Camping en Cantabria

Uno de los sitios más bonitos en los que he estado has sido Cantabria. Me considero una amante total del norte, por lo que no podía esperar menos de este sitio. Fue un viaje de verano muy barato y precioso. Estuvimos una semana en un camping en Pechón que es una auténtica pasada. 

La vida en un camping

Esta era mi primera experiencia en un camping y la verdad que me encantó. No estaba dividido por parcelas, así que podíamos poner la tienda donde quisiéramos. Y escogimos un sitio que según abrías la puerta de la tienda veías el mar, era precioso:

Además, llevábamos un camping gas, por lo que podíamos cocinarnos lo que quisiéramos y comer con vistas al mar. Es cierto, que si quieres irte de camping, hay cierto material que es mejor que tengas: tienda, sillas, mesa, camping gas, nevera...

Nosotros, como llevábamos el coche, las maletas las guardábamos ahí, y yo sinceramente, me cambiaba allí mismo, porque no había prácticamente nadie y me sentía bastante libre y cómoda. 

En este camping había una playa privada donde nos bajábamos al atardecer con unas cervecitas y la guitarra y cantábamos hasta que se hacía de noche. No había nadie más que nosotros y era muy relajante. 

Tuvimos suerte y nuestra tienda estaba situada justo al lado de los baños y las duchas, lo cual era un punto muy positivo, ya que algunos tenían que bajar de la montaña (literalmente) para ir al baño. Además, desde nuestra tienda se veía el baño de las chicas, así que podíamos dejar el móvil allí cargando un rato. Aunque la verdad, es que no neceitábamos el móvil para absolutamente nada porque todo allí era paz.

Una de las partes más negativas es que el supermercado de allí era un poco caro, y para ir a uno normal, había que bajar en coche. 

Este es el camping visto desde arriba, una aunténtica maravilla:

Qué hacer en Cantabria

A pesar de que hicimos bastante vidilla en el camping, nosotros fuimos allí con la idea de tener un alojamiento barato y sencillo, pero viajar y movernos con el coche por las distintas playas y pueblos. 

Estuvimos en San Vicente de la Barquera que es una preciosidad, un auténtico pueblo de pescadores donde a gente sale mucho a la calle a tomar unas tapas y había mucho ambientillo. 

También visitamos Llanes y Ribadesella. Y otro de los días nos dedicamos a ir con el coche parando en todas las playas que viéramos entre Pechón y Ribadesella.

Una de estas fue la playa de Gulpiyuri, como no podía ser de otra manera. Es una playa en la que el mar se mete por debajo de la tierra y reaparece en un huequito pequeño creando esta playa. Es preciosa y una auténtica hazaña de la naturaleza. 

Otra de las playas que me dejó con la boca abierta fue la Playa de Berellín a la cual llegamos de casualidad y sin saber siquiera a dónde íbamos realmente. Pero resultó ser preciosa y con muy poca gente (ya que había que bajar y caminar bastante hasta llegar). Al principio de la tarde estaba la marea super baja por lo que nos acomodamos y merendamos, pero cuando nos quisimos dar cuenta, la marea subió y nos quedamos en una especie de recobeco del que solo pudimos salir empapándonos hasta la cintura. Además en el chiringuito con vistas a la playa preciosa nos pudmos tomar una cerveza nosotros solos y por 1€.

Desde luego que recomiendo 100% tanto la vida en un camping como viajar a Cantabria, porque no os vais a quedar indiferentes. 

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