Trabajar en París
Entiendo que el miedo de la mayoría de las personas cuando piensan en irse a vivir a otro lugar es “¿de qué voy a vivir?”, y la verdad que estaría mintiendo si dijiera que eso no se me pasa por la cabeza, porque la verdad es que es la pregunta que más me hago durante las primeras semanas en un lugar nuevo. Y más aún cuando, como en este caso, es un país donde no hablaba aún el idioma. Peeeeero, mi experiencia en Rio de Janeiro me decía que oportunidades van a haber siempre y que el idioma nunca será barrera.
Claro que todo esto depende de la actitud, la seguridad de cada uno. Porque ecuación mágica realmente no existe. Ahora bien, una chica sin conocimientos del francés en medio de París necesita trabajar, ¿y de qué voy a vivir? Si bien yo tenpia un trabajo remoto (es decir que tengo un trabajo que puedo hacer desde cualquier parte del mundo y sólo necesito una compu y wifi), necesitaba más que eso para sobrevivir y aún más en París, una ciudad que es carísima.
Las primeras dos semanas en París, para ser honesta, estuvieron más enfocadas en conseguir vivienda. El estrés fue tanto (sí, no se crean que es todo color de rosa) que la verdad es que mi cerebro no tenía capacidad para, además de eso, preocuparse por buscar trabajo. Pero, obviamente, empecé a pensar en qué tipo de trabajo podría conseguir acá siendo que no sabía nada de francés. Ante esto, uno debe sentarse con la cabeza en frío y empezar a enumerar cualidades que pueden ser valiosas para el plano laboral y proponerse el explotar esas habilidades al máximo.
En mi experiencia personal, mis últimos trabajos no los obtuve por un diploma universitario y tampoco por tener amplia experiencia en el rubro específico: es, sin dudas, una cuestión de actitud. Y el haber viajado tanto te da actitud de sobra. Claros ejemplos: ir a una entrevista de trabajo para dar clases de inglés en una escuela primaria en Argentina y que te entrevisten al lado de una traductora recibida y preparada para el puesto. Pero haber vivido dos años en USA le dice a tu entrevistador que no sólo debés tener un buen nivel de inglés, sino que además sos una persona independiente, autosuficiente y que se adapta a todo tipo de situación. Y es verdad.
Mis últimos empleadores me habían demostrado que es realmente una cuestión de actitud y que, en cambio de tirarle a alguien el título universitario por la cabeza (ojo! no digo que no haya que estudiar, para nada) uno tiene que trabajar en sí mismo para encontrar qué es lo que hace la diferencia entre vos y todas las personas que tienen tu mismo título o formación.
En fin, resolví que, definitivamente, mi trabajo en París tendría que estar relacionado a algo en español o en inglés. Lo primero que se me ocurrió fue buscar trabajo como profesora de inglés (en lo que ya tenía amplia experiencia) o español. Me metí en miles de sitios, googleé de todas las maneras posibles y con todas las variables posibles ese tipo de trabajos y terminé dando con una compañía que se convertiría en mi primer acercamiento al mundo laboral en Francia.
El trabajo consiste, en verdad, de una combinación de formación profesional con una pasantía muy bien paga. Aparentemente en Francia valoran mucho el idioma inglés (mucho más de lo que yo creí por comentarios que me había hecho la gente) y hay escasez de personas preparadas para cubrir puestos de enseñanza de otras lenguas. Así que esta propuesta supone estudiar durante la mañana para formarse como maestra y durante la tarde trabajar part-time como tutora.
Mandé mi currículum con toda la confianza del mundo y recibí una invitación a una entrevista. Si bien me moría de nervios y ansiedad porque no sabía qué esperar en una entrevista en el medio de París, me presenté frente a las tres entrevistadoras con mucha confianza. El hecho de haber vivido en Estados Unidos y Brasil les dió a las tres mucha confianza de que era una persona responsablesy formada para el puesto.
Y pensar que hacía una semana atrás las preguntas ¿de qué voy a vivir? ¿qué voy a hacer? parecían atormentarme un poco. No digo que conseguir un trabajo sea fácil, pero realmente uno tiene que tener la confianza de que las oportunidades están y tenemos que buscarlas.
Además de esta oferta laboral, me topé con la oportunidad de trabajar con EF, una compañía muy conocida a nivel mundial en la formación de idiomas. Empecé ambos trabajos al mismo tiempo y este era más específicamente enseñando inglés a personas en diferentes compañías, una oportunidad que abrió un nuevo abanico de oportunidades y contactos para mí en París.
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