El parque warner: Mi antídoto contra el miedo a las alturas

¡Hola a todos! En una de las entradas anteriores les contaba que cuando te llega la noticia de que te irás de intercambio a otro país muchas emociones empiezan a surgir dentro de ti. 

Te entra una sed de aventura, te llenas de ansiedad, de intriga, de curiosidad y de muchas ganas de arriesgarte a vivir. Este espiritu viajero y todoterreno, no nace en el momento que pisas el nuevo país: en mi caso llegó el día que me dieron la noticia de que había obtenido la beca de mi universidad y me vendría a estudiar a Italia. 

La noticia me llegó en noviembre del 2017 y mi viaje para Italia fue en septiembre del 2018: suficiente tiempo para preparme.

En mis vacaciones de inicio de año del 2018, viajé con mi familia a otra ciudad de Colombia que se llama Medellín, y es aquí donde me atrevo a tomar el primer reto teniendo en mente que cosas más grandes vendrían después:

Viaje en moto más de 1800kms junto a mi hermano y me atreví a hacer canopy en Guatape:

Les confieso que no tenía intenciones en subirme a más de 15 metros de altura en un cable de 500 metros de largo a más de 70kms por hora, pero mis hermanos me decían ¡Ay vamos, no va a pasar nada! y fue cuando pensé: bueno, me iré a un país desconocido, con un idioma del que no sé nada, a una cultura diferente, tendré que vivir sola, tomar transporte, nada puede ser peor que eso ¡ME SUBIRÉ! 

Tengo que decirles que estando arriba me arrepentí, sentía mucho temor y le suplicaba al operario que por favor no me lanzara que no podía con el vértigo, después de una corta conversación, una buena persuasión y un suspiro, me lancé y empecé a disfrutar de esta sensación mientras pensaba en la experiencia que viviría como erasmus. 

Este pensamiento no desapareció, sin embargo, se podría decir que no había salido de mi zona de confort, especialmente con este tema: LAS ALTURAS Y MI PÁNICO. 

Hasta que llegué a Madrid y al Parque Warner. 

Con mi roomie Lucía, de quien les hablaré en otra entrada, planeamos este viaje a España: el primer viaje fuera de país desde que llegué a Italia. Lo organizamos en septiembre y viajamos en octubre. Uno de los destinos fue Madrid como era de esperarse.

Antes de ir a Madrid, pasamos por Barcelona, y estando allí me llegó una notificación de descuentos para la entrada del Parque Warner en Madrid, siempre he sido fan de Warner y he amado mucho sus cosas, así que me emocioné y le conté a Lucía y le dije que teníamos que ir. Mis intenciones era ver los shows, dibujar el espectaculo, la decoración y tomarme muchas fotos. 

La realidad fue otra: ese día me enfrentaría a mis miedos con las alturas

EL PARQUE WARNER Y MI MIEDO HACIA LAS ALTURAS

Llegamos al Parque y empezamos a disfrutar de la vista, la ambientación todo era muy hermoso. Hasta que llegó el momento de subirnos a las atracciones, ahí fue donde le confesé a mi roomie que realmente le tenía mucho miedo a las alturas y que yo la estaría esperando y ella se subiera a las cosas. 

Entonces fue cuando ella me dijo que estabamos en otro continente, en otro país, que no podía no subirme, que ya estabamos allí, que ella me acompañaba, entonces se le ocurrió la idea de empezar a subirnos en atracciones de niños

¡ERAMOS LAS ÚNICAS JOVENES EN ATRACCIONES DE NIÑOS! Los demás eran padres acompañando a sus hijos.

Después fuimos progresando poco a poco, hasta que me fui arriesgando y terminé subiendome en todas las atracciones. Todo era risas y todo fue bonito, hasta que llegamos a una atracción que era "una montaña rusa normal", cuando ya estaba sentada y con la seguridad respectiva, se acercan operarios a ponernos gafas de realidad virtual ¡REALIDAD VIRTUAL EN UNA MONTAÑA RUSA! Quería morirme. 

Al final terminé amando la experiencia, luego de mucho miedo, de querer bajarme, de arrepentirme nuevamente por estar ahí arriba, lo logré. Y la felicidad que me invadió era tan gigante e incomperable, porque realmente tenía muchos motivos para ser feliz:

1. Vencí uno de mis mayores miedos.

2. No dejé de reir ni un solo minuto: un buen día vivido y de mucha gratitud.

3. Estaba agradecida de la experiencia erasmus, porque fue mi motivación para atreverme.

4. Fortalecí una hermosa amistad y entendí que en compañía la vida es mucho más bonita.

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