La llegada

Publicado por flag-mx Bruno Lamas Diaz — hace 4 años

Blog: La aventura comienza
Etiquetas: General

¿Recuerdan como fue el comienzo del viaje? El mío fue algo divertido, considero que fue una premisa de lo que sucedería en el resto de mi experiencia. Debía viajar por tres días desde Colima hasta Girona, tenía que hacerlo solo; tomar tres aviones, un tren, el metro, viajar en el auto de mi amigo, recoger el pasaporte y cambiar mi dinero, todo en menos de dos días.

Me despedí de mí mejor amigo la noche anterior, tenía todo empacado y solo faltaban unas horas para iniciar. Era el 17 de enero del presente año, ese día salí de mi casa por la mañana, no me gustan las despedidas así que preferí que mis padres no me llevaran a Guadalajara (Lugar de donde el día 18 saldría mi primer vuelo), mi amigo Rafa paso por mí y nos dirigimos a esta ciudad, donde también recogeríamos los pasaportes después de que se aprobó nuestro visado.

Esa noche quería pasarla en Guadalajara, porque mi vuelo se programó para las 8:00am del 18 de enero y era más fácil dormir en la ciudad y por la mañana trasladarme al aeropuerto. Así que debía pasar la primera noche en del viaje ahí para tomar un taxi a primera hora de la mañana.

El primero lugar donde me alojé fue la casa de otro amigo mío que vive en este sitio, Iván Ramos, un viejo amigo que ya conocía de hace unos años, me abrió la puerta de su casa por esa noche, me ayudo y aconsejo por última vez antes de subir a mi primer avión.

Esa noche recuerdo perfectamente que no pude dormir, sabía que en unas horas tomaría tres vuelos (no me gusta viajar en avión), el primer trayecto que debía hacer era Guadalajara - Cancún, donde unas horas después tomaría mi vuelo a Bruselas. Este primer boleto fue un regalo de una profesora de mí universidad, una doctora que me obsequio el vuelo y que aparte durante todo el viaje me ha apoyado a resolver problemas.

Esa mañana estaba un poco ansioso, afortunadamente el primer trayecto fue fácil, el viaje fue tranquilo y aterrizamos en Cancún incluso unos minutos antes de la hora esperada, todo iba perfectamente, pensé que todo seria muy fácil, que equivocado estaba. Cuando todo parecía estar listo para abordar el segundo vuelo a Bruselas, el problema salió del sonido de la puerta de abordar.

Se anunciaba un retraso de 30 minutos, nada de qué preocuparse, porque yo llegaría cinco horas antes de que saliera el viaje a Barcelona, tiempo suficiente para cambiarme del aeropuerto de Bruselas-Zaventema al aeropuerto de Bruselas-Charlero. Todo estaba bien calculado y un atraso de media hora no era problema, pero el tiempo corría muy rápido, esos treinta minutos se habían duplicado, y aun no se tenían mucha información de a qué hora saldríamos, las horas pasaron, hasta que por fin tres horas después se dio autorización para despegar.

Este retraso significaba que mi tiempo para hacer el cambio de aeropuerto se había reducido, mi idea inicial era tomar el tren o autobús, pero con el contratiempo me vi obligado a tomar un costoso taxi, ya que era la única forma de poder llegar antes de que se cerrara la puerta de abordaje.

Llegué justo a Charlero, me quedaban diez minutos para llegar a la terminal y documentar mi maleta, creí que después de todo lo lograría sin ningún otro problema, corrí a la terminal y el personal de la entrada me negó el acceso, porque decían que mi vuelo había cambiado de terminal.

Cambié de puerta tres veces, pasando información de un guardia a otro, ninguna de las dos terminales me permitía el acceso, hasta que en uno de esos trayectos mi maleta se abrió y mis tenis se desamarraron, preocupado y triste la verdad me senté sobre mis maletas. En ese instante de verdad que me quería regresar a México, mi teléfono no funcionaba, no podía pedir ayuda, ya no tenía tiempo y ninguna de las dos salas me permitía el acceso.

Después de lamentarme por unos segundos, supe que estar ahí tirado no me resolvería nada, así que acomode todo, y me fui a la terminal donde indicaba la pantalla que saldría mi vuelo, tuve una pequeña discusión con el guardia que ya estaba acto de decirme que mi vuelo no salía de ahí, hasta que por fin me dejo ingresar.

Me dirigí lo más rápido que pude para poder documentar mi maleta y cuando encontré donde se debía entregar el equipaje, la fila estaba conformada mínimo por otras seis personas, da una enorme desesperación porque solo estaba una chica en el mostrador haciendo el trámite, iba a ser imposible en un minuto ser atendido.

Ahí fue cuando tuve mi primer golpe de suerte, un tipo francés me quito el pase impreso que tenía en la mano después de que ver mi cara de desesperación, no sé qué dijo exactamente al resto de viajeros, pero hizo que todos me dejaran pasar para poder documentar mi maleta, en segundos estaba al frente de la fila, literal sobre el último minuto.

Para ese entonces ya habían pasado más de un día y medio sin una comida decente, no había podido dormir en los vuelos y me sentía muy cansado, cuando entre y me senté en el avión me quede profundamente dormido durante casi todo el trayecto, recuerdo bien que hasta que escuche la palabra Barcelona y desperté de golpe.

El piloto comunico que en minutos aterrizaríamos en la ciudad, sentí una adrenalina por todo mi cuerpo, el cansancio y hambre habían desaparecido, en instantes llegaría a la ciudad que siempre había querido visitar. Tenía motivos para estar muy feliz pero también sabía que aún no terminaba mi trayecto, tenía que viajar a Girona, pero afortunadamente desde que baje del avión varias personas me brindaron ayuda.

Cuando salí del Prat, una chica que trabajaba ahí me dio unos dulces y se ofreció acompañarme a tomar el metro, curiosidad que ella también se dirigía a la misma estación que yo, después debía tomar el tren a Girona, justo cuando empraba el tren una familia a mi lado muy numerosa comenzó a hacerme un poco de platica, el padre de familia resulto ser un aficionado al futbol y eso permitió que mi trayecto en tren fuera más placentero.

Ellos me ayudaron a cargar maletas y me dieron algo de comer, al llegar a la estación se dieron cuenta que vivían justo una calle de mi nuevo piso, así que me acompañaron hasta el que sería mi hogar por el próximo mes, el señor muy amablemente me dio su número para emergencias o dudas que me pudieran surgir. Al cabo de tres días desde que había salido de casa había llegado a mi destino.


Comentarios (0 comentarios)


¿Quieres tener tu propio blog Erasmus?

Si estás viviendo una experiencia en el extranjero, eres un viajero empedernido o quieres dar a conocer la ciudad donde vives... ¡crea tu propio blog y cuenta tus aventuras!

¡Quiero crear mi blog Erasmus! →

¿No tienes cuenta? Regístrate.

Espera un momento, por favor

¡Girando la manivela!