19/12/2012

Publicado por flag-es Elisa A.C — hace 6 años

Blog: Dá a día
Etiquetas: General

De vuelta a España

Buenasss,

Lo primero, pediros disculpas por los días que llevo desaparecida.

Tuve un examen el lunes y dos el martes, así que entre que tuve que estudiar los días antes y pasar el día en la facultad haciendo los exámenes, pués no he tenido tiempo de seguir contando mi día a día.

Acabé por fín, el martes a las cuatro de la tarde, pero estaba demasiado cansada después de dos exámenes. Encima uno de los exámenes fue un cachondeo increible.

Nos metieron en una clase demasiado pequeña para todos los alumnos que éramos. Así que cuando yo llegué, unos quince minutos antes de empezar el examen ya estaba todo el mundo separado con tan sólo un asiento vacío entre cada alumno. Para cuando llegó la hora del examen, el profesor no sabía cómo colocarnos a todos, así que después de muchas vueltas, como cada vez llegaba más gente, acabamos haciendo el examen literalmente, todos juntos. No había absolutamente ningún hueco vacío entre una persona y otra, así que podéis imaginaros el cachondeo en el examen todo el mundo mirando al que tenía sentado al lado, o bueno mejor dicho, a los que tenían sentados al lado jejeje. Como cosecuencia, como es lógico, mucha gente acabó siendo expulsada de la clase.

Mi problema era lo agobiada que estaba entre tanta gente, con tanta calor y con lo mal que huelen algunos en mi clase, pero bueno conseguí concentrarme y apañarme con el pequeño hueco que tenía en la mesa, y claro, de camino aprobeché también para echar un ojillo a los de al lado jejeje.

El siguiente examen fue más normal, en una clase más grande, menos mal.

Y en fín que cuando volví a casa estaba muy cansada del día entero.

El miércoles por la mañana salía nuestro vuelo a las 13.05, así que tuvimos que mirar el día antes qué autobús teníamos que coger para llegar de Amiens a Tille, donde se encuentra el aeropuerto de París- Beauvais.

Pués resulta que los horarios eran una mierda porque de las ocho de la mañana se pasaba al de las doce y veinte, así que no nos quedaba más remedio que coger el de las ocho y esperar en el aeropuerto desde las nueve que llegásemos hasta la una que saliese nuestro vuelo.

Así que nos despertamos sobre las siete de la mañana para ir con tiempo. Cogimos unos zumitos e hicimos unos sandwiches para no pasar hambre durante la espera en el aeropuerto.

Cogimos nuestras maletas y nos pusimos en marcha, después de asegurarnos de dejar la calefacción apagada y nada enchufado para gastar menos luz el tiempo que no estemos en casa.

Podíamos coger el autobús número siete o el número seis, que ambos nos dejaban en 9 y 10 minutos en la estación de la Gare du Nord. Al final cogimos el siete que fue el que pasó primero por nuestra parada en la puerta de casa.

Llegamos con tiempo, a las ocho menos veinte, y normalmente el autobús no llega hasta menos cinco.

Pronto llegaron algunos compañeros erasmus, que resultaron llevar ya su billete comprado, porque lo habían comprado el día anterior en la misma estación, así que ya empecé a ponerme nerviosa por pensar que igual ya no quedaban billetes.

Muy puntual, el autobús llegó a las 7.55 y le pregunté allí mismo al conductor si podía comprar los billetes y no hubo ningún problema. La verdad es que al final el autobús iba bastante vacío, así que fuimos sentados muy tranquilitos.

Al llegar a la entrada del aeropuerto estaba todo muy controlado por la policía, incluso le preguntaron cosas al conductor para ver a dónde se dirigía, aunque parecía bastante obvio, pero en fin. La cosa es que ninguno nos enteramos de qué le habían preguntado ni de qué pasaba; lo que nos sorprendía es que hubiese tanta policía.

Pero bueno, nos bajamos y sentimos el frío horrible que hacía allí en comparación con la temperatura de Amiens.

Nos dirigimos al terminal uno, que es el más cercano a la parada del autobús y allí nos informamos en el puesto de información de en qué terminal estaba nuestro vuelo.

Después de saber que era en el terminal dos, mi novio y yo nos dirigimso hacia él, aunque los demás chicos que venían con nosotros prefirieron quedarse en el terminal uno mientras.

Buscamos un sitio donde poder desayunar un zumito y un pastelito que llevábamos para cada uno, aunque mi novio acabó comiéndose el sandwich directamente jejeje. Al final nos quedamos en un rinconcito, pero fuera del aeropuerto al aire libre porque dentro hacía muchísima calor y además mi novio quería fumar después de desayunar.

Cuando acabamos nos fuimos para dentro y buscamos un rincón donde sentarnos en el suelo porque los asientos estaban todos ocupados y tampoco había mucho sitio. El aeropuerto es muy pequeño y las colas se organizan muy mal, así que todo el mundo acaba apilado y es un follón increible, así que nosotros nos mantuvimos sentados en un ladito.

Ambos teníamos la sensación de que la maleta pesaba bastante más de lo que debía, ya que sólo habíamos seleccionado en el vuelo una maleta de 15 kg.

En principio, yo sólo pensaba llevarme los regalitos que hubiese comprado de Navidad para la familia, pero mi novio se llevó bastante ropa, el kit de tatuaje y unas cuantas cosas más que pesaban mucho.

Así que, como todavía teníamos tiempo de sobra hasta la hora de hacer el checking, decidimos buscar un lugar dónde poder pesar la maleta para ver si podíamos hacer algún reajuste con las maletas de mano.

Cuando nos dejaron pesarla resultó que pesaba 22 kg, es decir, siete kg más de lo que debería. Así que os podéis imaginar, sacar siete kg no fue tarea fácil.

Una de las cosas que más pesaba era la maletita con el kit de tatuaje de mi novio, pero no sabíamso si eso podíamos llevarlo encima, así que tuvimos que ir a preguntarlo también y parecía que nadie lo tenía muy claro. Sacamso también vaqueros y sudaderas, algunos de los regalos que yo llevaba que pesaban, como la caja de mi abuela o la caja de macarons de Amiens que era grandecita y pesaba mucho. Al coger la maleta en peso yo calculé que seguía teniendo unos 17 kg, pero al menos ya sólo teníamso que pagar dos kg de más y no siete, así que ya era un paso; de todos modos no volvimos a pesarla porque nos habían dejado pesarla como un favor y nos daba corte ir otra vez.

Mientras nos quedamos allí sentados en el suelo hablando o dando algún paseito para estirar las piernas mientras el otro se quedaba vigilando las maletas. Me clavaron 4,20 euros por una botella de agua y poco más, no había mucho que hacer allí, salvo esperar a que nos abriesen al menos la ventanilla para facturar la maleta y librarnos de un bulto.

Cuando por fin salió el número en las pantallas, nos dirigimos hacia la cola, pero resultó que no había cola, sino que éramos los primeros.

Mi novio hizo su checking sin problema y ahora venía el mío, que era quién llevaba facturada la maleta y donde podíamos tener problema.

Nos la pesaron y pesaba exactamente 17 kg, como yo había estimado, y la chica nos dijo “ea perfecto”, los dos nos hicimos seña como diciendo “ que bien , que no nos vana  cobrar por esos dos kilos”, pero al momento la chcia miró la pantalla y nso dijo que nos habíamso sobrepasado dos kilos y que costaba 20 euros el kilo. Mi novio dijo que no pasaba nada, que él lo pagaba, ya que casi todo el peso era suyo; pero yo preferí intentar sacar dos kilos más y…MISIÓN CONSEGUIDA!!!!

Acabamos con varias sudaderas fuera de la maleta, mi novio llevaba dos puestas y yo me puse otra suya, así que estábamos cargados de ropa, pero sin haber tenido que pagar nada por los kilos extras.

Volvimos a la misma ventanilla de antes, pero esta vez había cola, así que nos pusimos en al cola de al lado. Ambos cruzábamos los dedos mientras la chica pesaba nuestra maleta deseando no habernos pasado de los 15 kilos y…PREMIO!!!! Justito 15 kilos nos pesaba la maleta, así que el plan nos salió perfecto.

Pero aquí llegó la mala noticia del día y lo que aumentaría nuestras horas de espera y aburrimiento en el aeropuerto…NUESTRO VUELO TENÍA RETRASO mínimo de dos horas debido a una huelga en todo el aeropuerto, así que la cosa iba para largo.

Para entonces eran unas once y media  y se suponía que nuestro vuelo saldría como muy temprano a las tres. Para empezar, a mi ya no me daba tiempo de ir a comer con mi familia como tenía planeado, ni de ir a la cita del dentista que tenía para las cinco de la tarde en Sevilla, así que lo primero que tenía que hacer es contactar con mi madre para decirle cómo estaba la situación.

Pero no tenía saldo en el móvil, así que intenté buscar un wifi público y encontré uno que pertenecía al mismo aeropuerto, que decía que te daban 20 minutos gratis si te registrabas. Empecé a registrarme pero me pedían muchísimas cosas y acabé desistiendo porque parecía un timo.

Me acordé de que el día que llegué por primera vez al aeropuerto, como tuve que esperar al autobús, nos quedamos esperando en una cafetería en el terminal uno y había un wifi abierto. Así que decidimos ir hacia allí para ver si podía conectarme sólo un momento y contarle a mi madre lo que pasaba. Fuimos hasta allí, pero mi móvil sólo pillaba una red orange abierta con muy poca intensidad y no conseguí hacer nada, así que volvimos al terminal dos para volver a intentarlo con el wifi que pertenecía al aeropuerto.

Volví a hacer todo el proceso de registro poniendo todos los datos que me pedían, que no eran pocos, y cuando terminé, en lugar de darme 20 minutos, me dijeron que me quedaban 5, así que efectívamente era un timo. Pero al menos me valía con eso para hablar con mi madre. Aún así cuando me conecté internet no funcionaba, así que fue una pérdida de tiempo. Pensé en llamar desde una cabina, pero resulta que todas las cabinas son con tarjeta y tampoco pude llamar. Me había quedado sin opciones, sólo podía esperar que mi madre llegase al aeropuerto de Sevilla y viese por ella misma que mi vuelo llegaba con mucho retraso, pero me daba cosa que tuviesen que esperarme tanto tiempo allí sin hacer nada.

Un rato después nos reuimos con los otros erasmus con los que habíamos llegado al aeropuerto y decidimso sentarnos en medio de donde se ponían las colas para embarcar, por si acaso abrían la nuestra, así ya estábamos cerca.

La gente que pasaba alrededor empezó a cabrearse porque estábamos sentados en círculo en el suelo en plan comuna “ hippy” jejeje. Un chaval con cara de malas ideas pasó y empezó a criticarnos a gritos y cuando volvió a pasar a la vuelta me pisó queriendo con toda la mala leche del mundo. Mi novio se puso hecho una fiera a gritarle que tuviera cuidado y no se que más, menos mal que tiene mucha soltura en inglés jejeje.

En fin, cada vez había más gente y se mezclaban las colas para facturar y embarcar porque estaba todo muy mal organizado, el agobio era increible.

Decidimos volver al mismo sitio donde habíamos estado sentados mi novio y yo y eperar allí, que al menos teníamos la espalda apollada.

Pero cuando llegamos había más gente sentada allí, tampoco había sitio en los asientos, así que buscamos otro rincón el el suelo donde poder sentarnos todos juntos.

Nos pusimos en la pared de enfrente en una pared muy grande, tiramos las maletas y nos tiramos allí mismo en el suelo.

Habíamos dormido todos muy poco la noche anterior por coger el autobús tan temprano, así que nos tumbamos y nos quedamos todos medio dormidos, pero estábamos pendientes cada vez que hablaban por megafonía apara dar información de los vuelos.

Cuando nos dimos cuenta había incluso gente haciéndonos fotos, de verdad que que poco respeto tienen algunos.

Empezamos a escuchar por megafonía cómo iban llamando a los vuelos que debían haber salido desde por la mañana temprano, uno tras otro y parecía que el nuestro nunca llegaría.

Hasta que de pronto escuchamos un anuncio nuevo, esta vez no para anunciar la próxima salida de un vuelo, sino para anunciar cómo se cancelaba. Ahí fue cuando todos empezamos a asustarnos de verdad pensando en que existía la posibilidad de que cancelasen nuestro vuelo y tuviésemos que volver a Amiens o buscar un lugar para pasar la noche en Beauvais.

Varias veces fuimos a preguntar a información y a la ventanilla de ryanair para ver si nos contaban alguna novedad sobre nuestro vuelo, pero nada, seguíamos igual.

Algunos fueron a comprar bocadillos y patatas, yo me comí el sandwich que llevaba, mi novio compró otro sandwich…en fin que al menos teníamos que almorzar algo porque no sabíamos cuánto tiempo más tendríamso que estar allí esperando.

Sobre las tres y poco llamaron para nuestro vuelo al terminal dos. Ya estábamos en esa terminal, así que lo cogimos todo y corrimos a la cola. Pero entre la huelga y la mala organización  había una sola puerta por la que tenía que pasar todo el mundo antes de llegar a la zona donde dejas tus cosas en la bandejita para pasar por el detector de metales.

Así que podéis imaginároslo, no era ni una cola, era una aglomeración de personas intentando entrar todos apretados por una pequeña puerta. Nosotros decidimos que era mejor esperar más atrás para no meternos en el mogollón de gente. Lo peor que podía pasar era que tuviésemos que sentarnos separados, pero prefería eso a tener que pelearme con todo el mundo por pasar por una puerta.

Al rato vinieron a decir que los pasajeros con destino a Oslo se tenían que ir rápido al termianl uno. Poco después vinieron a decir lo mismo sobre otro destino, que no recuerdo, así que al menos, cada vez había menos gente en la multitud. Aún así parecía que el bulto de gente no disminuía, ya que pasaban uno por uno y todo iba muy despacio, y además se iba colando gente nueva por los laterales del mogollón de gente, así que no avanzábamso nada de nada.

Se había previsto nuestro vuelo para las tres y media y ya no quedaba mucho, pero lo pasaron a las cuatro y diez.

De pronto empezaron a decir que teníamos prioridad los pasajeros con destino Sevilla. Por fin!!!! Nos tocaba colarnos a nosotros. Pero aún así la gente no se movía ni nos dejaban pasar. Tuvimos que levantar las manos con el billete gritando “Sevilla, Sevilla!!!!” y así las chicas que recogían los billetes nos hacían hueco para dejarnos pasar a los seis erasmus que íbamso juntos. Al parecer éramos los últimos para el destino Sevilla, porque nadie más pasó con prisa.

Después había que esperar también cola para el detector de metales, y encima nos hacían casi desnudarnos, entre quitarnos los zapatos y todas las capas de ropa que llevásemos encima, íbamos más lentos…

De repente abrieron otro pasillito para poder pasar a dejar las cosas en cajas. Nos obligaron a poner cada portatil solo en una caja. Así que mi novio y yo llevábamos las dos cajas con los portátiles, otra caja con la ropa que nos habíamos quitado, más las dos bolsas de mano.

La mayoría de los chicos encima pitaron al pasar por el detector de metales y tuvieron que cachearlos, así que tod iba lentísimo.

Encima la chica que controlaba lo que pasa por la cinta empezó a meternos prisa para que lo quitásemso todo rápido. Pero no era fácil coger cinco cajas de una vez y descalzos encima, que el suelo también estaba súper frío.

Cuando por fin acabamos todos en esa parte, empezamos a correr hacia el avión, porque eran las cuatro y diez y se suponía que a esa hora salía el avión. No veáis que extrés más malo todos corriendo sin saber ni siquiera muy bien hacia donde íbamos.

Cuando ya veíamos de lejos el puesto donde teníamos que volver a enseñar los billetes, empezaron a llamarnos a todos por megafonía, uno por uno a los seis erasmus que íbamos. Así que empezamos a correr todo lo que pudimos cargando con las maletas. Volvimos a enseñar los billetes y corrimos hacie el avión, donde ya estaba todo el mundo sentado. Nos dijeron que nos sentáramos después de la fila seis, así que tampoco quedaban muchos huecos libres. Yo fui la primera en entrar de nosotros, así que corrí en cuanto vi dos asientos juntos para poder sentarme con mi novio.

Los demás pudieron sentarse más o menos juntos, aunque fuese con el pasillo de por medio, pero ninguno iba solo.

Lo bueno de haber llegado tan tarde fue que en cuanto nos sentamos salió el avión, así que no tuvimso que esperar nada de tiempo sentados sin hacer nada.

Finalmente, despegamos a las 16.25, es decir tres horas y veinte minutos de retraso desde la hora original de nuestro vuelo.

Por suerte, el vuelo fue tranquilo, pero lo que era un plan de almuerzo familiar acabó siendo un plan de merienda-cena jajaja. Llegamos a las siete a Sevilla y el aeropuerto estaba lleno de padres de un montón de erasmus jejeje. Además de nosotros seis que veníamso de Amiens, supongo que también habría muchos de París, ya que el aeropuerto de París- Beauvais suele salir más barato con ryanair que las compañías que salen por ejemplo del Charles de Gaulle de París.

Cuando recogimos nuestra maleta salimos por la salida de “llegadas” y allí estaba mi madre, que corrió a abrazarme en cuando me vió, seguida por mi hermano y mi prima.

Cogimos el coche hasta la casa de mis abuelos, donde estaba también mi tía, todos muy contentos por volver a vernos jejeje.

Nos quedamos allí una horita y pico y nos fuimos para llegar a huelva a la hora de la cena, que mi padre ya estaba desesperado por verme jeje.

Así que llegamos sobre las diez de la noche a casa de mis padres, vamos a lo que hasta ahora yo llamaba mi casa jajaja, es para diferenciar con mi casa de Amiens jeje.

Mi padre llegó una media horita después cuando salió de trabajar, que también estaba deseando verme jejeje, así que nada, después de muchas horas de espera ene l aeropuerto y mucho extrés, al menos el día acabo bie´n y conseguí volver a casa con mi familia, que es donde estoy ahora, disfrutando de mis vacaciones de Navidad jeje.

 

 


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