¿Residencia o piso compartido? Esa es la cuestión

La razón principal por la que los estudiantes que van a emprender su Erasmus por primera vez prefieren vivir en un piso en lugar de en una residencia de estudiantes es el precio. Aún así, ambas opciones son igual de válidas.

Si quieres experimentar el Erasmus en su plena esencia, lo mejor es que te vayas a vivir a una residencia para estudiantes, aunque tus padres tendrán que ajustar un poco más presupuesto. En la residencia tendrás muchas más oportunidades de conocer a gente nueva, mientras que en el piso inevitablemente te cierras un poco más.

Eso sí, ten en cuenta que en la residencia tienes que moverte tú para conocer a la gente: deja la timidez en tu habitación e intenta sacar tu lado más extrovertido. La gente en las residencias normalmente busca también hacer amigos, así que no será muy difícil.

Con esto no quiero decir que quedarse en un piso compartido sea mala opción. Tienes tus libertades, no hay reglas, seguramente no tendrás que pagar por lavar la ropa… La razón por la que no recomiendo sin pensármelo el ir a vivir a un piso de estudiantes es porque, a lo largo de nuestras vidas, pocas veces podremos vivir en una residencia con un mogollón de gente, y, si encima estás solo en un país, ¿qué mejor que expandir la posibilidad de conocer a más gente?

Ojo, que no estoy diciendo que solo por vivir en una residencia de estudiantes vayas a tener un sinfín de amistades. No nos equivoquemos, este tema depende mucho de cada uno, de la propia residencia, y de la gente que haya allí viviendo. Lo mismo el estar en un piso te hace tener una familia de amigos, o lo mismo no te llevas bien con nadie; lo mismo pasa en una residencia.

Eso sí, es un hecho que en una residencia sí que llegas a conocer a mucha gente, o a casi toda la universidad, y siempre que quieras pasar el rato con alguien no hay más que llamar a la puerta. La gente que conozco que vive en casas o pisos, si quieren salir tienen que desplazarse; y no es lo mismo que andar en pijama todo el día.

Yo misma he vivido más o menos esta situación

Durante el primer semestre estuve viviendo en una residencia pequeñita, tenía cuatro plantas y sesenta y dos habitaciones en total. No era una residencia universitaria, por lo que mucha de la gente que vivía allí o estaba estudiando un máster o trabajando. Pocos había como yo de estudiantes o de Erasmus.

Al no ser universitaria, y encima privada, los encargados no se esforzaban mucho por el bienestar de los que vivíamos allí. No llegué a conocer a mucha gente y cada uno hacía su vida, así que no hice grupo y pocas veces pasaba el rato con la gente de la residencia. De modo que, para salir y pasármelo bien, tenía que estar siempre fuera, siempre andando veinte minutos hasta la residencia de mis amigos que es donde se reunían muchas veces. Prácticamente casi todas las personas que conocí durante el primer semestre vivían en la misma residencia.

Al final, cuando el contrato expiró y pude cambiarme, ni me lo pensé: fui directa a la residencia donde estaban todos mis amigos a preguntar por una habitación libre.

Y desde entonces he estado muy a gusto allí. Sí, no es un palacio. Sí, a veces el internet no va bien. Sí, a veces los de seguridad nos echan la bronca. Sí, a veces hay vecinos que se quejan del ruido. No obstante, he abierto mis posibilidades a hablar con gente nueva. Cuando estoy de faena, estoy igualmente motivada, porque sé que cuando acabe podré salir de mi habitación y estar con mis amigos. Los domingos son para estar en casa, ¿y qué mejor que con compañía?

No quiero pintar la residencia como oro que no es. Hay gente que tiene problemas con los compañeros y la residencia no se molesta en solucionarlos. O puede que la localización no sea la mejor. O puede que empiecen a cobrar por todo…

Lo más importante

Mi recomendación es que busques información de la residencia en Internet antes de firmar ningún contrato. Google, Facebook, Twitter… ¡lo que sea! Mucha gente habrá pasado por esas habitaciones y seguro que ya han dejado sus opiniones varias veces. ¡Y lo más importante es fijarte en que no te vayan a estafar! Que hay mucho listo suelto por el mundo.

Así que ya sabes, ¡déjate guiar por tu instinto y vive una experiencia Erasmus única!

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