Contratar un seguro de viaje, ¿sí o no?

La importancia de tener un seguro cuando se viaja al extranjero

No hay palabras que expresen la importancia de tener algún tipo de seguro cuando se viaja al extranjero. Conozco a muchos viajeros que prefieren no pagar un seguro. A algunos les va bien, pero, otros se ponen enfermos y, entonces, tienen que pedir ayuda para financiar sus facturas médicas. Pensadlo bien, ¿preferís gastar cincuenta dólares en un seguro o cincuenta mil dólares en facturas médicas?

Mi historia: parte 1

La primera vez que necesité un seguro en el extranjero, fue cuando vivía en Lisboa durante mi estancia Erasmus. Como vivía a tan solo quince minutos de distancia en autobús de la playa, uno de los objetivos que tenía durante ese semestre era aprender a hacer surf. Costa de Caparica tenía varias escuelas de surf y cuando elegí la que mejor pinta tenía, ya pude dar mi primera clase de surf.

Tener un seguro cuando se viaja, ¿sí o no?

Las playas de Portugal están bastante bien y son muy buenas para aprender a hacer surf.

Como casi todo, el surf parecía bastante fácil, pero no lo es para nada. Cuando ves a los profesionales, hacen que parezca fácil. Durante mi primera clase (me da un poco de vergüenza decir esto), pasé más tiempo en el agua que en la tabla. Seguramente, para la gente fue súper divertido verme, pero para mí, fue muy frustrante. Cuando terminé la clase, tenía sentimientos encontrados.

Cuando me desperté al día siguiente, me noté un dolor punzante en el tobillo izquierdo, pero no le di importancia. A la hora de comer, apenas podía andar sin gritar de dolor y el pie estaba muy hinchado, así que, en cuanto llegué a casa de la escuela, busqué en Internet cuál era el hospital más cercano. Por suerte, el hospital más cercano estaba a unos pocos minutos en metro, pero a mí me pareció que estaba a cientos de kilómetros de distancia por el dolor que tenía.

Tener un seguro cuando se viaja, ¿sí o no?

¿Veis la diferencia? Me asusté bastante, ya que era la primera vez en mucho tiempo que me lesionaba.

Tener un seguro cuando se viaja, ¿sí o no?

La foto desde otro ángulo, pero el dolor era el mismo.

Cuando llegué al hospital, había como cincuenta personas más esperando para entrar al médico y casi me echo a llorar. La situación fue la siguiente: tuve que ir al mostrador para explicar qué me pasaba, pero no hablaban inglés y yo no tenía el nivel de portugués suficiente para explicar qué me pasaba, así que tuvieron que buscar a una persona que hablara (regular) inglés.

Tuve que pagar una tasa de tramitación de cincuenta dólares y esperar con el resto de personas a que me llamaran. Si os digo la verdad, no tardaron tanto como yo pensaba, solo tuve que esperar media hora. Cuando me llamaron, me sentí aliviada, ya que el médico sí hablaba inglés.

Tardé un poco en ir andando hasta su consulta. Después de explicarle exactamente lo que me pasaba, el médico sugirió hacerme una radiografía para ver si había algún hueso roto. Fui directamente a hacerme la radiografía sin tener que esperar de nuevo para entrar. Por suerte para mí, no tenía ningún hueso roto.

El diagnóstico final fue que tenía una rotura de ligamentos y el médico me recetó unos calmantes que tenía que comprar en la farmacia. El precio de los calmantes fue de veinte euros. Cuando volví de Portugal, rellené una reclamación, presenté los recibos y la compañía de seguros me reembolsó todo el dinero en menos de dos semanas.

En Estados Unidos, donde vivo actualmente, todo esto me hubiera costado miles de dólares. Tengo que decir que cuando vivía en Europa, no apreciaba lo suficiente la sanidad gratis.

Mi historia: parte 2

Hace dos años, decidí pasar el frío mes de diciembre en la calurosa República Dominicana. Todo iba bien, hasta que mi vuelo de regreso a casa se canceló debido a una tormenta de nieve en Nueva York, donde hacía escala. Así que, tuve que afrontar los siguientes gastos extra: una noche más de hotel, llamar a la aerolínea, más comida y bebida y tuve que reservar otro autobús lanzadera desde el aeropuerto hasta mi casa.

Y ¿sabéis qué? Me devolvieron casi todo el dinero. El seguro me cubrió trescientos dólares de los gastos extras y el coste total de esos gastos fue de trescientos cincuenta dólares, así que, solo tuve que poner cincuenta dólares de mi bolsillo. Y, además, pude pasar otro día más en Santo Domingo, que es una ciudad increíble.

Mi historia: parte 3

En vacaciones, tener que lidiar con objetos robados o con un uso desautorizado de tu tarjeta de crédito puede ser un auténtico sufrimiento. Por desgracia, ambas cosas me pasaron durante el mismo viaje.

Me pasó en Roma. Un día, cuando estaba andando con mi móvil en la mano (gran error) y estaba a una calle de mi hostal, un chico en moto se paró en la esquina con bastante rapidez y estilo y me arrebató el móvil de las manos sin que yo pudiera hacer absolutamente nada.

Al día siguiente de ese desafortunado acontecimiento, recibí un mensaje de que había transferido cuatro cientos euros de mi cuenta a alguien a través de Western Union. Yo no había hecho eso, así que tuve que llamar a mi banco y bloquear la tarjeta de crédito. Menos mal que siempre llevo otra tarjeta de crédito y dinero en efectivo.

La compañía de seguros me reembolsó el dinero del móvil. Decidieron, en base a mi descripción, lo que costaba cuando fue robado y esa fue la cantidad de dinero que me devolvieron. El uso no autorizado de mi tarjeta de crédito también se resolvió gracias al seguro, aunque mi banco tardó casi tres meses en devolverme el dinero.

¿Qué seguro elegir?

Hay muchas aseguradoras y tipos de seguros para elegir, así que puede ser un poco lioso. La mejor opción es elegir un seguro médico y de viaje. La cobertura varía de una póliza a otra, pero, por lo general, cuanto más cueste el seguro, más cosas cubrirá.

Diría que tener seguro médico es algo imprescindible. Si, además, añadís un seguro de viaje, también os podrán reembolsar (si la póliza del seguro lo cubre) el dinero de los vuelos retrasados, del equipaje robado y de otras cosas parecidas.

Tener un seguro cuando se viaja, ¿sí o no?

Podéis buscar "seguro de viaje" en Google. Mi aseguradora favorita, mundialmente conocida y no muy cara, se llama Travel Insurance Club.

Pero, tener un seguro es caro. Estaré bien

Tenéis razón, los seguros son caros, pero son muchísimo más baratos que las facturas médicas. En mis viajes, un seguro para dos semanas me suele costar alrededor de cien dólares, que parece mucho, pero, como ya habéis visto, creo que pagar un seguro merece totalmente la pena.

Me ha pasado algo, ¿qué hago?

Si os ponéis malos u os lesionáis estando de viaje, lo más importante es encontrar un médico. Algunas de las compañías aseguradoras os proporcionan una lista con los hospitales que admiten vuestro tipo de seguro. Por eso, antes de ir al médico, tenéis que ver si admiten el seguro que tenéis. De esta manera, no tendréis que pagar los gastos totales del tratamiento de vuestro bolsillo.

Hay dos tipos de médicos. Unos aceptarán vuestro seguro y solo tendréis que pagar una pequeña tasa (que se os devolverá después de rellenar la reclamación y una vez que volváis a casa) y otros os pedirán que paguéis todos los gastos de vuestro bolsillo y la compañía os lo devolverá tras rellenar la reclamación.

No os olvidéis de pedir un recibo y no lo perdáis. Sin el recibo original, no podréis rellenar la reclamación.

Cumplimentar la reclamación

Cuando volváis a casa de vuestro viaje, id a vuestra compañía de seguros o a alguna aseguradora que os permita cumplimentar la reclamación online, donde también tendréis que mandar los recibos originales y otros documentos acreditativos.

Cuando rellenéis la reclamación, se os pedirá que describáis lo que pasó, cuánto costó, etc. Mi consejo es que seáis sinceros, porque ellos verificarán la información proporcionada. También tendréis que proporcionarles el número de vuestra cuenta, donde, si la reclamación se resuelve a vuestro favor, os depositarán el dinero.

En este punto, me gustaría decir que la reclamación al seguro no siempre se resuelve a vuestro favor, lo que significa que puede que no os devuelvan el dinero. A mí no me ha pasado nunca, pero a uno de mis compañeros de viaje sí. Puede pasar cuando la aseguradora piensa que el tratamiento que recibisteis no era urgente o algo así. Pero, pienso que si sois sinceros y tenéis todas las pruebas (recibos originales y la opinión de un médico) no tendréis ningún problema con eso.

Unas palabras para terminar

Algunas personas suelen decir "nunca digas nunca", pero yo me atrevo a decir que una de las cosas que nunca haré es viajar sin seguro. Al fin y al cabo, no quiero preocuparme por si pasa algo durante el viaje. Las vacaciones son para estar relajado, no estresado.


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