El día X: 2º part
Como explicaba en el anterior post, salimos de Milán-Bérgamo con destino a Varsovia; dos horas y media de avión, en las cuales esta vez sí (aleluya) pude dormir. No fue mucho, pero lo justo como para despertarme reventado, pero a la vez con las fuerzas suficientes para lo que quedaba de día.
Allí en Varsovia, nos vendría a recoger el mentor de mi compañera de viaje (de mi mentora mejor no hablar, pues cada vez que le preguntaba algo, decía que estaba atareada con sus estudios; y digo yo: ¿para qué te haces mentora mujer?), la verdad que era bastante simpático el chaval, aunque quizás demasiado, pues intentaba constantemente ligar con mi compañera desde que llegamos, por lo que me sentía un poco "sujetavelas". Pero quitando ese detalle, la verdad es que nos ayudó bastante, contestando a todas las dudas con cortesía y pegándose el palizón con nosotros de trenes, buses, más trenes y más buses desde las 16,00 de la tarde hasta las 22,00 de la noche que llegamos a la ansiada ciudad, Łódź.
Ni qué decir tiene que uno se esperaba mucha menos temperatura de la que hubo aquel día, pues se rozaban casi los veinte grados, lo cual era un tiempo fabuloso. Había sol y eso se agradecía bastante, la verdad; además el viento era casi inexistente, y hacía que llevar chaquetón fuera estúpido. Me alegré considerablemente y el tiempo me daría la razón en que lo principal para combatir el frío es la mente (para completar una frase bastante usada por mí: "todo es mental"). Yo creo que el estado de ánimo de uno, las expectativas ante el día a día, y el hecho de estar tranquilo a pesar de la baja temperatura (cierto es que los pezones de uno terminan dictando sentencia muchas veces en contra), hacen que la imaginación se convierta en realidad (al menos en parte, que sigo creyendo que en un año le ganaría en tenis a Nadal, y eso que no jugué en mi vida).
Otra cosa que me agradó de Polonia a primer vistazo, fue que la mirada de la gente hacia los extranjeros no era mala. Acostumbrado a ver miradas asesinas en países como Austria, en el cuál me he llegado a tener que levantar de un asiento de bus porque una señora no paraba de gritar "turkish, turkish"; el llegar a Polonia y ver por norma general como todos están a sus cosas, sin preocuparle en demasía lo que hagan los demás, era una tranquilidad. Incluso puedo decir, haciendo una clara distinción de sexos, que las mujeres normalmente sonríen por todo, y que los hombres tienen una mirada fija seria y confiada.
Una de las preguntas que le hicimos al mentor de mi compañera era si le gustaba la ciudad y que la comparara con otras de Polonia. La respuesta fue contundente, ya que dijo que la ciudad en sí era bastante triste y fea, y que otras como Cracovia o la renovada Varsovia se llevaban la palma turística. Cierto debía ser, cuando días antes de llegar leí artículos que decían que la población de Łódź, había bajado en torno a 80,000 habitantes en los últimos años, yéndose los emigrantes a las ciudades nombradas anteriormente. Básicamente, el mentor nos explicó que el primer sustento de la ciudad históricamente eran las fábricas de textil y que con la llegada de las máquinas más modernas, el paro empezó a crecer hasta límites no muy recomendables; comenzaron a cerrar diversas fábricas y empresas y la ciudad se fue quedando cada año con menos personas. Además, ese aspecto de primeras tosco y triste hace que no sea muy visitada por los turistas, si bien los Erasmus cada año, le dan otro color.
Como decía anteriormente, llegamos a la Residencia en torno a las 22,00 de la noche y fuímos primeramente a dejar a mi compañera en su edificio, antes de proseguir al mío. De nuevo el mentor, le ayudó a rellenar el papeleo y a decirle todo lo necesario para que no tuviera problema, y fue allí, en el edificio 11, donde encontré a las primeras personas con las que me juntaría. Sorpresa de nuevo la mía, cuando vi tanto español junto; sabía que habría bastantes, pero tantos era impensable. Una vez terminado el papeleo y las presentaciones, el mentor me acompañó a mi nueva casa hasta el día 27 de Septiembre que sería cambiado al edificio 10. El 8, la verdad es que era el peor con diferencia; habitaciones triples sin hueco en la habitación y con duchas y baños compartidos para toda la planta, hacían de aquello una auténtica selva, al menos de primera vista. Tuve suerte al llegar el primero a mi habitación y pillarme lo que para mí era la mejor posición de la habitación: al fondo al lado de la ventana. Y si bien al principio, el hecho de tener que ir al baño al otro lado del pasillo en pijama y manga corta era bastante molesto, con el paso de los días uno se acostumbra a todo y empieza a sobrevivir. Podría adelantar que incluso terminé echando de menos aquellos paseos hacia la ducha cargado de cosas, y en la que me he llegado a estar hasta 35 minutos debajo del grifo de agua caliente (quizás deba reconocer que es un poco extraño echar de menos eso).
Pero como aun no quiero adelantar acontecimientos, diré que en cuanto dejé las maletas (por supuesto sin sacar la ropa, para no acostumbrarme a que aquello fuera mi hogar); me largué a ver a mi compañera que era de momento con la que más confianza tenía, a ver cómo le iba. Ella se encontraba en una habitación doble, con baño dentro y con frigorífico (se me olvidaba que tampoco teníamos frigorífico, para que así todo fuera más fácil claro, pues las cosas tenía que ponerlas en la tabla de la ventana por fuera); pero con otra habitación justo al lado (es decir, baño para 4 personas); y por supuesto sin cocina como yo, eso si era lo único que se parecía. Total, que ella encima no estaba muy convencida (pues imagínate yo chavala, pensé), y le dije que debíamos llamar a la puerta de en frente que he escuchado que hablaban castellano. Y así fue, llamamos y eran españolas, que nos dijeron que irían abajo en breves a cenar con más gente. Fuímos sin pensárnoslo dos veces, y fue cuando apareció el 3º consejo que debo daros gente Erasmus: Una pizzeria dentro de un complejo universitario y con nombre de instrumento musical (saxofón en este caso), nunca podrá ser una buena pizzeria, así que replanteároslo antes de ir a pedir. Y es que la masa no sólo era incomible, sino que toda pizza que te pidieras, tenía mas champiñones que otra cosa, y ay si te pides encima salsa de champiñones, !mamma mia! En fin, me dije a mi mismo que no volvería a comer allí (y desgraciadamente si que lo hice).
Pero, ¿sabéis qué? Pues que, rápidamente congenié con la gente (sobre todo con los gaditanos), y todo fue sobre ruedas. Gente abierta y simpática, con ganas de conocer mundo y la verdad que se notaba. La conversación era permanente y la diversión asegurada. Ya veía todo de una manera distinta, pero mi madre no pensó lo mismo al explicarle el día tan largo que tuve y lo bonita de la residencia (irónico claramente).
Consejo número 4: a las madres hay que mentirles por su bien; pues está bien decir la verdad, pero cuando les haces daño por cualquier tontería como pueda ser que la residencia a primera vista no te gusta, hay que callarse la boca y decir que es maravillosa y que era mejor de lo que esperabas. Ella se sentirá tranquila y tú seguirás luchando porque todo lo malo, se convierta en bueno.
Tras comer las pizzas en la residencia 11, llegó la hora de irme, pues tiene que dejar el dni todo aquel que no sea de allí, y si estás mas de las 23,30 hay que pagar 10 zlotys (2,50 euros), para quedarte. Ya hablaré de las reglas inteligentísimas de la Residencia y de su maravilloso personal (pero qué irónico que soy a veces, hasta yo me sorprendo).
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Comentarios (5 comentarios)
Paqui Tarta hace 12 años
¿hay aeropuerto en en Lodz? Lo digo porque es una pasada estar 8 horas en bus y tren
Daniel Vall hace 12 años
Yo creo que si hay
Anthony Power hace 12 años
Sí que hay, de hecho ryanair tiene aquí parada y de vez en cuando hay vuelos bastante baratos a Londres por ejemplo. Podría hacer un artículo sobre maneras más baratas de llegar a la ciudad. Me has dado una buena idea!
Raul Legendar hace 11 años
¿Qué me recomiendas para ir a Varsovia? ¿Es necesario cogerlo con mucha antelación?
Anthony Power hace 11 años
Ryanair, o bien pillar paris-varsovia; o bien milan-varsovia; antelacion con 2-3 semanas antes te es suficiente porque hay muchos vuelos, aun asi, cuanto antes mejor!