El cómo llegué hasta Łódź.... 2º part!
Como iba diciendo en el anterior post, mi compañera sanluqueña y yo, estabamos dejándolo todo para el final, mandando los papeles de la residencia a principios de Agosto, cuando ya incluso a algunas personas le habían respondido con un sí o no. Pero qué le vamos a hacer, se ve que nos gusta el riesgo (o simplemente somos un poco torpes).
Tardaron poco en contestar, y contundentemente nos dijeron que ya no había plazas libres y que por supuesto la idea de ir a vivir a un cuarto en la residencia sólo, era imposible. Lógica respuesta ante la parsimonia mostrada por nosotros dos. Era el momento de ponerse en acción, no dejar que la presión nos pudiera y buscar otras soluciones. Primeramente era atar el vuelo en cuanto se pudiera, y así quedando mediante whatsapp un par de días, se daría carpetazo al primer asunto pendiente. Pillaríamos un Sevilla-Milán-Varsovia; por unos treinta euros, pero con las maletas facturadas se iba casi a los cien, ya que había que pagar no sólo un trayecto, sino también el transbordo (es decir, la maleta facturada se paga dos veces, ya que son dos vuelos distintos).
Ella fue conservadora, cogió la maleta de veinte kilos, mientras que yo dije: "bah, a mi con quince me sobra, más la maleta de mano". De nuevo al límite (como casi todo en esta Erasmus que poco a poco iréis descubriendo), mi sorpresa fue cuando tras reservar los vuelos y dejarlo todo perfectamente atado, voy tan contento a la cocina donde se encuentra mi madre y le digo de manera alegre:
- "Mamá, ya tengo el billete de avión, he cogido maleta facturada de quince kilos en vez de veinte para que sea más barato"
- Y me suelta: "niño, ¿tú no serás tonto, no? ¡La misma maleta que tienes pesa ya diez kilos!"
- Yo sólo podía hacer un "ouchhh".
Cierto es que no lo tuve en cuenta y más cierto aun que la maleta en concreto pesaba 9,70 kilogramos. Me dije a mi mismo que debía solucionar el asunto, así que fui a la tienda china más cercana de mi casa (hay que ver la de cosas que uno encuentra buscando) y me compré la maleta más ligera (supongo también menos resistente) y con tamaño considerable. Pesaba 4,90 kilos, así que de nuevo le había ganado la partida al ser supremo (si lo hay) y aun invirtiendo unos quince euros, me ahorraba veinte euros más de no poner en facturación la maleta más grande. Todo salió a pedir de boca, al menos, en teoría...
Porque cierto es que la teoría y la práctica muchas veces no concuerdan con la realidad. Y es aquí donde debo soltar una frase célebre: "A largo plazo todos estamos muertos". La dijo Keynes en su época, pero os preguntaréis: ¿a qué viene esto chavalín? Pues viene a que la teoría y la práctica solo concuerdan (o mejor dicho probablemente concuerden) a largo plazo, y a corto plazo el 90% de las cosas son azar (sí bueno, es un porcentaje que quizás me haya sacado de la manga); lo cual me lo dejó todo claro el día que cogimos el vuelo, que aun no contaré.
Pues como iba diciendo, el vuelo ya lo teníamos reservado, y ahora ya sólo quedaba (bueno sólo es relativo, pues quedaba lo más importante), el saber dónde quedarnos a vivir. Como en la residencia nos dijeron que de momento nada y que si hubiera plazas libres nos avisarían en Septiembre; mientras debíamos buscar un plan B por si acaso terminabamos sin plaza, y así lo hicimos (bueno, más bien mi compañera lo hizo).
Gran parte de las personas que ibamos de Erasmus a Łódź, estabamos metidos en una página de facebook por la que hablar de los temas relacionados y las dudas (el célebre de nuevo Juan Graciano la creó), y fue por ahí donde mi compañera encontró a una posible candidata a vivir con nosotros. Y como ya sabemos el dicho de: "mejor malo conocido que bueno por conocer"; al final decidimos que lo mejor sería que nos fueramos ella y yo juntos a vivir a un piso más alguna otra persona. No la conocía de nada, pero me cayó bien desde el principio, así que acepté la proposición y me puse a mirar pisos baratos en la ciudad. Ella habló con una francesa que también buscaba piso y compañero y aunque la idea de vivir con un hombre, no le gustó mucho (ella se lo pierde, la verdad), pronto cambió de opinion al ver que no muchas personas querían piso (eso o mi sex appeal claro).
Pasaban los días y parecía que terminaríamos viviendo los tres juntos, sólo quedaba encontrar un piso bueno, bonito y barato, y que nos convenciera a los tres. Lo malo, que no se aclaraban entre mujeres, si la francesa decía que le gustaba uno, a mi compañera no y viceversa. Y por supuesto si yo decía alguno, a ninguna le gustaba; asi que decidi de nuevo esperar a que todo se solucionara sólo (mala actitud esa, os lo aviso ya); y con suerte todo se solucionó. ¿Cómo? Pues porque llegó Septiembre, a 14 días de irme de Erasmus (el vuelo salía el 15 de Septiembre) y nos mandaron tanto a mi compañera universitaria como a mí un correo en el que nos decían, que había plazas libres en la residencia y que estabamos dentro si queríamos. Eso si, habitaciones dobles (supuestamente, aunque luego se vería que todo era repito, supuestamente). Ella se alegró como nadie y yo pues que queréis que os diga, pues también.
La residencia daba no sólo dinero de más cada mes, sino tranquilidad al quitarte el problema de seguir batallando para encontrar un piso acorde al gusto de los tres (que ya llegó un momento en el que me daba igual incluso si no tenía ni baño ni camas).
Lo único que pasaba que se podia entrar desde el 27, y que mientras, nos asignarían otras residencias al parecer. Ningún problema mientras que nos dejaran estar en algún sitio, pensé. Y es que ya todo se estaba solucionando, teníamos vuelo, teníamos dónde quedarnos, y más o menos estabamos enterados de las cosas que nos harían falta y completándolas (estilo la tarjeta sanitaria europea, seguro de repatriación, etc); por lo que se podía estar calmado hasta que llegara el día esperado. Mientras, quedaba despedirse de todo lo que se dejaba uno en España (de la familia, amigos y otros allegados, y lo peor de todo que era el Sol) pues pasaría tiempo en volver a ver a muchas de esas personas (y el Sol ni os cuento).
Todo listo pues, y pasaban los días hasta que llegó el 15-S.
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Comentarios (7 comentarios)
Paloma Velasco hace 12 años
Muy util tu comentario. ¡Me siento bastante identificada!
Anthony Power hace 12 años
Gracias Paloma, esto sólo es una introducción para que la gente vea como va todo el recorrido. Pronto empezaré a dar detalles más próximos a la ciudad! =)
Ana Morillo hace 12 años
tiene su gracia ¿como te salió la maleta al final?
Anthony Power hace 12 años
Pues al final metí lo que pude, y ahorré algo de dinero, asi que perfecto (excepto por esos 50 euros de más por la de mano).... jeje
Paqui Tarta hace 12 años
Es gracioso, pero muy util, ¿me recomiendas la aventura?
Anthony Power hace 12 años
¡Siii, totalmente! Es un poco pesado el viaje y eso, pero llegas al final y todo merece la pena. Además, el precio a Varsovia siempre suele salir más bajo, y por eso el ir hacia allí. Así que tu decides, si pagar más o perder más tiempo.
Alberto García hace 12 años
lo importante eske llegaste antonio eejeje