Visitando Meteora, uno de los paisajes más impresionantes del mundo
Grecia tiene una de las vistas más impresionantes del mundo. Me parecían casi imposibles las espectaculares fotos en folletos o en Internet de monasterios encaramados en rocas gigantescas. Siempre me preguntaba qué eran y dónde se encontraban. Meteora es un monumento destacado en el norte de Grecia y la razón por la que dos amigos y yo visitamos este país.
Los monasterios griegos fueron el gran motivo por el que decidimos emprender este viaje. Aterrizamos en el aeropuerto de Atenas y desde allí tuvimos que elegir cómo llegar hasta Meteora: o en autobús desde la estación Liosion o en tren desde la estación Lárisa. Tardamos 5 horas en llegar de Atenas a Kalambaka, una pequeña ciudad bajo los monasterios y las enormes columnas de piedra. Después de acomodarnos en Kalambaka, fuimos a comer a Archontariki, en la plaza del ayuntamiento. Me pedí briam, un plato de verduras asadas con patata, calabacín y tomate cubiertos en aceite de oliva que solo me costó 8 euros. Como llegamos al mediodía, nos dio tiempo de ir de excursión a los monasterios y estar de vuelta en Kalambaka para cenar. Cenamos y pasamos la noche en el Hotel Rex. El alojamiento nos costó 45 euros por una habitación doble con baño privado. Puedes buscar ofertas en Icelolly (donde puedes comparar precios) o buscar en Couchsurfing si quieres conocer gente local.
Al día siguiente, decidimos empezar nuestra excursión por la ruta oeste, que nos llevaría casi todo el día. Esta ruta pasa por cuatro magníficos monasterios. El camino comenzaba en la parte superior, desde el monasterio del Gran Meteoro, pasando por los monasterios de Varlaam y Roussanou y bordeando el monsaterio de San Nicolás a unos 6 km de Kalambaka. Por la mañana, cogimos un autobús hasta el principal monasterio ortodoxo, el monasterio del Gran Meteoro. Antes de entrar, nos pidieron que nos cubriésemos las piernas y, como llevábamos pantalones cortos, nos tuvieron que prestar unos pantalones en el monasterio. El monasterio del Gran Meteoro es el que está a más altura, con vistas a las sendas que llevan a otros monasterios.
Desde Gran Meteoro, caminamos unos 500 m por la carretera principal hasta llegar al monasterio de Varlaam, y luego por una ruta en zigzag de unos 1, 5 km hasta Roussanou, que funciona como convento. El camino tenía curvas cada vez más cerradas, y seguimos recorriéndolo durante unos 1, 5 km hacia el monasterio de San Nicolás. Cuando llegamos, seguimos una senda hacia el sur que nos llevaba a Kastraki, un pueblo desde donde cogimos un bus de vuelta a Kalambaka.
Al día siguiente, tomamos la ruta este que conecta el monasterio de San Esteban con el monasterio de la Santísima Trinidad mediante un desfiladero. Calculamos que tardaríamos medio día, como de costumbre. Empezamos la ruta a las 14:00. Un taxi nos llevó de Kalambaka al monasterio de San Esteban. La ruta tenía muchas curvas cerradas que habrían sido el terror para cualquier conductor. Pero los taxistas, acostumbrados, giraban con una habilidad admirable. Llegamos en 15 minutos. El monasterio de San Esteban tiene vistas a Kalambaka desde una altura de 300 m. Desde allí, pudimos observar con admiración el conjunto de monasterios. Luego, caminamos unos 15 minutos hasta encontrarnos con una vista peligrosa. Había un sistema de poleas rudimentario con un pequeño compartimento para una persona que colgaba a cientos de metros de altura. A través de este primitivo ascensor se podía llegar al monasterio de la Santísima Trinidad. Desde la zona inferior, había rutas que llevaban a la cima. Para acceder a los monasterios, tuvimos que pagar una entrada de 2 euros. Luego, nos dirigimos a Kalambaka a través del valle. Esta ruta este nos llevó 3 horas más 2 horas para visitar los monasterios.
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