Castilla y León (2º parte)

Zamora

Zamora es una provincia llena de contrastes. Situada aún en plena meseta central, ia provincia constituye, sin embargo, una tierra de tránsito, de paso hacia ei país galaico. Su diversidad y riqueza se materializa en las distintas comarcas que integran su fisonomía.

Por el suroeste las Tierras Ce Sayago, habitadas por encinas y roquedales graníticos, ofrecen un paisaje en el que pueblos y cercados de piedra se confunden en un mismo tono pétreo. Hacia el norte, cruzando la línea del Duero, se abre la comarca de Aliste, un auténtico reducto de la cultura popular cuyas vivas tradiciones se conservan aún hoy en sus pintorescos pueblos, rodeados de matorrales, robles y encinas que en primavera colorean su geografía.

Siguiendo paralelo a la línea fronteriza con Portugal y en dirección norte, hallamos la comarca de Sanabria, que cuenta con la orografía más accidentada del conjunto provincial, con alturas que superan los 2 000 m en algunas de sus sierras y una vegetación más norteña, en la que abundan los castaños y robles.

Girando hacia el este se encuentra la comarca de Benavente y sus valles, profusamente regada por varios ríos que hacen de ella una tierra fértil y que contrasta con la abierta soledad de Tierra de Campos, hacia el sur. Los llamados Campos Góticos no encuentran fronteras a su paso hasia llegar a los límites del Duero, donde cambian su nombre por el de  Tierra del Pan, dada su tradición cerealística.

Toro y su alfoz se extiende sus tierras llanas por encima y debajo del Duero, y también sus inmensos viñedos, que dan nombre a la comarca cercana de Tierra del Vino, situada al sur de la capital.

Pero lo que más define a la provincia son sus rios, en especial los dos que [a atraviesan a modo de ejes horizontal v vertical: el Duero y el Esla. Sin duda el primero es el más significativo. Inicia su entrada por la comarca de Toro, entre hileras de chopos y suaves meandros y, tras cruzar las ciudades de Toro y Zamora, se aleja hacia Portugal entre peñas- cos, excavando la profunda hoz de los arribes sayagueses.

El otro gran rio, que parte a la provincia en dos mitades casi iguales, es el Esia, a cuyos lados, sin embargo, las tierras no pueden ser más diferentes.

La diversidad geográfica de la provincia se traduce, también, en una interesante riqueza de espacios naturales. El más característico es, sin duda, el Parque Nofurol del Lago de Sanabría, donde las huellas de la última glaciación permanecen casi intactas. no sólo en el mismo lago, el más grande de origen glaciar de toda España, sino también en las sierras que lo circundan. Constituye, además, una importante reserva de fauna y flora muy especial, lo que convierte a este espacio en un delicado ecosistema que requiere una gran protección, y alavez en el punto de atracción turístico más fuerte del entorno. Los solínos de Villafáfila, en el corazón de la llanura de Tiena de Campos, es otro espacio de interés, ya que en sus más de 30 000 ha de tierras lagunares realizan su parada invernal numerosas especies de aves migratorias.

Al otro lado del Esla, en el extremo norte de la comarca de Aliste, la síerro dela Culebra constituye un pequeño paraíso de especies cinegéticas. Declarada Reserva Nacional de Caza, en ella pueden encontrarse corzos, venados y hasta lobos –la mayor población de lobos que hoy existe en España- que convierten a esta zona en un lugar privilegiado para

los amantes de la caza.

Por último, en el profundo cañón que el Duero ha excavado en tierras de Sayago se encuentran los Arribes, un espacio de enorme belleza, casi virgen, donde se resguarda una muestra importante de fauna autóctona, especialmente rapaces. Pero además de la naturaleza, la provincia cuenta con un destacable patrimonio histórico artístico que hace de ella un auténti co libro de arte e historia. Del primero son buen testimonio los castillos y murallas que se levantan en muchos puntos de la provincia, como Villalonso, Benavente, Puebla de Sanabria, Zamora,Toro..., nombres todos ellos aso- ciados a los de reyes y grandes señores que un día otorgaron la gloria a estas tierras. Zamora es también un enclave único del arte románico, como puede apreciarse en las numerosas iglesias que se levantan en la capital y en otras muchas poblaciones. Románico es el estilo dominante en la catedral

de Zamora,cuyo cimborrio ha sido la admiración de los expertos, en el puente viejo que cruza el Duero v en los innumerables templos de la ciudad: iglesia de la Magdalena, San Juan de Puerta Nueva, San Claudio de Olivares...

A ello hay que sumar el enorme patrimonio con que cuenta Toro, no solamente de iglesias, donde hay que destacar las del llamado arte mudéjar, sino también monasterios, palacios y otros muchos edificios civiles.

Como una de las joyas excepcionales de la provincia destaca la iglesia de San Pedro de la Nave, de Ios contados templos visigodos que hoy existen en España, cuya conservación requirió nada menos que su traslado del lugar donde estaba ubicado originariamente, que fue cubierto por las aguas.

También la arquitectura popular, que caracteriza a las distintas comarcas de la provincia, supone una importante contribución al patrimonio cultural de ésta. Así, pueblos de piedra, de adobe, pueblos de montaña, de ribera, abiertos a la llanura mesetaria o refugiados en pequeños valles, constituyen toda una lección de conocimiento y de tradición popular que estas tierras han sabido conservar.

Las fiestas en Zamora comienzan con los fríos de invierno y son las conocidas mascaradas, como los zongarrones, cuyos orígenes se pierden en el pasado.

Continúan con las fiestas de mujeres, como las Águedas,para terminar en la gran fiesta de Csrnaual, que en Toro alcanza el punto más álgido.

Pero la fiesta mayor por excelencia es, en especial en la capital, la Semana Santa, cuya puesta en escena posee momentos de impresionante espectacularidad, como ocurre también en el pequeño pueblo de Bercianos de Aliste o en Toro.

La otra gran fiesta zamorana es la Jeria de San Pedro; en ella la ciudad adquiere un verdadero ambiente popular, bien en torno a las plazas donde se celebra la tradicional feria de alfarería, en la calle que constituye la feria del ajo, y en esas otras donde se sitúan las ferias del vino y del queso o de los productos de la tierra, que transforman la ciudad en un gran mercado.

Y en este capítulo de fiestas no podemos olvidar las celebraciones taurinas, como eltoro enmaromao de Benavente, los esponfes de Fuentesaúco o la fuente del uino toresana. El otoño cierra finalmente el ciclo festivo con lasJiesfos delauendimiay las romerías sanabresas.

Toda gran fiesta debe ser acompañada con los buenos caldos de la tierra. La provincia cuenta con afamados vinos: los de Toro, oscuros, afrutados y de alta graduación, cuya gran calidad y carácter propio le han valido su denominación de origen. Destacan también los vinos de Benavente, excelentes rosados con un poco de aguja, y los de Fermoselle, casi en la frontera portuguesa.

El otro gran producto de la gastronomía zamorana es el queso, de oveja o mezcla, pero de indiscutible calidad.

El secreto de la gastronomía se basa en contar con productos de calidad, autóctonos, como las carnes de Aliste, las truchas del Tera, el cordero; y, cómo no, el bacalao. Se trata, en definitiva, de una cocina sencilla pero de calidad, en cuyo carácter interviene todo el proceso de elaboración, incluido, según el parecer de especialistas en el arte culinario, el uso de cazuelas y fuentes de barro de Pereruela. El mayor exponente de la artesanía es la alfarería popular de Moveros, Pereruela y Toro, que mantiene el carácter de sus formas casi intacto. Otros oficios artesanales que caracterizan a Zamora son los bordados carbajalinos, coloristas y llamativos, las alfombras de Santibáñez de Vidriales y, en general, los útiles de madera relacionados con las faenas agrarias que aún pueden adquirirse en algunos pueblos.

Paisajes naturales

Ávila

- Barranco de las Cinco Villas y zona de Arenas de San Pedro.

- Valle del Tiéiar.

- Conjunto paisajÍstico de Gredos: gargantas de

- Telea y Alardos, los Galayos, el puerto del Pico, el circo de Gredos con sus lagunas y          gargantas de Chilla y Larga.

- Valle del Barco de Avila.

- Valle de lruelas y pantano del Burguillo.

Burgos

- Cumbres de Ordunte, en el valle de Mena,

- Garganta del rio Najerilla, Peñaguda, Mojón

- Muelle, Alto Oca.

- Oca y puerto y cumbres de Orduña.

- Zona de pinares: Quintanar de la Sierra, Neila y Huerta de Arriba.

- La Yecla: Santo Domingo de Silos.

León

- Picos de Europa: valles de Sajambre y Valdeón, garganta del Cares y desfiladero de Los  Beyos.

- Las Conjas del Prioro y Morgovejo.

- Sierra delTeleno, sierra de Ancares, valle del Silencio y Compludo.

- El Bierzo: Las Médulas.

- Babia.

- Las hoces del Curueño y el pantano de Vegamián.

- Lago de La Baña y cuenca alta de La Cabrera.

Palencia

- Mirador de Tierra de Campos, en Autilla del Pino.

- Las Tuerces.

- Fuentes Carrionas.

- Cascada del Murciélago.

- Peña Tremaya.

- Piedras Luengas.

- Pozo del Curavacas.

Salamanca

- Las Batuecas: La Alberca y Peña de Francia.

- Valle de Cepeda, Miranda del Castañar. ,

- Las Kilamas: Linares. Navarredonda, la Bastida.

- Los Arribes del Duero.

Segovia

- Collado del Pasapán.

- Los Saltillos,

- Pedraza.

- El Raso.

- Reales Sitios de Riofrío y La Granja.

- Los Barrancos.

- Hoces del rio Duratón y hoces del río Riaza.

- Srerra de Ayllón.

- Valles del Valsarn.

- Sierra de Guadarrama: los Siete Picos.

Soria

- El cañón del rÍo Lobos.

- Los altos del Urbión y Cebollera

- Pinares de Urbión,

Valladolid

- Cuenca del Esgueva.

- Cerros de lVluela y altos del Portillo

- Montes Torozos.

- Adagaceja.

Zamora

- Arribes del Duero.

- Comarca de Sanabria.

- Valles altos del Tera y Vibey, valles del Sotillo

- Sierras Cabrera y Segundera.

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