Anécdota en un hostel

Lo que les voy a contar ahora sucedió en un hostel de Málaga genial, el mejor hostel en el que he estado. Pero no siempre es la ideal la gente que se encuentra allí... Por eso les cuento esto para que sean precavidos, ya que aunque estemos en Europa, no todas las personas son lo que parecen.
Conocimos a un señor que decía ser cocinero, y no sólo eso, sino que decía ser el mejor cocinero y que hasta había trabajado en los mejores hoteles y mejores restaurantes. Decía saber muchos idiomas y era muy sociable con todos. Nos dijo que nos iba a hacer una cena a todos pero que él ya tenía la costumbre de no comer de lo que él mismo cocinaba, así que dijo que de esa comida sólo íbamos a comer nosotros. Nos pareció un poco raro pero a la comida la habíamos ido a comprar todos juntos al supermercado y él estaba cocinando enfrente de todos. Mientras que hacía la comida él solo charlábamos todos y pasábamos un buen rato, hasta que llegó la policía. Realmente fue algo raro, pidió hablar con nuestro “cocinero” y sin más directamente se lo llevaron a la comisaría. Dejó la comida a medio hacer y nos dejó a todos desconcertados. Qué era lo que había pasado? Por qué lo había venido a buscar la policía? Nos habrá metido algo en la comida? Quién sigue cocinando ahora? Todos nos hacíamos estas preguntas. Por suerte había uno de los que trabajaba en el hostel que en ese momento estaba en sus horas libres por comer con nosotros. Y él nos comentó lo que había sucedido y lo que la chica que estaba en ese momento trabajando en el hostel no nos quería contar. Resulta que este hombre parecía ser que estaba yendo de hostel en hostel sin pagar y robándole a la gente que dormía en su misma habitación. La que estaba trabajando en el hostel en ese momento había hablado con una amiga que estaba trabajando en otro hostel y que le había comentado que había un señor que era muy sociable con todos, muy llamativo, que hablaba mucho y que parecía bueno pero que se había ido del hostel sin pagar e incluso que les había robado a los compañeros de la habitación. Dado que este señor también llamó mucho la atención en nuestro hostel, le preguntó si de casualidad se trataba del mismo señor del que su amiga hablaba, y así era. Entonces esta chica decidió llamar a la policía para que ellos se encargaran de esta situación. Además este señor había venido al hostel con la excusa de que él vivía acá pero que había perdido las llaves de su casa y le salía mas barato venirse al hostel que pagarle a un cerrajero. Obviamente esta historia no nos convencía a nadie, ya que si es tu casa, al cerrajero tarde o temprano iba a tener que llamarlo igual, y durmiendo en un hostel iba a estar perdiendo más plata que sólo pagándole al cerrajero. Pero nadie quizo indagar de más. Es por es que parecía ser un mentiroso y no sabíamos hasta que punto creerle de todo lo que nos había contado. Y para colmo, a este señor lo habían alojado en mi habitación del hostel. Por suerte no llegó a pasar ninguna noche en la habitación. Igualmente yo siempre uso todos los lockers de los hostels, y esta vez no había sido la excepción.
Y a los que les interese saber qué fue lo que terminó pasando con la comida, les cuento que uno de los chicos que iba a comer con nosotras decidió seguirla. Igualmente ya estaba casi todo preparado por suerte, porque si la policía se llevaba a este señor antes de haber empezado a cocinar, nadie iba a saber como hacer toda la comida que compramos. Y la verdad que salió bastante rica.

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