Desde el Oriente Antiguo a la actualidad (3/4)

El florecimiento de las distintas Artes

Hacia el año 275 a.C., Anlioco I (281-261) ordenó que la población de la ciudad de Babilonia se trasladara a Seleucia. Al mismo tiempo, sin embargo, restauraba grandes templos de Babilonia y Borsippa e instaba a sus eruditos a retomar las actividades relacionadas con los antiguos saberes.

Uno de los sacerdotes del templo de Marduk, de nombre Beroso, le dedicó una gran historia al monarca que versaba sobre hechos desde la época del Diluvio hasta la conquista macedonia: su "Babyloniaká". Destinada al regio mecenas, fue escrita en griego, pero se basada en la erudición babilonia.

En uno de los fragmentos, publicado por P. Schnabel en 1923, se cuenta el origen de la cultura y la civilización mesopotámica, gentes salvajes e ignorantes al principio de los tiempos. Vivían como las bestias hasta que un día surgió del mar un ser excepcional llamado Oanes; tenía el cuerpo de un pez, pero rostro y pies humanos. Este ser instruyó a los hombres y les enseñó todo lo que constituye la vida civilizada: letras, ciencias y métodos.

El pensamiento religioso y los inicios de la especulación filosófica

Una gran contribución de la cultura y el pensamiento del Oriente Antiguo es la religión. El entorno religioso mesopotámico fue el primero en arrojar luz filosófica a las enigmáticas preguntas sobre el origen y el ser. También durante el periodo iranio, se aportó por primera vez, mediante  Zaratustra, la idea sobre la creencia en la libertad de elección entre el bien y el mal y la existencia de vida después de la muerte.

La religión y la magia

El mundo religioso de entonces podría definirse como un sistema que nace en los orígenes de lo profundo del ser humano. No existe ningún pilar en el que pueda basarse sino en sentimientos o razonamientos genuinos.

El pensamiento religioso surgió de manera espontánea primero entre sumerios y después entre semitas. La religión al principio venera los fenómenos naturales y adopta una forma de personificación, intencionada, a posteriori. El politeísmo es natural, su símbolo es conformado por una estrella. La relación de dioses llega a miles, el ápice es ocupado por la trinidad de An-Anu ("el cielo"), Enlil ("la atmósfera") y Enki-Ea ("las aguas subterráneas"); en torno a estos, los demás: Nanna-Sin ("de la luna"), Utu-Shamash ("el sol") e Inanna-Isthar, diosa del amor y de la guerra. Más tarde se tiende hacia una singularización de Marduk en Babilonia, Assur en Asiria e Isthar en todas partes.

Los dioses siempre estarían por encima del poder político pero el clero nunca controlaría el Estado.

Los textos más antiguos manifiestan el planteamiento de la creación divina a partir del caos y las aguas primordiales, las montañas que sujetan la bóveda celeste y debajo el Hades. Más tarde resaltará el papel de Marduk como dios creador y Tiamat como dios del océano y Apsu. Después aparecería la teoría de la creación del hombre a partir de arcilla y la idea de haber sido creados para estar al servicio de los dioses.

Las gentes de Oriente Próximo Antiguo mantienen una actitud afable hacia lo sagrado, de admiración y respeto, pero ese sentimiento no se desvía hacia lo espiritual. La muerte es un desenlace natural, el espíritu se dirige al Hades y vaga triste sólo si no recibe ofrendas de los mortales. El clero administraba la fe, las gentes aceptaban sus limitaciones humanas. La Biblia incorporó muchos de los mitos del Antiguo Oriente.

La filosofía

Los letrados iniciaron el camino a la filosofía con el pensamiento especulativo, preocupado por el ser humano y su condición. Se conservan poemas y diálogos de proverbios, como "el código Hammurabi" o los tratados médicos que son ejemplo de la lógica aplicada de los letrados.

Los proverbios son considerados parte de la literatura pero también consejos prácticos que son una forma de pensamiento. Difundían cierta ética para canalizar el conocimiento ante la vida. La realeza no se jactaba de los triunfos, sino de aplicar justicia y proteger a los necesitados.

Durante el período iranio los libros más antiguos del "Avesta" contienen concepciones filosóficas imprecisas como la responsabilidad humana, pero respeta la religión. Sin embargo, en época sasánida, destaca la tolerancia con el Imperio Romano. Durante el reinado de Shappur II, la ‘Escuela de Edesa’ llevó el aristotelismo a Irán, muchos filósofos tuvieron que emigrar; tras el cierre de la ‘Academia de Atenas’, Cosroes acogió complaciente a sus filósofos. El rey disfrutaba en debates entre filósofos griegos y clérigos mazdeístas.

La cultura humanística

Los pueblos del Oriente Próximo antiguo proyectaron los primeros pasos de una rama de conocimientos tan esencial como la cultura humanística; una interesante armonía entre conocimientos heterogéneos que se manifiesta con las primeras obra maestras y géneros literarios, en poesía y prosa. Al mismo tiempo, la música comenzaba a perfilarse con un sistema de notación de todavía compleja interpretación, pero siendo clasificado por géneros.

La ciencia jurídica, la de la administración y la política establecieron ordenamientos, instituciones y pautas cuya estructura se identifica con el sistema de nuestra cultura occidental.

La literatura

La literatura en Oriente surge con la escritura; concebida para ser leída en voz alta, fomentaban la familiarización con los mitos, los héroes y los proverbios. En justicia destacan los tratadistas, la humanidad de los personajes y sus sentimientos.

Cultivaron poemas a modo de fábulas, debates dialogados sobre un tema e incluso humor como en "El hombre de Nippur." 

En el ámbito religioso se escribieron oraciones, lamentaciones, conjuros, e himnos a los dioses como el himno acadio a Shamasho, el que dedicara a la diosa Ishtar la hija del rey Sargón.

Fueron populares entre los sasánidas los "Libros de los consejos", ensayos de moral teórica.

La Historia

Gracias a las repisas de archivos dejados por los letrados, los tratadistas pueden reconstruir la historia de Oriente desde la época sasánida hasta la de los sumerios. Así nació la historiografía. Durante el tercer milenio, los escribas sumerios y acadios relatan  hechos de trascendencia pública. Hay que destacar "Las leyendas de Sargón" o "Naram-Sin" y el "Llanto por la destrucción de Ur".

En el segundo milenio se enriquen las formas de expresión; se escriben textos de dimensión histórica. Tras la ‘Escuela de los Anales’ aparecen obras como "la Relación dela VIII campaña de Sargon", "las Crónicas Babilónicas". Sobre la monarquía sasánida se conserva "El libro de los soberanos", en tiempos de Yazdergird III, último rey.

La música

Los griegos no comenzaron a memorizar de oído hasta Guido de Arezzo. En Oriente no fueron más sagaces, pero dividieron la octava en grados y crearon un sistema de notación que permitiera leer una melodía.

La música, los instrumentos y el canto formaban parte de la vida de los pueblos de Oriente. Existía el arpa, la lira, laúdes y salterios, entre otros instrumentos.

Anne Kilmer halló en una tablilla la relación de las cuerdas de un instrumento con números. Otra tablilla de Berlín corroboró que se trataba de la notación de una escala heptatónica. Designaban siete escalas diatónicas, cada una formada por cinco tonos capaces de hacer una sucesión fija de notas.

El último descubrimiento sería el de la notación; Güterbock reconoció en una tablilla hurrita términos musicales escritos bajo un himno a la diosa Nikkal.

La ciencia jurídica y la política

En la primera mitad del tercer milenio el Antiguo Oriente Próximo ya contaba con leyes escritas, públicas e iguales para todos. Los avances en Derecho estaban vinculados a la cultura urbana y el Estado. Los procesos se hacían en público, en presencia de escribas.

El "código de Urnamuin" introduce multas por lesiones físicas. Los "códigos de Lipit-Ishtar y Eshnunna" reunían normas de comercio. Se incorporaron asuntos como el matrimonio, alquileres o hurtos. El "Código de Hammurabi" daba a conocer la normativa general, aplicable a todo el reino por igual; los súbditos podían apelar ante el rey.

La ciencia

Es frecuente oír que el saber mesopotámico no integraba una verdadera ciencia, sino más bien un cúmulo de manifestaciones fruto de la observación, que mediante la magia y la oniromancia permitían explicar los enigmas de las fuerzas ocultas. Dicho pensamiento elude dos datos concluyentes: se conserva gran número de tablillas relativas a los diversos campos de la ciencia y la técnica de la época por un lado, y, por otro, que, como demostrara Jean Bottéro, durante el tercer milenio los letrados mesopotámicos habían llegado a convertir la adivinación en "un conocimiento a priori sistemático, capaz de prever, que tenia un objeto necesario universal y a su modo abstracto, y que poseía incluso sus manuales". Así, desde el campo de la adivinación se gestaron el espíritu y las bases del pensamiento científico.

Los comienzos de la ciencia deben buscarse en la ‘ciencia sumeria de las listas’, donde los escribas dejaban constancia de la ordenación sistemática del conocimiento. En la casa de Rasapabu de Ugarit se halló un tratado de medicina veterinaria y en Hatussa un tratado de adiestramiento especial para caballos de carros de guerra.

En el primer milenio el interés por la botánica y la zoología creció a medida que aumentaron las conquistas. Assurnasirpal II pretendió reconstruir en sus parques los paisajes naturales de Babilonia y Amanus. Importaban plantas y animales.

La geografía no pasa desapercibida en los mapas, el primero es de una tablilla de Gasur-Nuzi, en el se indican ya los puntos cardinales.

La medicina y los medicamentos abarcaban el mismo campo. Los fármacos provenían de la naturaleza, algunos con sustancias similares a las que actualmente se comercializan. El ejercicio de la cirugía era una profesión distinguida. Se conserva un formulario médico de tres columnas escrito por el doctor Nabu-Le’u.

En el campo de la matemática, los letrados orientales crearon un sistema de cálculo superior al griego. A finales del cuarto milenio, las gentes de Uruk y Susa empleaban sistemas de medidas que pueden identificarse con el decimal y el sexagesimal. Poseemos documentos con problemas de ecuaciones de primer y segundo grado. Conocían la relación de Pitágoras y muchas de sus conclusiones siguen vigentes.

La astronomía estaba unida a las matemáticas; de hecho, nuestra medida de horas, minutos y segundos se la debemos a ellos. Disponemos de tablillas de eclipses, movimientos de planetas, meteoritos, cometas y constelaciones. Configuraron un calendario lunar de doces meses, las constelaciones y el zodiaco.

Destacaron también en ingeniería y construcción, como se muestra en el acueducto de Yerwan y el sistema de canales que mandó Senaquerib para llevar agua a Nínive. Recurrían a la geometría y tenían conocimientos de física.

Alcanzaron los secretos de la metalurgia de cobre, bronce, oro, plata y hierro.


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