu espíritu de aventura.

Cuando viajamos, tenemos una sensación de que somos capaces de conseguir grandes cosas, y de hecho así es… por lo que se podría decir que es casi terapéutico. Despejar nuestra mente del día a día, salir de la rutina y descubrir nuevas emociones nos puede hacer muy bien desde todo punto de vista incluso a nivel de salud y personal.

Viajando podrías conocer a tu futura pareja, o tal vez, el sitio perfecto para vivir. Viajando podrías pensar en ese asunto que tanto de da vuelta en la cabeza, y en un ambiente totalmente distinto tomar la decisión que llevas tiempo postergando. Así que es super recomendado y si es que no te has decidido, comienza desde ya a planificar esa visita que tanto bien le hará a tu vida.

Eso sí, está comprobado que es muy común que luego de unas vacaciones y un buen viaje un alto porcentaje de personas terminan con una depresión ligera, al ver terminado sus días de felicidad. Pues esa sensación deberás saberla controlar y en lugar de apenarte porque ya acabaste con dicho viaje, que te motive a tener nuevos sueños e ilusiones por planificar. Es normal que ese tiempo en el que puedes hacer tantas cosas distintas y maravillosas te deje una sensación de tristeza al acabarse, pero definitivamente como lo dije en un principio es todo un proceso que va desde la planificación, la realización hasta la reflexión final que debemos hacer luego de que ya hemos terminado.

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