La lucha contra el "Monstruo"
Bueno, tras mi último artículo escrito en el que expreso algo de rabia por una compañera que tiró la toalla demasiado pronto de Erasmus, ahora me toca volver a centrarme en la vida aqui, en Łódź , y encarrilar la historia donde la dejé.
Tras aquel mítico día en el que saliendo por primera vez, terminamos en Spinka; yo llegué a casa en torno a las cinco y media de la mañana. Entré cuidadosamente por la puerta y lo primero que hice fue coger papel higiénico para ir a “hacer gestiones al baño” (nada más lejos de la realidad, yo sufro de las llamadas crisis del viajero, un estado en el cual cada vez que visitas un lugar nuevo tu intestino decide ayudarte para que no estés bien durante unos déas... sí, exacto, una gracia), y tras un buen rato volví a irme a mi cuarto donde creo no haberlo dicho antes, ya tenía a un compañero que conocí horas antes de salir a “Manufaktura” y el segundo compañero, que llegaría esa noche (supongo que como casi todos, llegaría reventado y decidió no salir), me lo encontré en la cama libre que quedaba).
Éste último, que a la postre sería más tarde mi definitivo compañero de cuarto, roncaba con una fuerza impresionante. Cuando aun me encontraba en el baño, terminando mis importantísimas gestiones, ya sentía cómo las paredes temblaban incluso.
Nota: quizás la hipérbole o exageración sean utilizadas en este artículo, pero tampoco demasiado.
No es exagerado (bueno quizás sólo un poco), pero parecía que nos absorbería en cualquier momento, y es que cuando entré al cuarto, el sonido sobrehumano se apoderó de mi y me dije a mi mismo que ya sería matemáticamente imposible dormir esa noche. Lógicamente, mi otro compañero de habitación, no podía dormir, luchaba contra las pesadillas que le causaban esos poderosos ronquidos e intentaba sobrevivir como podía.
Él roncaba también, pero en comparación con el basto estruendo de su lado, el de éste era un simple soplido que incluso se llegaba a echar de menos (a partir de ahora, “soplador” o “el del soplido” llamaré al susodicho).
En una de esas, el “del soplido” dijo basta, se levantó con furia y mientras yo lo observaba atónito, él dijo a actuar (alegre me puse por ello, of course). Empezó a aporrear las paredes para que se despertara de su mortal sueño el “monstruo”, pero era implacable. Tras ello, comenzó a pegar a las puertas del armario que se encontraba a un escaso metro del culpable, pero no era suficiente.
- “Mmmm” dijo el “del soplido”, “¡creo tener la solución!”. Y es que sin pensárselo dos veces, cogió una bolsa y la agitó con fuerza en sus orejas. Nada podía con el “bicho”.
Fue entonces cuando me decidí a ayudarle en pos de la victoria, ya que la defensa del “huracán” era férrea y sin fisuras (catenacio puro y duro italiano, con defensa de siete y algún que otro "Maldini" multiplicado); parecía que ningún balón podría jamás pasar por esa línea todopoderosa, ya que los pases al “patapum pa arriba” (dícese del estilo de juego de ese crack entrenador “Clemente”, en el que cuando ve que jugando al toque es imposible ganar al adversario, decide cambiar de estrategia y tirar todos los balones al aire a ver si “cae la breva” de marca algún gol), no le hacían efecto. Decidí usar la naturalidad para vencer a sus ronquidos y con la naturalidad de un orgasmo, pensé que no podía seguir dormido, ya que si hubiera un compañero suyo supuestamente follando, en la habitación sería probablemente imposible que no se despertara. Y es que empecé a gemir como nunca había gemido antes, (todo era mental malpensados, no hubo ningún acto de ningún tipo, tampoco conmigo mismo) y empecé a botar para que los muelles colaboraran, y unido a la bolsa del “soplador”, había un ruido brutal, que dudo no despertara a algún vecino.
Pues no le inmutó al “monstruo” y despejó como si de un baloncito mal medido se tratara (por si hay algún torpe, estoy usando la metáfora de un partido de fútbol con la situación).
- “Hay que pensar en algo “soplador”, no podemos dejar que nos gane la partida”.
"El soplador" ya tenía otra trama preparada, y puesto que el ruido no era la debilidad del “bicho”, probó con el agua, (si es que si no se le puede atacar a alguien por tierra, por qué no probar por agua) y es que nada más y nada menos que empezó desde su cama a tirarle agua al “implicado”, y creánselo o no, el tío (quizás debería llamarlo “undertaker”) ¡seguía stando tan tranquilo y sin despeinarse! Yo apoyaba por las bandas ladrando ferozmente, parecia un perro de presa, pero como ya dije antes, por ahi era imposible de pillar (con un simple ruido).
Estabamos cansados, las fuerzas ya flaqueaban y no quedaba mucho para tener que levantarse a ir al esperadisísimo (ironía), curso de polaco. Ya sólo quedaban dos opciones que se nos ocurrieron y por supuesto usamos... la primera fue la de poner música: yo puse a “Usher con R.Kelly” (“One girl”); y el “soplador” puso "Think about the way", un auténtico temazo difícil de olvidar cada mañana en su despertador.
¿Cuál fue el resultado? Defensa imposible de pasar, estaba encerradísimo atrás y ni con Messi, Cristiano Ronaldo, Ibrahimovic con su pedazo de gol de chilena que marcó hace poco ni Roberto Carlos con un trallazo de época podrían superarlo.
Finalmente, sólo quedaba una bala: ¡tocarlo! y psss digamos a día de hoy que estuvimos casi una hora “haciendo el gilipollas”, porque fue tocarlo un poco (bueno, algún empujón fuerte en el hombro que comparado con todo lo anterior era muy poco) y ¡¡el bicho se despertó!! Éste exclamó en voz baja, “¿qué ocurre?”, y nosotros pensando.... ¿qué no ha ocurrido? Porque más no se podía hacer.
Nos fuimos a la cama y deseamos con fuerza el quedarnos dormidos antes de que volviera a intimidar (cosa que seguro haría). Sólo quedaban 90 minutos para que sonara mi despertador, y no estaba muy convencido de si me levantaría... eso sí, la guerra la habíamos ganado (bueno, tu sabes) y es aquí donde debo dar el consejo número 11 de la Erasmus en Łódź 2012/13.
Consejo número 11: “Si tu compañero ronca como un condenado, no hagas el tonto y golpéalo (suavemente) hasta que se despierte”. Ahí el que sufres eres tú, que no te importe si se despierta de su profundo sueño.
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Comentarios (8 comentarios)
Emilio Florez hace 12 años
jodete, y no duermas
Paqui Tarta hace 12 años
vaya moustruo!!
Anthony Power hace 12 años
jajaja gracias emilio por tu apoyo!
David Cornes hace 12 años
te quejas de vicio
Anthony Power hace 12 años
Si es que quejarse siempre ha sido fácil en la vida.... pero son quejas constructivas!
Naiara Spain hace 12 años
Jaja! Pero bien que duermes ahora cada día con el 'monstruo' :P
Naiara Spain hace 12 años
Por cierto, yo tenía entendido que se despertó por una pequeña luz en el ojo...
Anthony Power hace 12 años
jajaja pues que va, estás equivocada, se despertó por el empujón, lo recuerdo como si fuera ayer! y si bueno ahora está más calmadito el "montruo"