Qué hacer de Erasmus para aumentar tu placer: qué mascota final
Ya es hora de que un artículo de los de la saga ponga el "final" y es que sé que me explayo de vez en cuando en demasía, pero porque no quiero dejar ningún cabo suelto con respecto a los consejos para cualquier personas que se vaya y se replantee si comprar o no una mascota allí donde quiera que vaya a vivir en el próximo año.
No todo sobre una tortuga va a ser bueno y es por ello, que ahora me toca darle el punto final a las mascotas élite con sus desventajas clave:
1º- Son casi eternas: y es que el hecho de que duren de media bastante más que una persona (unos 110 años vs 75); hace que el tener una tortuga sea algo como para replanteárselo dos veces. ¿Por qué? Pues porque si eres de esas personas que tiene cariño muy rápido a los animales; el tener una tortuga que a medida que pasan los días y las semanas, se va haciendo enorme hasta límites que no puedes imaginarte; hará que en algún momento ya sea por donde vivas, por el dinero o simplemente porque no puedas tenerle el suficiente tiempo que tenerle en cuenta; la tortuga sea más estorbo que otra cosa; por lo que durando tanto y cada vez estando más grande; te será difícil deshacerte de ella, y por supuesto lo último que querrás será que muera.
En cambio si eres despegado, el mismo hecho ese de que cada vez necesitará mayores cuidados en vez de menos debido al tamaño; más vigilancia por qué hace y unas jaulas cada vez más grandes (porque eso de tenerla campando por tu casa, hazme caso que muy bueno no debe de ser); hará que de nuevo sea todo un hándicap en contra y no a favor. Estarás en una encrucijada tarde o temprano; si bien puedes estar tranquilo con que en un solo año no va aumentar tanto como parece estoy exagerando.
Además, las hay de esas que llegan a un tamaño y ya no pasan de ahí; por lo que si prefieres las cosas pequeñas, esa sera tu solución.
2º- Necesidad de higiene constante: y parecerá que no de primeras por el hecho de ser pequeñas; pero es que cuando te das cuente de que hacen sus necesidades a saber cuántas veces al día y que encima hagan lo que hagan parecerá que están echando una bomba fétida; pues ya verás cómo las tendrás que limpiar; o mejor dicho no a ellas, sino al cuenco donde las tengas, como dos veces al día. Y sí, podrás tardar tres minutos, pero el hecho de levantarte, coger el cuenco, ir a limpiarlo a la ducha (debido al cada vez mayor tamaño de donde viven), y luego volver a rellenarlo todo de agua limpia, para volver a introducir a las tortugas y mandarlas de nuevo a la terraza o donde sea que las tengas; pues no es un proceso en balde (de hecho ahora que lo pienso, no se tarda tres minutos ni siendo el mayor optimista exacerbado del mundo).
Si eres flojo y pasas del tema como muchos somos así; pues nada, prepara a tu nariz porque oler va a oler a muchos metros de distancia (y de nuevo decir que esto no es exagerado).
3º- Son reptiles: y como tal eso del cariño por parte de ellas hacia ti como persona, olvídate; porque van a su bola y poco les importa todo lo que hay alrededor siempre que haya agua para nadar, una rampita para tomar el aire y el sol y por supuesto suficientes gammarus que acompañar a esas tardes de hambre que se pasa.
Te acercas después de meses o años y siempre se esconden de primeras ocultando su exagerado cuello (eso sí que es brutal lo que pueden llegar a sacarlo); y ya si la "amenaza" supuesta continuase, pues incluso las piernas las meterán en el caparazón, para evitar cualquier ataque furtivo (como si así se pudieran librar de que se sea pesado con ellas). Tarde o temprano tendrás que sacar la cabeza y las patas y volver a la vida real; haciendo que todo siga su marcha.
El hecho mismo de que en cuanto las aguantas, te quieran morder y arañar con las patas; hace que de nuevo todo se confirme, y es que con un reptil uno nunca sabe de qué se puede tratar su futuro movimiento.
4º- Caras: si bien de comienzos, encontramos el positivo punto de que son baratas por precio de compra y porque al principio un bote de gammarus te dura lo más grande; con el paso del tiempo y a medida que vayan creciendo, los gastos se incrementarán a límites exponenciales que ya hacen que no sean tan baratas y de hechos por el contrario, sí que sean caras de cojones.
5º- Llegan a desesperarte: porque si bien de primeras ese estado de "slow motion" es hasta gracioso; cuando pasas un rato con ellas y todo lo hacen a esa velocidad que parece que su día durase como 50 horas; pues te termina sacando de quicio, en serio. Las carreras son complicadas y las peleas pocas veces se dan. Encima no te escuchan porque no tienen orejas y si le das el mítico "palpi" (o golpe de dedos) a donde están metidas; o no se inmutan porque pasan del tema o esconden el cuello en el caparazón y se inmovilizan del miedo.
Nunca podré llegar a entender este animal cómo es posible que siga existiendo y sin estar en peligro de extinción. Supongo que el hecho de durar 100 años hace que sigan siendo organismos que abundan en el mundo porque vamos..... con lo lentos que son, los depredadores deberían saber cómo abrir el caparazón y comérselos de una manera no demasiado compleja.
¿Conclusión?
Muchas cosas buenas pero también malas; hace de la tortuga una decisión de balanza por ver cuál de todas las razones es la que más pesa. Yo no creo que tuviera otra vez una tortuga como mascota; por lo que si vuestra pregunta final es con cuál de todas me quedaría tras haber explicado todo lo ya explicado en muchos artículos; creo que se ha podido ver claramente que por el conjunto de ventajas y casi ninguna desventaja (de hecho la desventaja es más imaginativa que real); hace que me quede con la rata sin lugar a dudas.
Es mi ganadora y la principal razón es la poca atención que hay que darle, junto con su poco gasto necesario y luego con todo la diversión que puedes llegar a disfrutar teniendo una y rayándote poniéndole distintas pruebas y haciéndole distintos compartimentos en su jaula. Verla correr siempre motiva por su aguante y fuerza, y es otro punto a favor de tener un rata.
No digo más y se acabó el tema del placer, de las mascotas y de todo esto de la psicología en general hasta nuevo aviso. Es hora de empezar a escribir de cosas más relacionadas con las ciudades que he vivido y he visitado.
Vamos, vamos, vamos, vamos, vamos, vamoooss, vamooooooossssssssssssss gente seguimos aprendiendo, seguimos mejorando.
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Comentarios (2 comentarios)
P P hace 10 años
al final acaban todos más estresados de erasmus que fuera, ¿por qué? piensa en ello
Anthony Power hace 10 años
Pues lo cierto es que llevas razón