Platos típicos en Finlandia
Finlandia a primera vista no parece que sea un país que tenga una gastronomía típica de lo más cuidada, de hecho puede uno pensar que sólo se preocupan por conseguir las calorías suficientes para aguantar el frío. Es un tópico al fin y al cabo, pero tampoco de los mayores que se puede tener con respecto a Finlandia. Es decir, no es una gastronomía que sorprenda (a mí por lo menos), pero a medida que vas descubriendo este aspecto de la vida en Finlandia se puede descubrir que tienen un paladar muy específico que, a veces, merece la pena descubrir. Y ya explicaré por qué ese a veces.
Durante mi estancia de Erasmus no llegué a probar todos los platos típicos, me habría gustado, pero al final sólo tuve la suerte de probar unos cuantos, quizás los más destacables. Algunos los exportaría a España y otros (en singular concretamente) los prohibiría en las aduanas (es broma). Los pongo por el orden que los llegué a probar estando allí:
Ruisleipä
Como se puede intuir por su nombre se trata del pan de centeno tradicional, algo muy típico allí que se puede comprar en todos los supermercados y en una gran cantidad de formatos. Se utiliza sobre todo para hacer sándwiches, a los que yo sólo les he llegado a encontrar el punto haciéndolos con queso.
A primera vista puede parecer un pan con sabor muy fuerte, y es algo así pero con un extraño toque amargo que no te esperas.
Mi experiencia con este pan es escasa. Recuerdo comprar una bolsa en el supermercado durante una de mis primeras semanas viviendo allí porque veía a todos mis amigos usando este pan en el desayuno. Debía de ser algo buenísimo, pensé. Le di un mordisco para comprobar como sabía y no tuvimos esa clase de amor a primera vista. Luego me hice un sándwich de jamón york y queso, luego otro sólo con queso, otro sólo con jamón… Y hasta hoy. Me quedo con el pan de trigo.
Patatas
Las hay por todos los lados, debería ser uno de los símbolos del país. Es una hortaliza con muchas posibilidades, fácil de cocinar, barata y con muchas calorías. Es perfecta. Mayoritariamente la llegué a tomar en puré y asadas, casi todas ellas en la cafetería de la universidad. Nunca me llegué a cansar.
Luego en casa nunca llegué a probar patatas como tal, ya que comprar las hortalizas suponía gastar un tiempo lavándolas, pelándolas… y no estaba muy por la labor. Así que me limitaba a comprar un paquete de puré de patatas instantáneo de marca finlandesa que estaba bastante bueno y del cual tampoco me llegué a cansar.
Karjalanpiirakka
No sé exactamente cuál sería la traducción más exacta, pero es una especie de ¿bollo? ¿empanadilla? que está hecho con pan, huevo y mantequilla como ingredientes base. Después, existen diferentes tipos de relleno, pero los más comunes son los de arroz y patatas.
Los que yo probé mayoritariamente son los primeros, y he de decir que es una de las cosas que más me gustaron de Finlandia. Quizás, el comerlos fríos las primeras veces (y que aun así me gustasen) hizo que cuando una persona finlandesa me dijese que los estaba comiendo mal, que tenía que calentarlos antes unos segundos en el microondas, me enamorase por completo.
Están en casi todos los supermercados a un buen precio y sirven para comerlos a cualquier hora del día. De lo único de lo que me arrepiento es de no haberlos comido antes.
Salmiakki
Y a esto me refería cuando decía que había algo en concreto de la gastronomía Finlandesa que odiaba. Se trata de un dulce, o al menos eso dicen ellos, que es algo parecido al sabor de un regaliz negro pero que un regusto salado y amargo que hace que uno se pregunte por qué lo denominan como dulce.
La primera vez que lo probé pensé que me estaban gastando una broma, no me entraba en la cabeza que me dijesen que ese era el dulce típico de Finlandia y que encima lo amaban. Es de locos, con todos los respetos a las personas que se hayan enamorado de este dulce.
Primera y última vez que lo probé, por supuesto. Aunque no recuerdo si hubo una segunda realmente. Quizás quería darle una segunda oportunidad en vano.
Carne de reno
Este es el plato que más tarde en probar debido a que cuando lo hice fue viajando a Laponia. El nombre en finés para la carne de reno es ‘poronkäristys’, que viene de ‘poron’, o sea reno (poco más aprendí de finés).
Es una carne que no es barata, pero tiene una gran calidad. En Laponia los renos son como las vacas en el resto de Europa, y allí es una carne muy consumida.
La probé en un restaurante en el cual la servían junto a un puré de patatas y un poco de salsa de arándanos. El sabor de la carne es seco, pero con un sabor muy potente y suave al mismo tiempo. No la sirven en filetes, más bien troceada al estilo que se trocea la carne de los kebabs.
Junto a las empanadillas, el plato que más satisfecho estoy de haber podido probar.
Y hasta aquí mi experiencia con la cocina finlandesa. Hay bastantes más cosas que no tuve el gusto de probar, pero si vuelvo no dudaré en hacerlo.
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