La llamada de la semana

En primer lugar pongo en sobre aviso que esta entrada no se relaciona directamente con Murcia. Dicho esto quiero contaros la alegría tan grande que esta mañana me he llevado. 

Durante toda la semana he recibido muchas llamadas, la verdad es que estoy bastante ocupada, me estoy moviendo para buscar trabajo y contrariamente a lo que esperaba, me llaman. ¿Por qué quiero trabajar? No lo sé bien, como otras cosas en mi vida se por qué no. No quiero trabajar para ganar dinero, eso se mantiene indiferente en mi vida aunque soy consciente que la plata es la que mueve el mundo. Imagino que lo que deseo es mantenerme ocupada, realizarme y abrir un poco más el círculo de conocidos que me rodean y con los que poder pasar un buen rato. Son suposiciones.

Me llamaron de una agencia de publicidad el pasado miércoles para que asistiera a una entrevista el jueves, de la cual salí muy contenta. Ese mismo jueves por la tarde recibí la llamada de  una respetuosa mujer para concretar una entrevista la próxima semana en pos de mi solicitud de empleo como dependienta. Como ha coincidido que el viernes de esta semana fue festivo, me llamó mi más pequeña pupila para cambiar el día de la clase particular. Mis amigas me han llamado durante el fin de semana para hacer planes, y muy alternativos por cierto. Aunque no sea realmente una llamada, sí que recibí un email que me hizo dar vueltas los ojos. Mi querido profesor Raúl me invitaba al congreso de Tenerife el próximo cuatro de diciembre para exponer la investigación que estamos llevando a cabo él, Félix y yo. Pese a los grandes hechos que se escondían detras de cada una de estos telefonazos, el que se ha llevado la palma sin duda ha sido escuchar al otro lado del auricular a mi queridísimo Iván.

- Hola buenos días, le llamo de la agencia #3ksjda, ¿hablo con Virginia Sáez?

- Sí, soy yo.

- Me gustaría concertar una entrevista con usted el próximo viernes, ¿estaría disponible?

- Ehh... sí, ¿el viernes? ¿de qué agencia dice que llama?

- De la agencia li lo lii lo laa, li lo laaa..

- ...

- ¡¡Qué soy Iván!!

- ...

- Li lo liii looo laaa, Iván la la laaa...

- ...

No sé realmente los minutos que he tardado en reaccionar, pero no podía dar crédito realmente. No puedo describir lo que he sentido porque era una mezcla de físico y espiritual, como si algo me brotara del estómago e inundara mis pulmones. Creo que he llorado de la emoción incluso y tampoco sé por qué. Iván era la última persona que esperaba escuchar hasta dentro de mucho muuucho tiempo. ¿Cómo podría definir a Iván en treina segundos más dos minutos de extra time, como él dice? Es un amigo. Es un confidente, alguien en quien confío o con el que me siento identificada. Es un tío luchador y soñador despierto. Es astuto e inteligente. Es buen conversador y mejor oyente (se queda con todo el cab***!). Es un cachondo. Me encanta. Llegó a mi vida en un momento crucial y nunca se ha ido de ella pese a la distancia que nos separa. Entre nosotros hay un vínvulo emocional inquebrantable.

Si de algo me está sirviendo esta auto-terapia murciana que me estoy aplicando es a valorar, especialmente lo que me rodea, y a dar las gracias. Así que gracias Iván, guaperas, por ser la primera persona a la que llamas -después de tu madre- nada más poner un pie en España. ¡Te lo como todo!

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