Asi comenzó todo...

¡Vamos a Panaca!

“Má nunca hemos viajado solos”. Nunca hubiera esperado que esa frase diera inicio a una de las mejores experiencias que he vivido en mi vida. A finales del 2016 mi madre y yo empezamos a planear un viaje para las fiestas de navidad, algo para descansar. Nuestra primera idea fue ir a uno de nuestros hoteles preferidos en Colombia, “DeCameron Panaca” Ubicado al lado del parque Panaca, una icónica granja turística del eje cafetero colombiano.

Este hotel es perfecto para descansar y sobre todo para comer, pues cuenta con un restaurante tipo buffet en el que se puede disfrutar de exquisitas recetas colombianas e internacionales hasta no poder más (No recomendado si estás en medio de una dieta para el verano). El primer paso fue buscar en internet las fechas disponibles y fue precisamente en ese momento en que nos topamos con nuestro primer inconveniente, “Lo sentimos, no tenemos habitaciones disponibles para las fechas seleccionadas”, toda una lástima, aunque bien dicen que no hay mal que por bien no venga.

¡Panamá nos espera!

Un poco desanimada mi madre se resignó a pasar otra navidad en compañía de nuestra numerosa familia en alguna finca de Antioquia, como lo hacemos cada año. Yo por mi parte por experiencia propia sabía que organizar unas vacaciones no es una tarea fácil, así que seguí investigando otros posibles destinos. Mi segunda opción fue Panamá. A pesar de que tanto mi madre como yo habíamos salido del país, siempre lo habíamos hecho separados pues las vacaciones perfectas de mi madre siempre fueron descansar en su casa mientras que yo nací con “alma de aventurero” y desde los 13 años empecé a viajar a diferentes destinos con primos, tíos o simplemente con quien quisiera/pudiera acompañarme. Fue por esto que me pareció emocionante salir del país junto a mi madre, a pesar de que la cultura panameña es muy similar a la nuestra. Empecé a organizar todos los detalles del viaje porque como buen viajero joven tengo una obsesión con minimizar los costos pero sin sacrificar el confort (esto último no por ser viajero joven sino por viajar con mi madre, bastante complicada para los viajes). El resultado de esta búsqueda: “Nos vamos a Estados unidos”, y no porque Panamá fuese un mal destino, dado que al igual que Colombia, Panamá cuenta con un tesoro de diversidad y naturaleza mágico; sino más bien por cuestiones personales que a continuación explicare.

No puedo dejar de hablar de Panamá sin dejarles esta maravillosa fotografía que encontré en Pixabay, para que se animen a visitar ese grandioso país.

¡Directo al País Yankee!

En el momento en que le dije a mi madre que nuestro destino perfecto sería Estados Unidos me respondió como lo había hecho todas las veces en las que se lo había propuesto, “NO” y es que ella siempre tuvo un problema con este país (que por cierto, es uno de mis favoritos en todo el mundo), LA VISA. Ella no quería sentir que estuviera “rogando” a las autoridades estadounidenses que le permitieran “gastar su dinero” en su país y, según ella, el proceso de visado (obligatorio para ciudadanos con pasaporte colombiano) era precisamente eso. Pero ese problema. Después de invitarla a cenar a uno de sus restaurante favoritos y batallar toda una noche logré lo que nunca había logrado, tener luz verde de su parte para planear nuestras vacaciones en Estados unidos, eso sí, debido al tiempo, se postergaría el viaje para el verano del 2017. Básicamente logré convencer a mi madre de ir a Estados Unidos por la gran oferta de tiendas que ofrece, y es que con “cuestiones personales” me refería a la debilidad que tiene mi madre, y debo confesar que yo también, por las compras.

En resumen el plan era pasar una semana en Nueva York y otra en las Islas Turcas y Caicos, una colonia americana que cuenta con el título de “La mejor playa del mundo”, otorgado por la comunidad web de viajeros TripAdvisor. Y  es que mi insistencia por Estados Unidos no era un simple capricho, pues cuando terminé la secundaria estuve cuatro meses en Stamford, Connecticut dándome un merecido descanso antes de iniciar mis estudios universitarios. (Por cierto, si quieres saber más sobre mi experiencia en Stamford te invito a que veas el contenido del Blog “Cuatro meses en Connecticut y Nueva York”). Les dejo un par de fotos de los que fueron nuestros destinos turísticos hasta un día antes de hacer las reservas para nuestras vacaciones.

¿Un verano en el viejo continente?

Y es que no fue hasta después de que mi madre viajara a Bogotá para hacer sus trámites de visado, eligiéramos juntos los hoteles y las fechas de viaje, acordáramos una lista de actividades por hacer y estuviéramos listos para reservar, que mi primo Carlos y su esposa nos enviaran un mensaje invitándonos a su nuevo apartamento en Montpellier, al sur de Francia. Nos tomó menos de media hora hacer lo mismo que habíamos hecho en todo un mes, planear un viaje, pero ahora a Europa; específicamente a España, Francia, Mónaco, Italia y Suiza; y aunque serian muchos destinos, la ventaja de contar un automóvil y poder disfrutar de un “Road trip” al estilo europeo, nos permitió acordar una lista magnifica de ciudades y actividades por hacer.

Así fue como después de planear unas vacaciones en el eje cafetero, en Panamá y en Estados Unidos, terminé montado en un avión junto a mi querida madre con destino al Aeropuerto internacional Adolfo  Suarez Madrid-Barajas a principios de julio del año 2017.

Te invito a que visites el resto de entradas de este Blog donde encontraras actividades, lugares y consejos para viajar en algunas de las más mágicas ciudades de Europa.

Fuentes:

Foto1:https://www.atrapalo.com.co/hoteles/131540-0_hotel-decameron-panaca

Foto2: https://pixabay.com/en/panama-bay-architecture-skyline-182959/

Foto3: https://pixabay.com/en/manhattan-new-york-city-407703/

Foto4:https://pixabay.com/en/turks-caicos-islands-203161/

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