Capítulo 1. Restauración y primer contacto. ¡Furgoexperience! Islas Canarias
Aventura en furgoneta. Capítulo 1.
¡¡Paz y amor!! ¿Tienes ese espíritu aventurero que se requiere para viajar a tope?¿Quieres experimentar los mejores atardeceres y amaneceres vistos desde un punto diferente? Tanto como si eres un estudiante Erasmus o eres un viajero que te gusta viajar de esta manera, te puede interesar por los lugares que visitaremos que puedes visitar de este modo o cualquier otro. Te escribiré desde los comienzos de mi experiencia, a medida que vaya recopilando imágenes del momento en el que fui, y también de imágenes actualizadas para que estés lo más informado posible del lugar. Además de enseñarte los lugares más conocidos de la isla, te pondré esos lugares ocultos que sólo la gente de la isla saben donde están y que poco se muestra de cara al extranjero. Te invito a conocer lo que yo he podido conocer hasta ahora de la isla de Gran Canaria y de otras islas, mediante la aventura en furgoneta, con restauración incluida. ¡Así que ponemos el modo “hippie” y nos subimos!
Viajar y descubrir lugares nuevos con la furgoneta, sin gastarte mucho dinero y disfrutando de una manera diferente. Por ahora he hecho poco recorrido con ella, pero le queda un largo recorrido. Se trata de una humilde y atrevida Toyota Lite Ace del año 1994. Pensarás quizás, “¿me estás diciendo que te vas a lanzar a una aventura en furgoneta, con semejante chatarrilla de esa época? Mi respuesta es que sí, y es un sí rotundo. ¿Dónde está la aventura si no?
Antes que nada te contaré la historia que rodea a esta furgoneta, ya que creo que merece la pena contarla. Si eres aficionado a la mecánica o restauración de cualquier cosa, sea vehículo o cualquier tipo de artilugio, y quieres ver alguna curiosidad, o si incluso estás pensando en hacer lo mismo, quizás puedes coger alguna idea de ello. Lo explicaré lo mejor posible y añadiré fotos. ¡Después de la historia vienen los viajes!
Restauración y acondicionamiento
En abril del año pasado, año 2015, decidí comprarme una furgoneta de segunda mano porque pensaba que iba a ser una buena inversión, ya que tenía pensado hacerle en su interior unas modificaciones para poder viajar con ella y hacer camping, además que aquí en Canarias tenemos esa suerte de poder disfrutar del clima casi todo el año. Después de vender el coche que tenía, un Toyota Corolla del año 1997, conseguí la cantidad de dinero que necesitaba para empezar a buscar y comprar lo que estaba buscando Me puse a buscar furgonetas que se vendían a un precio razonable dentro de su estado por menos de 2000 €. Mi prioridad era una Toyota, ya que había tenido bastante experiencia con ellos y son coches verdaderamente fiables. La cosa es que yo era demasiado optimista y la verdad que no encontrarás una furgoneta Toyota, por muy vieja que sea, nada barata. Me puse a buscar, bastante que busqué y ví y probé furgonetas pero no eran Toyota, algunas eran Nissan Vanette o Serena. Después de probar varias de éstas no me convencían, pues la mayoría tenían la superficie del motor llena de aceite, muy oxidadas por la parte baja, o hacían mucho ruído en su interior. Incluso, una de ellas parecía un tren de vapor, por la cantidad de humo que por su escape expulsaba. Terrible. Pensando en que había mal vendido mi coche por no encontrar nada parecido al estado en el que tenía el mío, un día mirando por las páginas de internet que se dedican a la venta de vehículos usados, encontré una Toyota Lite Ace. Sinceramente, no le hice mucho caso al principio, pues el estado en las fotos parecía, bajo mi opinión, que estaba lista para desguace. El precio era bastante elevado para como estaba aparentemente la furgoneta, adjunto foto para que vean como vi el anuncio.
Y volverás a pensar ¿en serio te compraste semejante….cosa? ¡¡Si es que le falta un piloto!! Te dejo con la intriga. A los pocos días, vi un anuncio nuevo de una Toyota Hiace del año 1987. Debido al éxito que tuvo esta furgoneta, la cual montaba un motor de tipo 2L, ¿merecía la pena verla no? ¿Por qué no? ¿Por vieja? ¡Pues mejor! Fui con mi padre a verla, y resulta que estaba bastante machucada, ya que tenía mucho óxido en el techo, el interior estaba muy roto y el motor goteaba aceite. Una gran decepción y pedían cerca los 2000€ por ella. Pues no nos la llevamos.
Entonces decidí ponerme en contacto con el dueño de la Toyota Lite Ace. Quedé con él en el lugar donde estaba la furgoneta. Les voy a ser sinceros, cuando la vi, pensé: “Que fea es” . Pues bueno, la cosa no termina aquí, cuando el dueño me abrió la puerta delantera del piloto, el sillón del piloto estaba rajado, había muchos cables colgando del tablero y cuando me abrió el maletero para ver la parte trasera… ¡¡madre mía del amor hermoso!! ¿Qué era aquello?¿Un taller móvil?¿Una fábrica de aceite?
Pues no, era la parte de carga de la furgoneta, pero luego todo se justificó, pues el dueño era mecánico y esa era su herramienta de trabajo, por lo que está justificado el estado. Pensando en lo que podría gastarme en la restauración de la furgoneta, me dieron ganas de marcharme sin ganas de ver nada más. Pero esperé, quise ser respetuoso. Por lo que, el dueño me dijo que iba a poner en marcha el motor. Esperando que aquel montón de chatarra no se pusiera en marcha, fue darle al contacto de la llave y se encendió. Fue escuchar el sonido de ese motor y saber que estaba perfectamente bien. Me vino de nuevo las ganas de seguir investigando sobre la furgoneta, y me enseñó el motor. No había visto cosa tan maravillosa. El motor estaba como de fábrica pero son sus años, su grasa natural del tiempo, a lo que yo le llamo al equivalente “el moho de las rocas de mar”. Fantástico. Aún así, llame a mi amigo Cristian Monzón, el cual es mecánico y me acompañó otro día para ver si el furgón estaba en buen estado de salud. Nada grave que no se pudiera arreglar. Perfecto.
Probamos la furgoneta y detectamos varias anomalías que después de la compra fueron subsanadas, pero en general la mecánica estaba en su sitio, menos la bomba de freno.
Hablé con el dueño de mis preferencias respecto al proyecto que tenía en mente y del estado general de la furgoneta y llegamos a un acuerdo. La compré. Ya tenía una Toyota Lite Ace, con un tipo de motor 2C. ¿Sigues pensando que estoy loco no? Pues cuando veas todo el proceso siguiente vas a pensar que estoy peor. (En la siguiente imagen ya estaba un poco recogida la furgoneta, pero como puedes ver, aún tenía mucho que limpiar).
La furgoneta llevaba tiempo parada y no tenía ITV en vigor. Así que con la grúa la llevé hasta mi casa. Cuando la llevé a mi casa y se la enseñé a mis padres, ambos pusieron caras de… ¿qué has hecho?
A partir de aquí viene todo el proceso de restauración interior y los arreglos urgentes del exterior. Gracias a mi familia, padre, madre, hermanas, novia y cuñados el proyecto empezó. Dibujé en una hoja lo que tenía en mente y nos pusimos a trabajar en ello. Bueno, a mi me empezaron la época de los exámenes y ya no podía dedicarle el tiempo que requería, por lo que mis padres empezaron a descontaminar la furgoneta. Le dedicaron muchas horas e intercambios de opiniones, por lo que si no es por ellos esto no hubiese arrancado, y por ello estoy muy, muy, muy agradecido. Estaban muy involucrados en el proyecto. Se le hizo un lavado general a la furgoneta y se le pasó la ITV. Contratamos a un mono para que nos echara una mano a limpar la furgoneta.
La limpieza de la furgoneta por dentro se hizo con vapor y secando los puntos por donde se pasaba para evitar el óxido posteriormente. Debido a la actividad que se dedicaba el anterior dueño, la furgoneta estaba llena de grasa por todos lados esto llevó a que los olores de la grasa se impregnasen en cualquier esquina del interior de la furgoneta. Hubo que limpiar mucho. El techo estaba roto y había trozos en los que se podía ver la goma espuma colgando. También se pintó los tapacubos que tiene de Mercedes, ya que tenía dos de cada color, dos marrones y dos verdes, por lo que los sacamos, le dimos un poco de lija al centro, pulimos un poco el cromado de alrededor y pintamos el centro de color negro para que resaltase el cromado. Como son de estilo clásico preferimos dejárselos aunque no sean de la furgoneta ni de la misma marca, ya que preferimos eso que dejarlo en llantas.
Cuando se me terminaron los exámenes, ya pude dedicarle todo el tiempo por las tardes. Lo principal para mí era dejar la mecánica lo más correcta posible y luego dedicarle tiempo al interior y exterior. Otra vez desarmamos toda la furgoneta, sillones, suelo, laterales y componentes. No queríamos ruidos innecesarios mientras la furgoneta estaba andando, debida a su avanzada edad, era probable que en la parte trasera tuviera algún tipo de chapa suelta que vibrara. Eliminamos todo tipo de fuente vibratoria que nos perturbara el silencio.
A continuación, revisamos todas las partes eléctricas y las fuentes de tensión para asegurarnos que todos los cables que estaban asomando por debajo del tablero no estuvieran haciendo ningún cortocircuito o estuvieron en mal estado. La mayoría de esos cables pertenecían a la alarma de la furgoneta. Nos encontramos sorpresas como un puente en un porta fusibles. Mientras más revisábamos, más encontrábamos.
Mientras le hacía la revisión eléctrica, tuve que desarmar el cuadro para ver si me encontraba sorpresas, pues tenía muchos cables colgando aún y no sabía de dónde venían. Quité el volante, y saque todo para afuera y me quedé haciéndole la revisión a todo. Tuve que hacer conexiones que estaban con cinta aislante, y ponerlas con conexiones adecuadas para evitar un incendio. Esto parecía un sinfín, la furgoneta es incómoda para trabajar en la parte delantera, ya que para ver lo que hay en la parte inferior del tablero tienes que trabajar con medio cuerpo por fuera de la furgoneta y con la puerta abierta, con lo cual me podía caer cualquier cosa en los ojos.
Hubo que cambiar bomba de freno y bomba de embrague, pues perdían líquido. Cambiar la bomba de embrague de este coche es incómodo, ya que está justo encima del embrague, y detrás del tablero, así que ya pudes imaginar cómo la saqué, con mucha paciencia y amor (en realidiad estaba desquiciado). De mecánica ya estaba lista para circular de manera segura. Cambio de aceite, filtro de aceite, agua refrigerante y ¡¡vaya máquina!! A caminar.
Mientras pasaban los días y probamos la furgoneta, pensábamos en cómo hacer la parte trasera de manera que se quedara una cama lo suficientemente cómoda, que tuviera hueco debajo y que no resultara nada peligroso y que estuviera dentro de lo legal. Tampoco queríamos complicarnos la vida y gastarnos un dineral en hacer reformas en un espacio tan reducido como el que tiene ésta furgoneta en la parte trasera. Pues basándonos en el dibujo, empezamos a medir a tomar decisiones, y la solución fue optar por una estructura de hierro donde reposaría una tabla de madera de chapa marina, junto con otra chapa movible articuladamente que se abatiera junto con el espaldar del asiento trasero, y así aprovecharíamos el espacio de debajo de la chapa, y no había necesidad de quitar el sillón trasero para hacer la cama, ya que sólo con abatirlo cabe perfectamente un persona acostada. (El dibujo no es el diseño final). Ya en la siguiente imagen se puede ver como se nota la limpieza.
Antes de ponernos a trabajar en ello, pintamos aquellas partes de la chapa interior de la furgoneta que consideramos que necesitaban un mantenimiento por corrosión o por simple desgaste, para empezar desde abajo hacia arriba.
Pues dicho y hecho, nos pusimos al lío, pero teníamos un problema con la superficie del furgón en la parte trasera, pues ésta al ser un vehículo de carga, tiene la superficie de manera ondulada, por lo que todo lo que teníamos pensado poner encima, iba a resultar inestable al no encontrar un apoyo estable. Así que para evitar esto, a todo el piso le pusimos una lámina de chapa marina, amortiguada con la gomaespuma fina que se coloca cuando se instala el suelo del parquet de madera. De esta manera evitaríamos los ruidos transmitidos por el motor y la transmisión.
Después de hacer esta operación, le colocamos una moqueta provisional en la parte trasera para ir viendo cómo podría ir quedando la furgoneta mientras nos recuperábamos un poco del cansancio del día a día. Mientras, le compré una lámpara de leds con bastante potencia para que me iluminara la parte trasera del furgón, de manera que ya se veía de otra manera con respecto a al anterior, que era un bombillo incandescente y la luz era amarillenta.
Como no, para ir probando la furgoneta y corroborar que estaba todo en orden, se llamó a la cuadrilla para que hicieran las comprobaciones oportunas. Eso parecía un concurso de meter personas en un vehículo para saber su capacidad de aguante y su capacidad volúmica. Estos técnicos dieron sus opiniones acerca del estado del vehículo, surgieron muchas ideas y le dieron el visto bueno por lo que seguimos con preparación del interior. ¡Que gente más buena!
Tuvo esa moqueta unas cuantas semanas mientras pensábamos en la estructura para hacerle en la parte trasera. También durante ese proceso, se le hicieron las tapas laterales interiores traseras artesanales, obra de mi padre, ya que las traseras estaban partidas o incluso ya no había y tapizadas. Ya habíamos comprado los hierros, unos cuadradillos de hierro y un buen vecino del pueblo soldó la estructura. Respecto al dibujo que parece que tiene unas patas de gran volumen, elegimos estructura metálica para la base de cuadradillo. Una estructura fuerte de cuatro patas unidas entre sí y una unión entre dos laterales para aguantar el peso de la cama con dos personas encima. Suficiente, el vecino lo hizo perfecto. A esa estructura, tocó darle fondo de pintura y pintarla para evitar el óxido, además de ponerle en las patas unas protecciones para que no arañasen el nuevo piso de la furgoneta. Lógicamente, esta estructura no puede ir fija al vehículo, por lo que la hicimos lo más justa posible para evitar movimientos en la parte trasera de la furgoneta, y de manera que se pudiera extraer y meter de la furgoneta sin desarmar mucho, la idea era que entre menos piezas movibles mejor. Se desmontó todo y se tapizó el piso con un tapizado de darle caña, un regalo de mi novia. Guapa.
Al realizar la base de la cama, realizada en chapa marina, la hicimos dejando una separación mínima de los laterales, así el posible movimiento se reducía. Una parte fija de la base de la cama iba a la estructura, bien agarrada con muchos tirafondos para asegurarnos antes que nada, la seguridad del habitáculo. El otro trozo de la base de la cama va agarrado a la trasera del sillón, de manera que habíamos calculado la altura perfecta para que cuando el sillón se abatiera hacia adelante, se quedara una superficie perfectamente lisa y plana.
En ese instante el mono se sentía más a gusto dentro de la furgoneta, olía a limpieza y los olores de la grasa ya desaparecieron. Entonces para evitar miradas desde el exterior de la furgoneta, mi madre se puso a diseñar unos paneles para los interiores de las ventanas a doble color, negro por fuera y gris por dentro. Hizo un buen trabajo y quedaron súper chulos, protegiendo el interior de la furgoneta de los rayos del sol y de las miradas curiosas que puedan aparecer.
Luego pintamos las tablas de negro, para dejarlo lo más curioso posible. Quedaba cerrar de alguna manera la estructura bajo la cama, ya que el objetivo de elevar la cama era tener hueco para meter cosas grandes como una mesa, sillas, sombrillas, nevera, barbacoa y elementos de acampada, pudiendo viajar con las cosas en orden y que no se movieran por todo el furgón. Esto lo conseguimos poniendo unas puertas traseras en la estructura, de manera que se abrieran lateralmente. Éstas puertas luego fueron tapizadas para darle un toque más curioso y para que cuando abriera la parte trasera del furgón no se viera todo amontonado. Le colocamos unos llamadores y unos prisioneros para que las puertas no diesen golpes ni se abrieran fácilmente.
También tapizamos la parte delantera de la cabina entera, pero en este caso le pusimos moqueta negra para darle un toque acogedor. Se pintó todo los bajos del tablero de negro para conseguir uniformidad. Alfombras nuevas y toda la parte delantera nueva. El resultado es este:
Después de tener todo lo que es el interior terminado, había que conseguir los colchones por lo que mi cuñado me los consiguió perfectos. Los colchones son de goma espuma de alta densidad. Lo que es la cama, se divide en dos colchones. Uno es fijo que está siempre encima de la estructura metálica, y el otro es movible, ya que necesito también utilizar el sillón trasero y una cosa me condiciona la otra, no puedo recuperar la posición original del sillón con el colchón justo en su respaldo. Viendo las imágenes seguro que comprenderán lo que les estoy escribiendo.
Y aquí se terminó la restauración del interior de la furgoneta. Luego se le hizo el cambio de la bomba del agua, correa de distribución, correas del alternador y de la dirección asistida, cambio de filtros y algún detalle que seguramente se me olvida. Aún a fecha de hoy, día 10/05/16, la furgoneta por fuera sigue prácticamente igual. Aún no hemos podido pintarla pero se hará ya que por su exterior se acondicionó un poco pero para que se quede bien tendremos que meterla en un chapista para dejarla como nueva.
Y a partir de aquí sí que voy a empezar a contarles las aventuras en ella, desde mi isla de Gran Canaria hacia las demás islas en cuanto las vaya visitando.
El primer contacto
Después de la restauración, teníamos que probar la furgoneta en estado puro. Así que decidimos probar sus nuevas instalaciones haciendo un recorrido por nuestra isla, la isla de Gran Canaria. Como era verano y el tiempo estaba perfecto para hacerlo, íbamos a hacer un recorrido costero, ya que había que aprovechar los días buenos de playa. Así que decidimos ir a playas tranquilas y dónde no hubiese mucha gente. Planeamos ir por el norte de la isla y luego terminar por el sur. El norte de la isla tiene muchas piscinas naturales, así que decidimos ver la gran mayoría.
Para la preparación de la aventura, pensamos que lo mejor que podíamos hacer era llevar lo menos posible de ropa, más bien por el hueco que teníamos y para no tener todo el furgón por dentro tirado. Debajo de la cama caben cosas, pero tampoco es para llevar el ropero entero, hay que tener un poco de organización.
Compramos una nevera de corcho de manera que cupiera en el hueco de la cama, una nevera que aún conservo y que la verdad que ha aguantado bien el hielo. Luego, como vamos a estar en la calle, llevamos un depósito de agua de 25 litros para lo que nos pudiera surgir, como por ejemplo, lavar los cubiertos con los que comíamos, ducharnos y asearnos. El problema de este principio era dónde ir al baño, ya que en los lugares dónde íbamos a estar prácticamente no habían servicios de ningún tipo, así lo mejor que pudimos hacer fue mirar los posibles balnearios más cercanos del lugar. También hay que llevar algo de comida preparada desde casa o también puedes comprar por ejemplo una empanadilla en el supermercado, si no quieres gastarte mucho dinero tampoco comiendo por fuera. Eso sí, los lugares ricos para comer, ahí ni tupperware ni nada, a comer al lugar. Acuérdate también de las toallas para la playa, y si tienes alguna que otra colcha de goma espuma también llévala, ya que es necesario para las piscinas naturales. Nosotros llevamos dos que la poníamos debajo de las toallas y estábamos más a gusto que un arbusto.
Pues en resumen lo que hay que tener en cuenta para la primera salida dónde aún no tienes experiencia, son los puntos siguientes:
- Comida preparada
- Depósito de agua para aseo
- Colcha para las piscinas naturales
- Sombrilla para el sol
- Bronceador
- Mapa de la isla
- Linternas
- Gafas y tubo para bucear (snorkel)
- Camping gas
- Vasos y platos de plástico
- Algún caldero y sartén
- Poca ropa (al final vas a estar recorriendo camino y tirado en la playa)
- Baraja española
- Cámara de fotos
- Muchas ganas de aventura y ganas de no parar
Piscinas naturales
Después de preparar todo esto, empezamos por el norte de la isla. Si no sabes lo que es una piscina natural, en este caso todas están situadas en mar, son piscinas que se crean en un lugar adecuado dónde se hacen unas modificaciones entre rocas en la costa, con técnicas para que el agua que esté dentro se regenere adecuadamente y siempre esté limpia. Cuando sube la marea, las olas llenan la piscina y renuevan el agua, y cuando la marea baja, el agua se mantiene dentro de la construcción “natural” por así decirlo.
En Gáldar puedes visitar varias piscinas naturales como la del Agujero, situada en Bocabarranco. Para llegar hasta este lugar, tienes que coger dirección Sardina del norte, y cuando vayas por esa carretera, verás un cartel que te indica el nombre hacia la derecha. Bajas por uno invernaderos y llegas a esa playa. La piscina natural está al lado de la playa, algo escondida por una pequeña montaña que son los aparcamientos, así que si quieres verla tendrás que acercarte a los aparcamientos y luego bajar por el camino. En la playa no te aconsejo que te bañes porque la zona del norte suele tener mucho oleaje, por lo que si no conoces las playas del norte, mejor mantente en las piscinas. Pues bien, nosotros nos dirigimos hasta esta primera piscina.
Luego, hablando con la gente del pueblo, nos habían dicho que también en Guía existían piscinas, por lo que nos dirigimos hacia las indicaciones que nos dieron. Ésta estaba cerca de la Atalaya de Guía, tirando para los invernaderos que se dirigían hacia el mar. A ésta se le denomina Roque Prieto. Cuesta llegar un poco hacia estas piscinas si no conoces el terreno, ya que al ver los invernaderos el camino se hace largo. Está escondida entre dos pequeños acantilados que centran una carretera de cemento que baja hacia ella. Cuando nosotros fuimos, no había nadie, quizás fue porque llegamos cuando el sol no estaba tan alto, y en las zonas para poner las toallas había sombra.
(Foto piscina del roque Prieto)
Ese primer día descansamos en una playa de arena que incluía una piscina natural, llamada playa de Los dos Roques. Tiene una zona de arena rubia que se mete en la piscina natural. Es muy curioso porque no esperas que en esa zona de la isla haya arena, ya que la mayoría de la zona costera del norte es roca y malpaís. De las tres piscinas que visitamos, ésta fue la que me gustó más. Tiene unos aparcamientos de tierra muy cerca de la playa. Esa noche nos quedamos ahí. También tienen unos baños, que los cierran en un determinado horario, sólo para las necesidades básicas del cuerpo humano, no tiene duchas.
Para cenar, mi suegra nos había regalado la cocina pequeña Butsir, el famoso camping gas. Nos vino de lujo porque habíamos comprado una tortilla en el supermercado de esas que se calientan en la sartén y listo, acompañado con una sopa maggi. Qué rico. Pasamos la noche ahí sin ningún problema y lo más discreto posible.
(Foto playa de los dos roques)
(Foto Butsir)
El ritual mañanero
A la mañana siguiente, nada más levantamos nos pusimos el bañador y esto, probablemente lo diré más adelante en futuros comentarios, pero debo dejar constancia de que los baños mañaneros recién levantado/a son los mejores que te vas a pegar. No hay mejor sensación de levantarte aun con los ojos pegados (trata de disimular que aun los tienes pegados de cara a la gente), que salir del furgón e ir directamente al agua, por muy fría que esté. Es una sensación de libertad que pocas veces experimentarás. Pero métete rápido sin pensarlo, que si no se te corta el cuerpo y te quedas en el camino pensando si entrar, y eso no vale. Si desayunas antes no es lo mismo, mejor ir tal cual te levantas.
Nos metimos en la piscina y luego desayunamos. El desayuno es lo más fácil de hacer cuando estás de camping, por lo que con llevar sándwiches, leche, cereales, algún embutido y tomate tienes. El plátano canario que no falte, cómo te he comentado en otras publicaciones anteriores. Después de desayunar, nos dirigimos hacia Agaete que también tiene un pequeño agrupamiento de piscinas naturales, que para mí, una de las mejor construidas, ya que tienen túneles bajo el agua para pasar de una piscina a otra. Te recomiendo que para ir a todas las piscinas, lleves contigo el kit de gafas y tubo para ver el fondo, ya que dentro de éstas hay peces que los ves mejor que si estás a mar abierto por el movimiento de las aguas. También he de decirte, que el agua de Agaete es especial, especialmente fría, pero hay una leyenda por la isla que dice que el agua de Agaete te lo cura todo. Si no, haz la prueba y métete en la piscina o en la playa del puerto. Muy limpia y cristalina.
Ese día lo pasamos totalmente ahí, se estaba muy a gusto y hacía buen tiempo, ya que por esa zona suele hacer algo de viento. Nos quedamos esa noche en Agaete y aprovechamos para dar un paseo por el muelle.
Andén Verde
Al día siguiente, nos fuimos hacia la Aldea de San Nicolás, por la carretera del Andén Verde. Desde ésta carretera, considerada que tiene riesgos de desprendimientos desde los acantilados por la que se construyó, verás bonitos paisajes. No desesperes en llegar, haz descansos porque te queda un buen recorrido por hacer y llegar hasta la Aldea. Hay un bar por el camino dónde te puedes tomar algo y estirar las piernas. Verás Agaete a medida que te alejas e irás subiendo por el risco. Ésta zona tiene una importancia histórica respecto a los guanches que estuvieron en la isla. Pero esto es otro tema que hablaré en otra publicación. Vistas impresionantes desde todas esta carretera, y conocerás lo que muchos de la isla no saben y desconocen, la playa de Artenara, desde lo lejos. Evita pararte en la zona dónde veas que existen un mallado metálico en los acantilados, ya que esa zona es zona de desprendimientos. Durante el camino verás apartaderos para parar y sacarte fotos como esta.
La Aldea de San Nicolás
Siguiendo con la aventura, cuando llegamos a la Aldea, tras un largo recorrido, fuimos directamente al puerto, dónde está su playa de piedras. La marea aquí está muy tranquila, pero no hay ni un hueco de arena, por lo que te recomiendo que te pongas escarpines en los pies, para evitar hacerte daño. Nos quedamos todo el día hasta que el sol se marchó. Entonces aprovechamos que el sol calentó las tuberías de agua de las duchas que están en la playa, y nos bañamos en ella con agua caliente. Ya estábamos limpitos. Nos pusimos una ropa cómoda y nos fuimos limpitos para el pueblo, en el cual había fiesta. Días después se celebraría la fiesta tradicional de El Charco. Coincidimos en que se estaba celebrando la fiesta de la espuma, por lo que nos quedamos allí a verla y escuchar la música. No era plan de meterse ya duchado ¿no? Aunque este pueblo esté apartado de las demás zonas de la isla, he de decir que tienen un buen nivel cultural. Nos quedamos sorprendidos por la cantidad de salas de música y museos que no esperaba encontrarme.
(Foto pueblo de la aldea)
Cuando todo terminó, nos dirigimos hacia el puerto y nos quedamos allí. Por los alrededores del pueblo, hay un área recreativa con mesas para montar tu picnic y también un baño con horario, sin ducha. Sacamos las cosas de la furgoneta que nos iban a hacer falta y comimos allí, como no, haciendo uso de la camping gas. Después disfrutamos de una puesta de sol desde la playa de La Aldea, pues desde aquí se ve la isla de Tenerife y su imponente Teide. Los atardeceres por ésta parte de la isla son maravillosos, el sol siempre se esconde tras el Teide. Esa noche nos quedamos en la Aldea. Por la mañana, el ritual de siempre, bañador y para el agua. ¡¡¡Qué cosa más rica!!!
Al siguiente día tiramos más para el sur de Gran Canaria, ten en cuenta que si vas en furgoneta y vas en este plan la velocidad a la que irás será más reducida que si vas con un coche normal, añádele también que la Lite Ace no tiene turbo.
Unos viajeros en medio de la nada y carretera de obstáculos
Llevaba tiempo queriendo ver una de las playas que está entre La Aldea y Mogán. Un amigo me había dicho que él había ido y que estaba muy bien, y que el camino para llegar a ella estaba bien. Creo que me estaba vacilando el muy canario. La playa se llama la playa de Veneguera. ¡Madre mía! Pues enchufé el GPS en el móvil cuando estaba en la primera desviación para ver los kilómetros que había que recorrer. Me fijé que el GPS marcaba dos kilómetros hasta llegar a la playa. Pues dijimos: vamos para allá.
Empezamos a bajar por la carretera y era de piedra con su camino bien marcado, parecía inofensivo para la clásica furgoneta. Pues bien mientras íbamos bajando había bastante hueco y la carretera seguía estando bien, por lo que un coche de alquiler (turistas) quería ir más rápido, así que le dejé pasar y desapareció rápido ante mis ojos. Le comenté a mi novia que probablemente eran turistas por la manera de tratar el coche de alquiler. Pues bien, habíamos recorrido por lo menos dos kilómetros, los que decía el mentiroso GPS, y la carretera se complicaba, empezaba a haber muchos callaos de gran tamaño. Suerte que la furgoneta es alta y puede pasar este tipo de piedras por debajo sin ningún problema. Pues yo calculo que a unos cuatro kilómetros después, nos encontramos al coche que nos adelantó, parado a un lado. Pues ya el coche no bajaba más porque le rozaba todos los bajos y una pareja joven que estaban en el interior, cogían sus cosas para ir caminando hasta la playa. Entonces, le dije a mi novia: “María, ¿qué tal si los llevamos y así de paso practicamos el inglés un rato? Con lo que ella me dijo entre risas: “¡Vale!”. Les hicimos señas en plan para que nos entendieran y vinieron, les dijimos en ingles que si querían que les alcanzáramos y ellos aceptaron. Pobre de ellos si no los hubiésemos recogido. ¡¡Les esperaban al menos tres kilómetros más, con un sol que rajaba las piedras, entre invernaderos y caminando sobre callaos!! Actuamos bien, así que nos los llevamos como acompañantes hasta la playa. Era una pareja aproximadamente de la misma edad que nosotros, y eran franceses. Eran súper altos y dentro de la furgoneta cuando yo los miraba por el espejo retrovisor, parecían teleñecos de un lado para otro por el estado de la carretera, aun iba despacio, pero se movía mucho. Muy cómico.
Cuando llegamos a la playa, nos dieron las gracias y les dijimos que les avisaríamos cuando subiéramos para que no se pegasen el pateo hasta el coche, que nos quedan por el camino, y la responsabilidad de un canario es esa, tratar a la gente de fuera bien. En la playa nos separamos y estuvimos como unas dos horas allí.
La playa era de callaos menos una parte, que era en el otro extremo opuesto dónde dejamos la furgoneta. Esa parte está muy bien. Lo que no me gustó fue un poco de suciedad que había en la zona de aparcar, por todo lo demás bien.
(Foto veneguera)
Llegó la hora de irnos de Veneguera por lo que avisamos a los dos franceses. Los llevamos hasta su coche, y ellos como agradecimiento nos querían invitar a un zumo de papaya y naranja que habían probado en un puesto de pasada que habían probado anteriormente. Nosotros aceptamos la invitación y fuimos a con ellos al lugar. Como no, tuve que ofrecerles algo rico después del zumo, por lo que mi novia y yo habíamos comprado una botella pequeña de ron miel indias para preparar un melón, que verán en fotos posteriores cuando lleguemos a la parte de Arinaga. Aún conservábamos hielo, así que les puse como un chupito en un vaso y la reacción fue: “Where can you buy this drink?” así que les dije donde la podías comprar a buen precio y todo terminó en agradecimientos y se marcharon, buena gente los dos franceses.
Mogán
Cuando terminamos con ellos, fuimos dirección al pueblo de Mogán. En Mogán hay que diferenciar dos lugares, que son el pueblo de Mogán y la playa donde está su puerto pequeño. Nosotros como veníamos por esa carretera, desde Veneguera, lo primero que nos encontramos fue el pueblo, donde vimos un molino y unas figuras que representan objetos. Nos paramos para sacar unas fotos y seguimos para el puerto, donde dimos una vuelta por la avenida. Mogán es una zona turística, por lo que siempre la verás con mucha gente paseando. Te aconsejo que des un paseo por el muelle.
El Boya
Cuando terminamos en Mogán, cogimos la carretera vieja, por todos los pueblos costeros, ya que personalmente por la autopista es un auténtico aburrimiento. Si quieres ver los pueblos de esa zona, es la mejor opción. De Mogán nos fuimos al Pajar, donde es obligatorio comer en el restaurante “El Boya”. En este restaurante te puedes pedir una buena paella, muy buena y unos chocos que te dejarán satisfecho/a y comerás de lujo y barato. Como no, nos pedimos una tarrina de paella que da para dos personas. Esa noche comimos paella y nos quedamos en el Pajar por la noche. Aprovechamos para ir caminando hasta el pueblo de Arguineguín, donde hay unos baños justo al lado de la playa. También tienen un horario y no tienen ducha.
Castillo del Romeral y Arinaga
Al día siguiente salimos de El Pajar por la carretera secundaria que une toda la costa sur, y nos dirigimos hacia unas piscinas naturales que están hay en ese pueblo. Estas piscinas son grandes y al menos cuando nosotros fuimos, nos encontramos con poca gente, pues parece ser que sólo la suele visitar la gente del pueblo, o eso me pareció. Son muy cómodas al tener un aparcamiento justo al lado, pero puede que el viento perjudique un poco. Por lo demás está bastante bien, hasta una de ellas tiene el fondo de arena.
Luego nos dirigimos hacia la playa de Arinaga, dónde el día anterior hubo fiesta que no la pillamos. En Arinaga se celebra la fiesta de La vará del pescado, y cuando nosotros llegamos había muchas caravanas y furgones. La gente se quedó por la noche allí donde hubo una verbena y fiesta. Nos pusimos justo en una zona de piedras porque la playa estaba muy repleta, por lo que nos pusimos por donde pudimos y pasamos el resto del día aquí, y en este lugar fue donde nos preparamos el melón fresco, que te voy a decir la receta para que si tienes la oportunidad, lo prepares:
- Compra un melón en el supermercado que esté ya maduro y un zumo que te agrade. En nuestro caso compramos el tropical de pascual. El famoso biofrutas.
- Sujeta el melón de manera que se quede vertical.
- Con un cuchillo, corta un cuarto de melón, de manera que ese trozo te sirva de tapa.
- Quítale las pipas al melón.
- Si tienes electricidad (en este caso no la tuvimos) conecta una batidora de mano y haz el interior del melón zumo. En el caso nuestro, molimos el interior con cuchillo dejándolo con trozos pequeñitos, pero lo ideal es la batidora. Ten cuidado no dejes la capa interior del melón muy fina, ya que podrías picarlo.
- Coloca en una hondilla, hielo suelo.
- Centra el melón en ese hielo, de manera que quede recto y vertical.
- Mete tres piedras de hielo dentro del melón, añádele el zumo tropical y el ron miel al gusto.
- Remuévelo todo, coloca la pajita a través de la tapa, y listo para tomar.
Fin de la primera aventura
Para terminar, esa noche nos quedamos en Tufia, en la playa de Aguadulce. Esta playa está algo escondida y la gente que la conoce suele ser de Telde, ya que mucha gente pasa por ahí y desconocen el lugar. Es una buena playa tranquila y esta solitaria, no tiene avenida y está muy bien para ver las estrellas por la noche. Se pueden ver estrellas fugaces desde ese lugar ya que la contaminación lumínica es poca.
Y desde aquí, a la próxima aventura. Como conclusión a esta primera aventura, tengo que decir que fue una buena experciencia por parte de ambos, por lo que nos pasó y la gente que nos encontramos en el camino. Es verdad que hay aspectos en los que mejorar, como por ejemplo el tema del baño. Pero si te lo montas bien, como veremos más adelante en estas aventuras que te contaré, podemos combinar noches en camping y tener los servicios básicos, pero claro, la aventura pierde emoción desde mi punto de vista por no poder tener esa libertad que buscamos. Respecto al comportamiento de la furgoneta, está un poco limitada en las autopistas por la ausencia del turbo y la caja de cambios algo corta, pero ¡¡vaya maquinón!! ¡no se le resiste nada! Es una campeona. Pues este es el fin de la primera aventura, por lo que seguiré subiendo en cuanto siga escribiendo contando las experiencias con playas más conocidas a nivel mundial de la isla.
Para seguir viendo las aventuras Furgoexperience, ve al capítulo 2, "Aventura de fin de semana".
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