Compra y Barcelona

Buenas noches a todos, gentes de bien. Os remito a la entrada anterior a los perdidos, a los que no os importe pues empezar por esta, no me comprometo a entreteneros pero si a quitaros minutos de vuestro tiempo. Tenía 500 euros en la cartera en aquel momento post-casino. Por lo que mis acompañantes y yo nos lanzamos a la reserva y compra de los billetes para dicho crucero de placer que nos íbamos a pegar. Una vez adquiridos y llegado el día clave iniciamos el viaje. Los 100 euros restantes los conseguí mediante súplicas y llantos.

Salimos de Sevilla en AVE y la primera parada fue Barcelona. Barcelona es una ciudad que me muero por explorar detenidamente pero que por una cosa u otra no soy capaz. Habré pasado por la citada ciudad unas tres veces en mi vida, siempre de paso o con la hora apúntandome con una magnum. No es mucho lo que puedo deciros de mis breves exploraciones pero intentaré sacar algo en claro...

Barcelona es una ciudad cosmopolita, preciosista y vivaz. Por lo menos la parte que pude ver de manera rápida y simple. Es decir las zonas de alrededor de la estación de trenes de Sants. No he visto pues millones de cosas increiblemente imprescindibles para dicha visita. La Sagrada Familia, Montjuic, La Casa Batlló, El Camp Nou, La Basílica de Santa María del Mar, El Liceo, El Museo del Chocolate, La Casa Calvet, El Arco del Triunfo o que se yo, las ramblas, un mínimo. Que va, yo la dichosa estación de trenes y alrededores, y un autobús nocturno al aeropuerto. Lamentable pero cierto.

Pero aún así de lo poco que ví, me gusto. Calles limpias, ciudad enérgica y con mucho que conocer. La cuestión es que en la siguiente entrada vamos a entrar de lleno en Venecia, y en esta ciudad amigos, si que hay tela que cortar. (Tela que cortar)diccionario Erasmus: mucho que contar o de lo que hablar.