De París a Colonia

Viaje hacia Alemania

Era la tercera mañana que despertaba en París y esta fue bastante más temprano que las anteriores. Tenía que coger el tren que me llevaría hasta Colonia en la Estación del Norte de París a las 6:00 de la madrugada. Había estado mirando autobuses para ir hasta allí desde Vincennes, ya que el metro por la noche permanece cerrado. Pero al final decidí que lo mejor sería coger un taxi con tiempo para estar en la estación un poco antes de que saliera el tren. Los autobuses nocturnos, según me comentaron, no eran muy puntuales y además tardaría más del doble que si cogía un taxi para ir hasta allí.

Así que a eso de las 5:00 de la madrugada me desperté, me duché, desayuné lo primero que pillé y salí de la que había sido mi casa en París durante aquellos dos magníficos días. Había una parada de taxis cerca de casa por lo que no tuve ni que buscar ni que llamar a uno. París por la noche, o al menos las grandes avenidas por donde yo pasé con el taxi, es todo un hormiguero de luces y colores. Las aceras estaban llenas de farolas, aunque había menos coches que durante el día, se notaba que aquella ciudad no dormía nunca y siempre había gente por las calles. Era un París más relajado, más dormido, más silencioso, pero seguía siendo París. Las luces de la Torre Eiffel se veían desde todo París y parecía ser un cohete que en cualquier momento iba a despegar.

Desde Vincennes hasta la Gare du Nord el taxi me salió 20 euros. Pero si llego a coger un autobús llego tarde fijo, porque aun con el taxi llegué poco más de cinco minutos antes de que saliera el tren. Los billetes de tren de ida y vuelta París-Colonia me salieron por 70 euros al ser joven. Los había comprado por Internet con al menos un mes de antelación y aunque no era un tren de alta velocidad, era un Thalys que no están nada mal.

Lo primero que hice nada más colocar todo mi equipaje y sentare en mi asiento fue escribir a Jose para avisarle de que salía en 5 minutos hacia Colonia, para que cuando lo leyera por la mañana se acordara de que tenía que ir a recogerme a la estación de tren. El tren iba a pasar por Bruselas y Liege (Bélgica) y por Aache y Düren (Alemania), antes de llegar a Colonia. Y como sabía que me quedaría dormido en las casi 3 horas y 30 minutos que iba a durar el viaje, me puse la alarma algo antes de la hora que se supone llegábamos a Colonia y después de que pasara el revisor, me quedé dormido. Me desperté algo antes de lo esperado, en Aachen y lo primero que pensé fue que no me había sonado la alarma, pero todo estaba correcto y aún no habíamos llegado.

Desde el tren parecía que el día era muy frío, pero lo cierto es que cuando llegué a Colonia el día estaba bastante soleado y no hacía falta ni llevar cazadora. En la estación me encontré con Jose, con quien ya había vivido en Valladolid durante un año, además de ser compañero de clase y nos pusimos manos a la obra a ver toda la ciudad.