Derecho...
Igual que ayer decía que la última hora de clase donde habíamos tenido el curso de francés, había sido, productiva, interesante y hasta casi divertida, hoy tengo que decir todo lo contrario de mi última hora del día, ”Droit”. Para los hispanohablantes, derecho, donde veos algo así como las diferentes leyes de los medios de transporte, organizaciones a nivel nacional, (frances), europeo e internacional… Que no es que sea malo en si, sino todo lo que conlleva cursarlo en una lengua extranjera lo convierte en infumable. El año pasado sin ir mucho más lejos, derecho comercial era una de las asignaturas que más me gustaban y motivaban de todas las que tenía. No se si sería por el profesor que tuvimos, que lo cierto es que explicaba muy bien y hacía que le escucharas con facilidad o por el temario en si, que estaba bastante entretenido, con casos de competencia desleal, abuso de posición de poder, manipulación de mercado, etc. Pero el caso es que el año pasado derecho era una de las asignaturas que me tomaba con más ganas, siendo este año todo lo contrario. El profesor es de los que habla sin parar, leyendo lo que va diciendo, casi sin dar ejemplo y respondiendo lo justo a las preguntas. No nos da ningún tipo de apuntes, ya se una pequeña guía de la asignatura o un esquema explicativo, y lo único que hay que hacer en clase es copiar lo que el va diciendo. Si las clases fueran de una hora y salvando los problemas de los estudiantes extranjeros con el idioma, no estaría tampoco del todo mal. Pero todo esto empeora cuando cada una de las clases de derecho dura tres interminables horas, sentado en un anfiteatro donde la espalda te acaba crujiendo de lo incómodos que son los asientos y de lo alejados que están de la mini tabla que tenemos para escribir. Es cierto que hacemos un descanso a la hora y media de haber empezado, pero no se si es peor empezar y hacerlo todo del tirón aunque acabes con torticolis, lumbago y una hernia discal o parar y pensar que te queda otra hora y media como la que has tenido al principio. Mucha gente lo que hace es ir a la primera parte de la clase, firmar, ponerse a trastear con el teléfono la tablet o el ordenador y e irse la segunda parte de la clase para no tener que soportar todo aquello. Y no les culpo. Yo ya he tomado la salomónica decisión de pedir apuntes y mientras en profesor va dictando, yo voy a mi bola copiando lo de la clase anterior, ya que lo que yo soy capaz de ir cogiendo es muy corto, mal escrito y encima puede que con fallos, así que como para fiarse de mis apuntes.
Si el profesor fuera otro y facilitara un poco la vida a los extranjeros, hasta podría ser más agradable la clase, ya que no vamos a pedir a la universidad que cambie los asientos así porque si. Pero un esquema, unas notas de base y un profesor que explicara mejor, sería lo mínimo que tendría que haber para que cambiar ami opinión sobre el derecho francés, que se está convirtiendo en mi peor pesadilla de todos los miércoles. Menos mal que este mes partimos para hacer las practicas en empresa y no me toca lidiar con mi querido “profesor” de derecho francés.
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Comentarios (4 comentarios)
Adri P hace 10 años
Habrá que rezar para aprobar...
Inés Lotero hace 10 años
Reza, reza, que siempre hay alguna que se atraviesa.
Martin Colin hace 10 años
Moi non plus!
Adri P hace 10 años
Tu vas reusir bien feignant!