4/12/2012
Buenasss,
Bueno, como os decía en la otra entrada de este blog, ayer no me encontraba muy bien, pero por suerte, hoy me he levantado mejor.
Como no tenía clase hasta las cuatro y cuarto, decidí levantarme temprano para aprobechar el día y hacer algo útil.
Lelevaba semanas queriendo ir al carrefour a comprar las botellas de vino que había visto en al rebista para regalárselas a mi padre por navidad, pero con esto de la huelga lo había ido dejando pasar de un día a otro, para ver si la huelga terminaba.
La cosa es, que la ofertaba acababa hoy y la huelga sigue sin terminar, así que no me quedaba más remedio que ir de todas formas, aunque perdiese la mañana en ello.
Normalmente, si no tengo muchas ganas de andar o el tiempo no está muy bueno o hace frio, cojo un autobús en la puerta de casa que me deje directamente en la Gare du Nord.
Es muy cómodo porque puedo coger el cuatro, el cinco, el siete, el quince y el cincuenta y siete. Todos me dejan allí, así que suele ser algo rápido porque siempre pasa alguno.
Pero con esto de la huelga prefería llegar andando hasta la Gare du Nord y esperar allí al dos o al tres, que me dejan en Saint Ladre, justo en frente del Carrefour, el Conforama y el Leroy Merlín. De esta manera, al menos me ahorraba el tiempo de tener que esperar dos autobuses.
A buen paso suelo llegar a la Gare du Nord en unos veinte minutillos, pero con esto de que siguen los puestos del mercadillo de navidad, pues es más complicado andar rápidito entre la multitud.
Pero bueno conseguí llegar a la Gare du Nord, con tan buena suerte que mientras yo cruzaba el paso de cebra vi llegar al autobús número dos, así que empecé a correr para que me esperara.
Menos mal que aquí los conductores siempre son buena gente y te esperan, e incluso te abren la puerta si ya se ha pasado un poco la parada jeje.
Así que nada, me montñe en el dos y en diez minutos más o menos llegué al Carrefour.
Encontrar la caja de vinos fue fácil, y la verdad que incluso quedaban muchas, que pensé que como la oferta acababa igual ya no quedaban, pero me equivocaba.
Cogí mis vinos y busqué una caja con poca gente, una tarea siempre difícil en el Carrefour.
Cuando ya estaba en una y casi me tocaba pagar, la cajera me preguntó cómo iba a pagar. Aquí en Francia siempre pasa lo mismo, cada caja está reservada para pagar de una manera diferente.
Le dije a la mujer que iba a pagar con tarjeta, pero que también tenía dinero, por si acaso tenía algún problema, porque lo que no tenía intención era de irme a otra caja y esperar otra cola interminable.
La mujer me señaló un cartel que había arriba y ponía algo de que la caja estaba reservada a una tarjeta “Pass” o algo así. Total que le dije que mi tarjeta era normal, no era la pass esa, que ni siquiera sabía qué era.
Cuando me fije en cómo pagaba el señor que iba delante de mí, éste también tenía una tarjeta normal y corriente, así que ya me quede tranquila.
Ahora el señor que venía detrás me mira y me dice “ Un vinito ehh”, en francés claro, y nada le seguí la corriente. Pero poco después se me ocurrió que igual el hombre entendía de vinos y me daba un poco de vergüenza preguntarle, pero a lo mejor me informaba o algo. Cuando me dispuse a preguntarle ya no hizo falta porque él mismo me dijo que era un vino muy bueno. Que el vino de Burdeos era el mejor de Francia y no se que historia. Le dije que era para mi padre y resultó que el hombre hasta hablaba español. Así que me fui muy contenta con mis vinos sabiendo encima que son muy buenos jejeje.
Pude pagar sin problemas con mi tarjeta y me fui de allí.
Cuando volví a la parada del autobús, estaba bastante llenita, así que pensé que el autobús no tardaría mucho en pasar.
Pero ya que estaba allí quería ir al Conforama, que está al lado. Unos días antes había visto una oferta de edredon en la rebista, y el que tenemos aquí en casa es de 1,40 x 2,00 metros, para que nso entendamos, es el que se suele poner en una cama de 90 cm, vamos en la típica cama pequeña para una sola persona. Y la cosa es que somos dos personas en un sofá cama de matrimonio tapándonos con ese mini edredon con el frío que hace aquí. Lo que hacemos es que lo metemos en una funda nórdica más grande y así, por lo menos podemos taparnos con la funda, pero siempre hay uno que pasa algo de frío.
Total, que ya que estaba allí quería aprobechar y ver los precios y los tamaños.
Así que pensé en entrar rapidito a ver si me daba tiempo de compralo antes de que llegase el autobús.
Como ya sabía dónde estaban los edredones, me fui directamente a esa zona. No se si es que no tienen muchos clientes con esto de la huelga de autobuses, pero el Conforama estaba completamente vacío. No había clientes ni dependientes que orientase.
Encontré el edredón de la oferta y costaba veinticuatro euros el tamaño de 2,00 x 2,00 metros, que es el tamaño normal para cama de matrimonio, así que me pareció muy bien de precio. No es tan calentito como el que tenemos en casa, porque el otro es para máximo frío y éste es sólo para temperatura media. Pero pensé que por ese precio estaba muy bien y cualquier cosa si tenemos frío, podemos echar el otro por encima. Así que decidico, me lo iba a llevar.
El único problema es que estaba altísimo y no había manera de que yo llegara hasta ahí.
Di una vuelta por los departamentos de al lado y era increible, no había absolutamente nadie.
Sólo encontré genet trabajando en las cajas, y eran dos señoras maduritas, que no iba a pedirles ayuda a ellas para algo así.
Cuando por fin encontré a un chaval jóven, ni siquiera era de estos que te orientan, era reponedor, pero bueno podía ayudarme con esto, al menos era jóven.
Estaba agachado colocando unas cosas y cuando se levantó, resulta que era de mi misma altura, y mira que yo soy bajita, pero madre mía, para ser hombre, se le veía muy muy bajito.
Total, que no me servía de mucho si tampoco iba a llegar al edredon. Entre una cosa y otra, estaba perdiendo bastante tiempo y me estaba agobiando porque seguro que iba a pasar el autobús y no me iba a dar tiempo. Sólo de pensar que iba a tener que esperar mas de media hora a otro autobús, me daban ganas de irme sin el maldito edredón.
Di unas cuantas vueltas más y nada, que no había nadie. Intenté subirme en el último escalón de la estantería, pero seguía estando muy pegado al suelo y no me levantaba ni un palmo, así que seguía sin llegar,
Me fijé en la estantería y tenía unas pequeñas barandillas para que no se caigan las cosas. Se me ocurrió que igual podía escalar un poco subiéndome ahí, en lugar de a los escalones normales. Lo que pasa es que no parecían nada resistentes. Como hubiese cámaras o algo vigilando y lo rompiera al subirme me iba a morir de vergüenza, pero no me quedaban más opciones.
Así que solté mi caja de vinos, me agarré a la barandilla del segundo piso de la estantería y me subí en la del primero. Con un poco de esfuerzo, porque seguía estando muy alto, tire de un pico de la bolsa del edredón y conseguí sacarlo por encima de la tercera barandilla. Todo por un maldito edredón de oferta. Yo pensaba que las ofertas se ponían a la mano para que la gente las comprase, pero no, aquí en Francia te lo ponen difícil que no veas.
Cogí mis vinos, mi edredón y busqué una caja. Por lo menos aquí cola no había para nada jajaja.
Cuando salí, ya preocupada por el autobús, resulta que seguían en la parada las mismas personas que había antes, incluso algunas más.
Así que buena señal, que el autobús todavía no había pasado jeje. Esperé unos diez minutos y llegó el número dos. Así que perfecto, porque si llegaba el 88 pensaba cogerlo también, pero tarda muchísimo más en llegar a la Gare du Nord porque da un montón de vueltas, pero con tal de salir de allí, hubiese cogido cualquier que hubiese llegado primero.
Ya montada en el dos busqué un asiento apartadito para no molestar con la caja de vino y el edredón que ocupaba un buen espacio.
En un ratito ya estaba en la Gare du Nord y ahí tenía la opción de volver andando, igual que había ido, o esperar a cualquiera de los autobuses que me llevan hasta la puerta de casa, que siempre pasa alguno de ellos rápido, pero claro con la huelga, no sabía cuanto tiempo podía estar allí esperando.
La cosa es que los vinos pesaban bastante y el edredon era incómodo de llevar, así que decidí esperar.
De la parada del dos a la parada donde tenía que esperar a cualquiera de los autobuses que me dejaban en casa, tenía que andar un poco. Pues cuando llego veo que la carretera está toda levantada y en obras, vamso que era imposible que parasen allí.
Así que me tuve que poner a ver dónde habían colocado la parada provisional.
Por fin la encontré y me quedé esperando allí. Sólo había dos personas esperando, así que tenía pinta de que la cosa iba para largo.
Con la suerte que había tenido con el otro autobús, pues a éste estuve esperándolo media hora interminable.
Cuando llegué a casa ya era la una de la tarde, y había salido sobre las diez y media, vamos que ya casi había perdido toda la mañana, pero bueno, por lo menos había sido productiva.
Comimos poco después para irme relajadita a clase, no con el estómgao lleno recien comida.
Vimos un capitulito de “Aquí no hay quien viva” mientras terminábamos de comer y a las cuatro a clase.
La clase fue bastante pesada, como suele pasar en macroeconomía, pero como sólo dura una hora y media, decidí pasearme después.
Fui a comprar un regalito que tenía pendiente de los puestos del mercadillo de navidad.
La semana pasada no lo tenía claro porque me parecía carillo para lo que es, pero si quitan los puestos me voy a acabar quedando con la cosa de no haberlo comprado, así que me decidí y fui. Es una pulserita de tela con un macaron colgando y se le puede cambiar por otra cosita. Hay una gran variedad de dulces de colores en miniatura muy lindos para combinar. Así que al final me decanté por la pulsera con el macaron y compre también una magdalena de colores muy graciosa.
Después de eso fui también a hacer la compra. Como no conseguimos llegar al Supermercado Auchan con la huelga, pues estamos comprando en el Match, así que fui al que está más cerca de casa, en la Place de Marché y comprar algunas cosillas básicas para comer esta semana.
Cargadita con mis compras me fui a casa a buscar a mi novio para ver si quería ir más tarde a ver el espectáculo de la catedral en colores; Pero estando calentito en casa le daba pereza tener que vestirse para salir a pasar frío. Así que, como el jueves salgo de clase a las siete de la tarde, decidimos que viniera a recogerme y directamente lo vemos al volver, que nos pilla de camino.
Así que nada, nos quedamos en casa calentitos el resto de la tarde y terminando de planear nuestro fin de semana en París.
Yo sólo espero no estar mala para el fin de semana, que como se nos fastidie por mi culpa me voy a sentir todavía peor.
Ah y a la noche pusimos el pedazo de edredón nuevo y no veais que maravilla. Es super calentito, pero lo mejor es lo grande que es, que por fin hemso podido dormir los dos enteros tapados jejeje.
Saludos a todosss
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