Descubriendo nuevos tesoros en Irlanda

¡Hola de nuevo valientes y aventureros/as!

Aprovechando estos dias tan soleados con los que contamos últimamente en Irlanda, al menos alrededor de la zona de Wicklow, me decidí a hacer una ruta en bicicleta desde Bray hasta Greystones, que como dije en otro post, hay varias opciones para recorrer los 6 kilómetros que separan una ciudad de otra.

Bajo mi punto de vista, el camino por los acantilados bordeando el mar y pasando por encima de los railes del tren es el más bonito de todos, pero éste que hice en bicicleta no me defraudó en absoluto, pues además descubrí una zona con la cual no esperaba encontrarme y que tampoco sabía de su existencia: Rathdown heritage site.

Asíque en esta entrada os voy a hablar del recorrido que hice y os contaré un poco de historia de este lugar, espero que los disfrutéis.

Bray-Greystones en bicicleta.

En dirección hacia el sur de Bray, se encuentra una rotonda en la cual la primera salida os llevará dirección Greystones.

La carretera no cuenta con un arcén lo bastante amplio para poder circular con la bici, pero a la izquierda tenéis una acera de cemento por la que podréis circular, aunque en ciertos tramos del camino se estrecha demasiado y tendréis que parar si algún peatón u otro ciclista va por el mismo camino.

A medida que iba subiendo la cuesta podía contemplar a la derecha las maravillosas vistas de algunas de las montañas de Wicklow, como Sugarloaf, la cual se puede otear desde las zonas de campo en la periferia de Bray. 

Me detuve en uno de los puntos donde se encuentra una parada de autobús para fotografiar la escena, y es que el hecho de que haya una marquesina de autobús en medio de tanto paisaje rural es algo muy típico que se puede encontrar en Irlanda.

Tras pasar este punto y después de unos 20 minutos en bicicleta, así como una cuesta hacia abajo impresionante, la cual estaba ya temiendo cuando tuviera que hacer la vuelta... había llegado a Greystones.

Y es curioso como reciben a los visitantes con este trozo de roca, dando la bienvenida, pues hace honor a su nombre, Grey-Stones, y ahí, como primer plano del lugar una roca gris. Ingenioso, si señor.

A partir de este punto, los que queráis conocer el pueblo podréis continuar recto, en mi caso giré a la izquierda, en una de las primeras calles en las cuales se puede otear el mar desde la entrada y la cual contaba con otra cuesta abajo que sería mi calvario durante la vuelta...pero he de decir que cada vez que encuentro una calle o algún lugar tan escondido cómo estos, no puedo evitar mis ganas de explorar, y allí que tengo que ir. La calle se llama: the grove y conecta con Rathdown Road.

Y es que aunque parezca que a partir de aquí no encontrarás nada más, este lugar resultó ser una urbanización donde reinaban, en su mayoria, casas impresionantes y de una construcción muy sofisticada, y también deduje que serían de personas a las que les encanta viajar, porque los jardines contaban con decoración étnica de diferentes paises y regiones del mundo, así como varias autocaravanas que me hicieron preguntarme durante mi viaje si algún día yo sería la afortunada de ir montada en un trasto de esos, recorriendo el mundo... aunque por ahora lo que tenía eran dos ruedas, un asiento y un manillar.

Al final de esta calle y justo antes de encontraros con la via del tren, que por cierto sigue en funcionamiento, hay un taller de artesanía en el que se ofrecen clases de arte, por si os interesa este campo, justo al final de la calle Rathdown Road.

Pero lo que hizo mi recorrido especial, a parte de las impresionantes vistas al mar y los acantilados de Bray, asi como la playa de Greystones, una vez crucéis la via del tren, fue encontrarme con este lugar cargado de historia en las inmediaciones de un parque:

Este espacio se llama St Crispins heritage site (zona de patrimonio) y en él se encuentran las ruinas de una antigua iglesia: St Crispins Cell, así como partes de una de las zonas de la granja del capitan Tarrant,¿y quiénes eran estos hombres?...

San Crispín es el santo patrón de los zapateros y su nombre tomó fama cuando se popularizó con la mención de los días de San Crispín en una de las obras de Shakespeare.

Esta pequeña capilla en honor a St Crispin, fue construida alrededor del 1530 dC y cuentan que fue diseñada como una capilla para el castillo Rathdown, del cual no se ha encontrado una sola piedra, pues otra de las informaciones que dan sobre el lugar, es que este famoso capitán Tarrant utilizó las piedras de las ruinas del castillo para construir su granja, que es el edificio que se encuentra a la entrada de este lugar, justo antes de comenzar el camino de tierra entre la hierba... En aquella época también se movían con eso de: el que no corre, vuela.

Las ruinas de la Capilla pertenecen al estado, en concreto al gobierno del condado de Wiclow, pero no hace mucho tiempo que se inició un programa de restauración del patrimonio para este lugar, debido a que un viadante de la zona encontró varios objetos representativos de la época e hizo emerger la curiosidad de aquellos que habían dado este lugar por olvidado. 

No con esto, también dicen que este lugar cuenta con muestras de la época pre histórica, medieval y post-medieval...

Pero lo único que pude contemplar aquí fue la capilla, que sin techo alguno, crea una bonita estampa de la zona, pues cuenta con una ventana en la parte trasera y su puerta con rejas en la parte frontal que ofrecen una pequeña vista al mar y a la panorámica de los acantilados desde Greystones.

Justo al salir de la zona de la capilla y la granja, a mano derecha encontraréis los railes del tren, a los cuales se puede pasar mediante una pequeña puerta de color verde, la cual tendréis que dejar cerrada a vuestro paso. La via del tren está en uso y por ella pasa el tren que va desde Wicklow hasta Greystones y Bray , que no es el Dart, sino el Irish Rail, por si os interesa visitar Wicklow desde Greystones, que sepáis que el recorrido son 12 minutos y que el billete lo podéis comprar online, pues será más barato que una vez adquirido en el tren.

http://www.irishrail.ie/travel-information/greystones , aquí os adjunto el enlace, y le doy importancia a esto porque un día, con toda mi buena intención, me monté en el tren desde Bray, habiendo pagado con mi leap card en la estación. Mi destino era Wicklow, pero al pasar greystones el señor que se encarga de picar los billetes me preguntó por el mío, y claro, yo le mostré mi leap card, pero me dijo que la leap card es válida unicamente hasta Greystones, pues el siguiente servicio hasta Wicklow se opera de forma externa... Pues imaginaros mi cara cuando me dijo que tenía que pagar unos 8€ más...

Asique para que no os suceda lo mismo, os recomiendo comprar el billete de antemano.

Como iba diciendo, al pasar esta via de tren, os encontraréis de frente con el camino que conecta Bray y Greystones, el que se hace a pie desde los acantilados, y siguiendo recto ya veréis el mar.

La playa de Greystones cuenta con bandera azul, y aunque no sea una playa paradisíaca de arena blanca y fina, pues todo lo que tiene son rocas, es un destino muy agradable para dar un paseo, practicar algún deporte acuático o acudir para hacer un picnic en uno de estos dias tan agradables de sol.

A la derecha de la playa, se puede divisar el puerto de Greystones, así como el pueblo.

Y con esta panorámica desde las alturas de la playa concluye la experiencia en bicicleta desde Bray a Greystones.

Espero que os haya gustado y que los consejos e información os sirvan de ayuda, nada mejor que la experiencia de una aventurera novata para poder aprender de los errores.

¡Un saludo y a disfrutar de Irlanda y sus maravillosos tesoros inesperados!

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