Viajar.

Viajar te abre la mente.

Van en un autobús un Español, un Alemán, una Turca y una Eslovena. No, no es un chiste, ha pasado de verdad. 

En mi erasmus he hecho muchas cosas, puedo decir que no he parado quieto un día entero. Pero sin duda, lo que más me ha aportado ha sido viajar. He viajado por Italia con Jasna, Mar Cel y Burcu (Roma, Nápoles y Pompella), el lago de Como, Verona, monte Cornizolo,  Madonna delle neve... He estado también en Francia (Lyon) y Alemania (Münich) debería de haber ido a Bruxellas si no llego a perder el dichoso avión. He recorrido horas de autobús y he compartido noches de mochilero con varias nacionalidades distintas. Creo que he cumplido la mayoría de mis sueños en ese aspecto. Mochila, no saber a donde vas, improvisar, encontrate a gente nueva, conocer, aprender y que lo que te rodee sea tu nueva casa.

He aprendido a:

• Cómo coger 100 autobuses diferentes para llegar a tu destino
• Cómo cocinar pasta con un Alemán en Napoli
• Vivir el postureo mochilero que todo el mundo sueña.
• Cómo hablar por lengua de signos.
• Cómo perderse y encontrarse.
• Cómo comprar barato y cocinar rápido.
• ...

Siempre he pensado que viajar te abre la mente, pero siempre hay maneras y maneras de viajar. No ibamos a hoteles de lujo, ni lo teníamos preparado todo desde hace meses. No teníamos un guía turísta y un planing para realizar cada día. Estabamos nosotros, jóvenes de alrededor de todo el mundo, nuestra ilusión, y el mundo.

Cuando vas pisando cada parte de Europa, es como si estuvieses coloreando un mapa invisible. Con ese mapa abrirías tus expectativas, tus metas, tus historias que contar, mi mapa se ha ido haciendo más y más grande. Lo he coloreado de varios colores diferentes y a día de hoy puedo contar historias que jamás había soñado, que jamás imaginaréis. 

Me he sentido en casa en los sitios más desconocidos, he sentido como familia a gente que acababa de conocer y debo de reconocer, que he llegado a llorar de alegría.

Me encontraba con Abi en Lyon, viendo esos espectáculos de luces increibles, cuando recordé todo lo que había luchado para llegar ahí, cuando lo ví todo desde arriba. Ese momento será uno que recordaré toda mi vida, cuando se me caían las lagrimas de lo feliz que estaba, de viajar, de conocer, de creer que todo es posible, de cumplir mis sueños.

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