Comida

Publicado por flag- CAROLINA GOMEZ PARDAL — hace 7 años

Blog: Gante
Etiquetas: General

Que en Bélgica tienen (y beben) mucha variedad de cerveza es cierto. El chocolate. Los gofres y las patatas fritas. Pero también es verdad que hay que saber dónde ir para disfrutar productos realmente típicos de una ciudad. En este blog voy a contar cómo evitar hacer la “turistada” en Gante. Espero que tengáis algo en el estómago, porque se os va a abrir el aperitivo.

El 21 de septiembre de 2016 llegué a tierras gantesas para quedarme hasta navidad de Erasmus. Desde entonces he recorrido los rincones y bares que voy a mencionar a continuación. Empecemos por algo de picoteo, las patatas fritas.

Frituur

Este es el nombre de las freidurías que colapsan el centro de la ciudad con su fuerte olor. Y su plato estrella, las patatas fritas. Como curiosidad, ¿por qué las “French fries” (o patatas francesas en inglés) son típicas de Bélgica y no Francia? Bien, la verdad es que los americanos se confundieron al llamarlas así, pero también tiene su justificación. A finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX las fronteras europeas no estaban bien definidas. Es por ello, que cuando los americanos vieron gente comiendo patatas fritas y hablando en francés en la zona francófona de Bélgica, pensaron que estaban en la actual Francia y bautizaron las patatas con el gentilicio incorrecto.

Pero bueno, dejando la historia a parte, las patatas han pasado a la posteridad y tienes cientos de puestos donde probarlas. Todos sabemos que la fritanga en general no es lo más sano que podemos comer, pero estas son aún más especiales.

Y todas son congeladas, pero porque la receta original es así. Las patatas fritas en un Frituur se fríen dos veces, una primera para cocerlas y una segunda antes de consumirlas. ¿Por qué digo que son una bomba? Las fríen en grasa, generalmente de caballo o buey y en aceite de girasol. Así que desde la experiencia personal, si eres turista date el caprichito, pero si vas a vivir durante un periodo más largo en Bélgica, cuidado.

Puedes probarlas en Gante, y pídelas con mayonesa para hacerlo realmente al estilo gantés. Destacan Frituur Sympa o Frituur Jozef, ambas muy céntricas.

 Gofres

Una vez te hayas tomado el aperitivo con las patatas, llega el momento de algo dulce. Los gofres o “wafles” pueden tomarse en puestos callejeros o en restaurantes con buenas vistas disfrutando de un café y vistas a los canales. En caso de que busques esto último, tienes que estar dispuesto a pagar entre 4.50 € por uno simplemente con azúcar, y hasta 9 € con chocolate, fruta natural o nata por encima. Recomiendo hacerlo en Callisto, en Graslei 1 con vistas al río Lys, o algo más urbano pero con mucho encanto en t´Galgenhuis, una de la cafeterías más pequeñas de toda Europa situada en Groentenmarkt 5.

Si por el contrario buscáis algo más asequible para no privaros de probar nada en Gante, Bakkerij  Himschoot es una tienda a pie de calle que los ofrece para llevar (en la foto). 

Cerveza

Con tanta comida hará falta algo para bajarlo. He aquí la cerveza. Bienvenidos al país donde las cartas de bebidas son considerablemente más largas que las de comida. Vayas donde vayas, hay decenas de cervezas distintas. Como peculiaridad, todas ellas se sirven en su vaso propio de la marca, y si esto no pasase sería una gran falta de respeto hacia el cliente. Las hay del estilo al que estamos acostumbrados en España, como la Stella, pero hay cientos de cervezas mucho más fuertes entre los 7 y 11 grados. Por vaso se paga entre 3 y 5 euros, que puede parecer caro en comparación a unas cañas en una terracita en España, pero con una cerveza aquí ya te levantas más contento que unas castañuelas.

Duvel, La Chouffe o Delirium (la rubia) son algunas de mis favoritas. El precio es más o menos el mismo vayas donde vayas, pero recomiendo ir a Dulle Griet, una cervecería en la plaza “del viernes” o Vijrdagmarkt. Es famosa porque ofrece vasos largos de 1,2L de cerveza de la casa, para el cual tienes que dejar un zapato como fianza que recuperarás al acabar la cerveza. Dice la leyenda que el motivo de esto fue por un turista español que se llevó el vaso como souvenir. Quién sabe, pero os puedo confirmar que es divertido ver cómo suben tu zapato a una pequeña jaula en el techo. En la imagen podéis ver a mi amiga Paula que vino de visita. Está felizmente sonriendo porque todavía no sabía la que se le venía encima.


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