El día X
Eran las 02,00 de la mañana, quedaban escasas cuatro horas para partir hacia la ciudad en la que estaría todo el año de Erasmus, Łódź, y a esa hora aun no había ni preparado la maleta. Yo ya no se si llamarlo, vivir al límite, que me guste el riesgo o simplemente que estaba haciendo el tonto, pero las cosas como son: esa noche no iba a dormir ni aunque quisiera, más que nada porque siendo las 02,00; y teniéndome que levantar a las 04,00 para ir en coche de Jerez de la Frontera al aeropuerto de Sevilla; sin olvidar el caso importante de la maleta, pues como yo digo a veces, esto es "matemática pura".
Empecé a meter cosas sin ton ni son, era imposible que cabiera todo lo que quería (recordar el detalle de los 15 kilogramos con ryanair, no 20 como mi compañera sensata de viaje); y había cosas que tenía que meter obligatoriamente: ya fueran algunas toallas, el portatil, zapatos, y sábanas (bueno ahora que lo pienso eso era prescindible). En fin, que metiendo lo mínimo necesario que era eso, más la ropa interior, ya cogía casi la mitad de lo que podía llevar (incluyendo el peso de las maletas claro). Ahora quedaba hacer el viejo truco de los vaqueros (llevas 2 y van con todo) y meter lo que quepa de ropa (que por cierto, poco abrigado la mayoría, casi todo lo que metí eran camisetas cortas y sudaderas finas). Y si a primera vista, parecía una decisión poco inteligente, el tiempo me llevaría la razón, pues aunque hayamos ya alcanzado algún día los menos 8 grados, es un frío seco, con el que si te pones bufanda, gorrito, guantes y un buen abrigo, podrías ir hasta en mangas cortas abajo que no tendrías problemas (la gente es muy exagerada con esto del frío). La cosa está en que al entrar en cualquier sitio, la calefacción estando a tope y los lugares aclimatados a las temperaturas, hacen que llevar muchas capas sea la peor decisión de tu vida, ya que no sólo es el hecho de quitar y poner, sino también de dónde lo metes todo y a quién se lo dejas.
Pero sin irme a otro tema, y una vez completada la difícil siempre tarea de hacer la maleta, ya sólo me quedaba una hora para tener que levantarme; por lo que encendí el mp3 y empecé a escuchar canciones que hacía tiempo no escuchaba. Ahora sí que veía de cerca el momento de irme. Al rato, y aun recordando aquella última canción que estando acostado en la cama, me hacía moverme con ritmo y ganas ("2 steps, Craig David"), vi como mi padre se acercaba lentamente hacia mí para decirme:
- "Antonio, vamos arriba, que el avión no espera a nadie".
Yo me hice el remolón un rato hasta que se volvió a acercar más serio aun, miré la hora y creí que llevaba razón y debía levantarme. Con las dos maletas preparadas, un sólo chaquetón y un 70% camisetas cortas, mi madre no podía decirme cosas bonitas. De hecho lo más bonito que le recuerdo fue algo así como:
- "Antoñito, ojalá te pongas malo cuando llegues y así aprendas". En fin, todo un encanto de frase y ánimos para la experiencia.
Salimos hacia el coche, estaba muy oscuro, eran sobre las 04,00 más o menos, y no había tráfico alguno. Mi padre sereno, mi madre con angustia; y ambos dándome los últimos consejos ante lo que se veían venir, que era que me verían 2-3 veces al año. Desde un "cuidado con la cartera", a un "no hagas tonterías", pasamos al siempre mítico "llámame cuando llegues". Ya llegábamos al aeropuerto, y mi compañera de viaje ya me comentó que había llegado como casi 2 horas antes (¡que previsora Dios mio!). Nos pusimos a buscarla a eso de las 05,10 y el avión salía a las 06,35. Teníamos tiempo para charlar un rato, y que nuestros padres compartieran sus penas momentos antes de ver partir a sus hijos.
Aquí es cuando doy un consejo a todo estudiante Erasmus que vaya con sus padres al aeropuerto (99%): cuanto menos tiempo haya desde que estéis allí a partir, mejor; pues es justo en ese momento cuando mas meláncolicos se ponen y más besos y abrazos te dan. Hasta quizás algún "te quiero" te suelten.... Ahh y claro, al final pues siempre por muy temprano que llegues, vas justo de tiempo. ¿Moraleja? Iros rápido al avión, no vayáis con prisas que luego os pasa factura, tan temprano es mejor ir tranquilos y quitarse de problemas.
¿Y que por qué digo esto? Pues porque entramos por la puerta de embarque a lo justo, ya la gente estaba en cola pasando hacia el avión y nosotros aun facturando las maletas. Y es que llegaba el peor momento para los que viajan con ryanair: el pasar la maleta de mano en el hueco azul de hierros, o peor aun, la temible caja de cartón. Yo estaba tranquilo, pues mi maleta de mano cumplía las medidas, y no estaba sobrecargada. Sabía que con un buen empujón, cabría sin contemplaciones. Pero como ya dije anteriormente en otro post: la teoría y la práctica suelen coincidir pero a largo plazo; llegamos muy justos corriendo al angustioso control de maleta y tanto a mi como a mi compañera, nos dijeron que no podíamos empujarla para meterla y que por tanto no cabía bien.
A ver, no me cundió el pánico, en peores plazas había toreado, pero si es cierto que ella llevaba la maleta de mano y un bolso y eso no podía ser. Empezamos a meter todas sus cosas entre mi chaquetón, el suyo y su maleta, y parecía embarazada esa maleta. Aun así entró y no hubo problemas. Yo le quité un par de cosas a la mía, la había visto muchísimo peor en otras ocasiones, y entrar entraba sin empujones, pero al sacarla se quedaba atascada, debido a la tela que se quedaba pillada. Pues nada, me decía la amabilísima (ironía) azafata, que no podía empujar ni para meterla ni para sacarla. ¿Cómo saco una maleta sin tocarla pues? Porque vale que para meterla la gravedad ayude, pero señorita, para sacarla qué. Total yo empujaba por sacarla pero se quedaba muy pillada por la tela, y uniéndolo a que ya eramos llamados por el comandante del avión, con nombre y apellidos y diciendo eso de "última llamada"; pues tuve que pagar cincuenta euros que ufff, aun me duelen.
Empezaba bien la cosa pues, sin dormir, con la maleta con pocas cosas, pagando cincuenta euros gracias a la azafata tan flexible, y encima una vez subidos en el avión, me tocó al lado de una señora coon su hijo; que para mi desgracia no paraba de mirarme y quería jugar conmigo. Lo bueno es que se hizo el viaje rápido hasta Milán, y que el niño se quedó callado una vez que le dije de pintar. Repito el consejo de que hay que ir temprano a los sitios, para que si se tuerce cualquier asunto, puedas anticiparte y poder arreglar la situación ("menuda situación").
Una vez en Milán, ah y recordando que mi compañera tuvo que pagar ochenta euros debido a que su maleta facturada tenía más kilogramos de los permitidos, decidimos que ni yo debía pagar otros cincuenta euros, ni ella esos ochenta, así que pensé que la mejor idea era que se comprara allí en el aeropuerto una maleta de mano (ella llevaba un par de bolsos, uno grande y dentro metió el pequeño; pero ambos cabrían en la maleta de mano y le sobraría espacio). Así se la compró por treinta y dos euros y se ahorró los otros cuarenta y ocho euros. Yo metí alguna cosa mía en la maleta grande y ya la chica entró sin problemas. Las cosas empezaban a arreglarse, y todo esto corriendo desde que llegamos porque entre vuelo y vuelo había solo una hora de por medio.
Consejo número 2 en la experiencia Erasmus: Si no quieres acabar nervioso perdido, no te pilles 2 vuelos con una diferencia de tiempo de sólo una hora. Porque excepto que la maleta facturada sea rápida en llegar, no se llega ni de coña.
Nosotros tuvimos suerte y si que llegamos a tiempo (no por mucho, pero mejor que en España). Nos subimos en el avión e ibamos rumbo al país de destino, Polonia.
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Comentarios (8 comentarios)
Gosia Miszczak hace 12 años
"Antoñito, ojalá te pongas malo cuando llegues y así aprendas" jajajaja me encanta!
Anthony Power hace 12 años
jajaja la verdad que mi madre tiene su punto gracioso....
Ana Morillo hace 12 años
Por fin me he enterado que te pasó con la maleta!!! Pfff… estaba intrigada! Una cosa, ¿como llevas lo del idioma? ¿Es necesario hablar polaco para desenvolverte por allí? =)
Anthony Power hace 12 años
Pues el polaco no es estrictamente necesario, aunque algunas expresiones nunca vienen mal. Próximamente haré un artículo sobre las expresiones más útiles si no conocemos el idioma.
Ana Morillo hace 12 años
Sigo el blog y estaré esperando ese artículo! Disfruta de la experiencia… Yo igual me ánimo para el próximo año.
Anthony Power hace 12 años
Gracias Ana, la verdad que es toda una experiencia sí. Te lo aconsejo completamente. En poco tiempo llegará ese artículo.
Alberto García hace 12 años
jajajaj buen articulo antonio me gusta
Anthony Power hace 12 años
Gracias Alberto, eso espero