Degustación de haggis (segunda parte)
Todo aquel que tiene un conocimiento básico de Escocia sabe que el kilt es una prenda tradicional escocesa y el haggis es el plato estrella, aunque no el único. Ahora bien, el turismo en este país no ha dejado de incrementar desde que "Braveheart" supuso la mejor estrategia de márketing del país: gente de todas partes del mundo empezó a visitar Escocia creyendo que verían los mismos paisajes que los de la película; no obstante, desconocían que "Braveheart" se grabó en Irlanda. Sea como fuere, Escocia empezó a ser un destino popular del Reino Unido. De hecho, el turismo se convirtió en uno de sus principales sectores, por lo que las opciones que ahora hay allí para todo turista que se atreva a explorar el país son infinitas. Lo mismo sucede con el haggis. ¿Acaso los españoles no tenemos la tortilla y la paella por todos lados y, más aún, por las zonas turísticas? Los escoceses han hecho lo mismo con el haggis: podrás encontrarlo allá donde vayas. Eso sí, con probarlo una vez no bastará, ya que la calidad del haggis varía drásticamente de una punta de una calle a otra, de una ciudad a otra, o de un pueblo a otro. Por eso, en esta sección, dividida en dos partes, os hablaré de los dos establecimientos que más me gustaron para comer haggis y los dos que menos me gustaron durante mi viaje a Escocia con cinco amigos de la universidad.
LOS PEORES PLATOS DE HAGGIS QUE PROBÉ
THE STANDING ORDER (EDIMBURGO)
Este enorme pub, situado en George Street y construido en el siglo XIX, de la cadena JD Wetherspoon era antes un banco. No obstante, lejos de remodelarlo de arriba a abajo, si vas, descubrirás que las puertas típicas de acero se han mantenido y solo se le ha añadido el aspecto propio de un pub con el fin de hacerlo más acogedor. Puede que, cuando entres, tu primera impresión sea que es un restaurante, pero no te dejes engañar. Aunque se sirva comida, el producto estrella de este establecimiento es la cerveza, seguida de las hamburguesas con patatas fritas o ensalada que, acompañadas de una bebida, sidra o cerveza, pueden costarte de cuatro a cinco libras y media. Además, en The Standing Order encontrarás tanto los típicos platos de comida rápida como bocadillos, “wraps”, ensaladas, perritos calientes y pasta, como los tradicionales platos escoceses: haggis, “neeps and tatties”, ternera de Angus, etc.
Fui a Escocia con la intención de poder degustar su comida tanto como pudiera. De hecho, ya había leído sobre ella y sabía que era altamente calórica: temía volver con 10 kilos más después de haber estado una semana. Mi sorpresa en The Standing Order fue que su carta tenía todas las calorías de sus platos especificadas. Así, descubrí que este establecimiento no era para aquellos que quisieran mantener una dieta equilibrada y poco grasienta, ya que hasta las propias ensaladas eran bastante calóricas (tenían casi el cuádruple de calorías que yo consumía en mi casa). Los platos más ligeros tenían mínimo 400, a no ser que fuera pescado, y las hamburguesas y otros platos estrellas rondaban las 1000. De hecho, el plato de haggis con patatas y nabos (“haggis, neeps and tatties”) tenía 931 calorías. Por lo tanto, quedas avisado/a: a no ser que pasees constantemente por la empinada Edimburgo y no vigiles lo que consumes, intenta no ir mucho a The Standing Order o acabarás como el famoso personaje de "Austin Powers", curiosamente también escocés: el Gordo Cabrón, originalmente llamado “Fat Bastard” en inglés (pinchad aquí a partir del 0:19 si no sabéis quién es).
En cuanto a mi elección en The Standing Order, como ya había probado el haggis tradicional, decidí optar un entrante que contenía haggis rebozado y alitas de pollo, entre otras cosas. Me lo sirvieron con dos salsas, una más suave y otra más picante. No obstante, por más que estuviera enamorada del haggis, la versión rebozada de The Standing Order fue la segunda que menos me gustó de todas, ya que si el haggis ya era grasiento y tenía sabor fuerte de por sí, rebozado ya fue una bomba para el estómago. Aún recuerdo el sabor de la cobertura y me arrepiento de haberlo pedido. ¡Menos mal que pedimos una buena cerveza para acompañar la comida! Pero no os equivoquéis: volvería ir a The Standing Order, ya que todo lo que mis compañeros me ofrecieron para probar estaba riquísimo. Solo recomiendo que, si vais a dicho establecimiento y queréis probar su haggis, lo hagáis en el plato principal “Scottish haggis, neeps and tatties” que cuesta poco más de seis libras y media… ¡Alejaos de lo rebozado!
Para saber más sobre este establecimiento, pinchad aquí.
OINK! (EDIMBURGO)
En este establecimiento se supone que encontrarás el mejor cerdo desmenuzado para llevar. Lo cierto es que se trata de uno de los lugares más transitados de Victoria Street (la que inspiró a J. K. Rowling para crear el callejón Diagon), aunque hay diversos establecimientos de esta cadena por Edimburgo. Nosotros llegamos pronto y aun así había una cola impresionante. El sistema de este local de comida rápida es el siguiente: eliges tu porción de cerdo (80g, 160g o 250g), tu pan (puedes evitar este paso como yo y pedirte una caja pequeña con 250g de cerdo por alrededor de seis libras), tu relleno (cebolla o haggis casero) y, finalmente, eliges tu salsa (mayonesa con mostaza, barbacoa o chile con queso).
Desde luego, si estáis buscando un restaurante para disfrutar de la comida escocesa, este no es vuestro lugar. Oink! es el lugar perfecto para aquellos que quieren comer barato, rápido, bastante y de camino a algún sitio. Yo os recomiendo que tengáis claro con antelación lo que queréis tomar y llevéis el dinero preparado, ya que la cantidad de gente que se puede reunir en un espacio tan pequeño puede agobiaros. Allí el servicio es eficiente, amable y rápido. Eso sí, recordad que no hay ningún sitio para sentarse, así que si necesitáis hacerlo, podéis iros a Grassmarket. Allí comimos nosotros sentados en unos bancos justo después de comprar la comida en Oink!
Siguiendo con mis intentos de probar todo el haggis posible, decidí rellenar mi caja de cerdo troceado con el haggis casero de Oink y, además, echarle salsa barbacoa. Sinceramente, no sé en qué estaba pensando… ¿Haggis y salsa barbacoa? No sé ni cómo no me puse mala del estómago. Lo cierto es que el cerdo estaba tierno al principio y bastante bueno en general; no obstante, como hacía frío y había que comérselo al aire libre, este se puso duro poco a poco y dejó de gustarme tanto. Así que allá va el consejo: si coméis algo de Oink!, engullidlo rápido porque se echará a perder. La salsa barbacoa estaba deliciosa (¿qué salsa barbacoa no lo está?) pero no sabía qué opinar sobre el haggis. Solo y en pequeñas porciones, creo que podría estar bastante bueno, pero no tanto como el de Arcade o The Forth Inn. Yo diría que era un haggis “aceptable” (¡no vayáis con muchas expectativas!). No obstante, mezclado con el cerdo, el haggis me pareció simplemente empachoso, demasiado cremoso y, en general, excesivo, más aún con la salsa barbacoa.
Después de dejar la caja sin terminar (entre el frío en Grassmarket y el empacho del haggis con el cerdo, no pude más), me pregunté si volvería a Oink. Mi respuesta para mis adentros fue que no, a no ser que decidiera volver a comer hamburguesas, ya que creo que los panecillos evitan que el relleno te empache demasiado. Yo fui la única que se pidió la porción de cerdo sin panecillo, pero mis compañeros se pidieron hamburguesas y acabaron bastante contentos para estar comiendo en la calle con el frío que hacía. Creo que incluso habrían propuesto volver si no hubiéramos estado tan empeñados en probar la comida de tantos sitios como fuera posible. Por tanto, mi conclusión fue que si se va a Oink!, es mejor pedir el cerdo con panecillo, no mezclar el haggis con el cerdo y la salsa barbacoa y evitar comer fuera si hace mucho frío ya que el cerdo te durará en buen estado muy pocos minutos.
Para saber más sobre este establecimiento, pinchad aquí.
En conclusión, los dos establecimientos que menos me gustaron para comer haggis fueron The Standing Order y Oink, ambos en Edimburgo. He de admitir que, aunque yo diga que el haggis de The Standing Order no me gustó, sí me gustó lo que probé de mis compañeros, así que no dudéis en ir. En cuanto a Oink, solo lo recomiendo teniendo en cuenta las condiciones que mencioné anteriormente. No obstante, si vais a Edimburgo, no os dejéis llevar solo por lo que leais: experimentad. Quizá a mí no me gustara el haggis de Oink!, pero puede que a ti sí. Si, además, alguien cree que hay algún que otro establecimiento cuyo haggis deje mucho que desear, por favor, que lo deje en los comentarios. Nunca viene mal conocer más establecimientos escoceses.
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