En Mantua, ¡hay de todo!

¡Buenos días, buenas tardes o buenas noches!

Escribo de nuevo un pequeño artículo sobre lo que pude hacer en un día en Mantua.

¿Algo de historia-geografía?

Mantua es una ciudad del norte de Italia, en la región de Lombardía. Está rodeado por lagos artificiales (el ingeniero hidraúlico, Alberto Pitentino, fue el arquitecto). Los tres lagos, el lago superior, el lago medio y el lago inferior, forman parte de un complejo más amplio: el parque regional natural del Mincio.

El transcurso del día

Cuando salimos de la estación de Mantua, situada fuera del centro, nos dirigimos directamente hacia la oficina de turismo. Los que leyeron mi artículo anterior sobre mi viaje a Roma saben que es una etapa casi obligatoria para mí. Realmente se ahorra tiempo: saber dónde ir y tener un mapa para poder ir, es perfecto.

Una vez que llegamos al centro de la ciudad, cogimos el mapa como estaba previsto. Nuestra segunda misión era encontrar la famosa tarta de galletas de Mantua: la sbrisolona. Encontramos esta tarta en Venchi (fabricante de helados para los que lo conozcan), pero era demasiado grande, por lo que nos pasamos el camino buscando la sbrisolona perdida (o no). Tras 50 metros, encontramos una panadería que se llama la Forneria delle Erbe que, como su nombre indica, se encuentra en la Piazza delle Erbe. Vende todo tipo de tartas como aquí puedes ver:

Y más concretamente, nuestra querida y dulce sbrisolona, especialidad de Mantua:

De allí, para no perder un minuto más, nos dirigimos hacia el teatro Bibiena. Teatro donde el joven Mozart, con 13 años, dio un concierto en el año de gracia 1770. La entrada solo cuesta 2 € y para los estudiantes cuesta aún menos, 1, 20 € para ser más precisos. Nos los podemos permitir aunque nuestra cartera de estudiante no esté siempre muy llena. Realmente, no dudes en ir y admirar la arquitectura y las luces.

He puesto una foto en la que solo se puede entrever el teatro, para no hacer spoiler. Aunque la tentación de poner todas las fotos era muy grande.

Por suerte, a dos pasos del teatro, a dos pasos reales, se encontraba el restaurante donde teníamos previsto comer. Restaurante que un italiano nos había recomendado, ¡quiero dejarlo claro! Y no nos arrepentimos de haber seguido sus consejos. El servicio era excelente y la comida de calidad. Nada que objetar sobre este sitio, fue un verdadero placer. Además, teníamos tantas dudas en cuanto a qué plato elegir (comer, qué comer, esa era la cuestión) que el camarero nos propuso dividir nuestro plato en dos. Resultado: probé los dos platos típicos de Mantua, para mi gran suerte.

Estos son:

El plato parecía simple, pero era un verdadero regalo para las papilas gustativas. El dicho "nunca hay que fiarse de las apariencias" nunca había sido tan cierto.

A la izquierda, el risotto alla pilota, una delicia, lo recomiendo sin duda.

A la derecha, los tortelli di zucca, también muy buenos, pero te tiene que gustar la parte dulce del relleno de calabaza para disfrutar del plato.

Aprovecho para enseñar esta foto de la entrada del restaurante.

Si te gusta la naturaleza, no debes perderte los famosos lagos que antes he mencionado. De hecho, el restaurante se encuentra, otra vez, al lado de la orilla del lago inferior. Fue una elección estratégica.

En cuanto a nosotros, hicimos una reserva por teléfono con la compañía Motonavi Andes para hacer un recorrido por el lago medio. Ofrecen distintos, de diferente duración (de 1 h a 2 h 30), las tarifas varían en función a su duración, evidentemente. Para un crucero de una hora, el precio es de 9 €, ¡por eso vale la pena! Ver Mantua desde el lago, escuchando al guía hablar (en italiano), ¿no es bonito eso?

Un pequeño paréntesis: para aquellos a los que le guste el granizado, granita siciliana (sorbete ligero, más fina que los granizados), como a mí, por lo refrescante que es en verano, aconsejo el granizado de la Gelateria Loggetta (Piazza Broletto, 12). Es uno de los mejores granizados que he probado, es cierto que se come, no se bebe (normalmente los granizados son más líquidos que sólidos, al menos, los que compré anteriormente eran así), pero te aseguro que merecen la pena. El granizado de melocotón, por ejemplo, sabe realmente a la fruta, con azúcares añadidos evidentemente, pero sabe natural; cosa que no ocurre con todos los granizados.

Vimos la basílica de San Andrés, el Palacio del Té, el museo San Sebastiano y la iglesia de enfrente (la entrada del Palacio del Té incluye la entrada al complejo San Sebastiano). No entraré en más detalles detalles porque prefiero hablar aquí de lo que más me ha gustado (es decir, la comida). Sin embargo, debes visitar todos estos monumentos. El monumento más atípico, en mi opinión, es la Rotonda di San Lorenzo que es una iglesia, aunque no lo parece a primera vista. Ve y entenderás de lo que estoy hablando, ¡no te lo puedes perder!

Aquí lo dejo por hoy. Esperando que os haya gustado y que ahora tengáis ganas de ir a Mantua.

P. D. No olvides la regla básica: ¡donde fueres, haz lo que vieres!

¡Arrivederci!

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