Ocho horas de escala en Ámsterdam
Las escalas son algo complicado. ¿De cuántas horas tienen que ser para que te dé tiempo a salir del aeropuerto y explorar la ciudad? Hay veces que he pasado horas y horas dentro del aeropuerto preguntándome cómo sería el país en el que estaba. ¡Aterrizar en un país y no poder recorrerlo es muy duro!
Una de las primeras veces que volví a casa cuando vivía en Estambul, cogí un vuelo con una escala en Ámsterdam de ocho horas. Era la escala perfecta: entre las 8 de la mañana y las 4 de la tarde, si no recuerdo mal. Iba yo sola y me daba un poco de cosa salir del aeropuerto mientras hacía escala, pero me pareció que tenía bastante tiempo y que la ciudad me llamaba. Nunca había estado en los Países Bajos y quería ver cómo era. Así que me arriesgué. Y (para que lo sepas) llegué a mi segundo vuelo con tiempo de sobra. Así que te dejo algunos consejos sobre cómo me las apañé y sobre qué hice en Ámsterdam.
1. Me organicé bien
Antes de coger el vuelo, vi qué opciones de transporte tenía para ir del aeropuerto a Ámsterdam y cuánto tardaba en desplazarme de un sitio a otro. Decidí coger el tren para ir y volver y en la página web vi que tardaría unos 20 minutos en llegar a la estación, así que me reservé unos 30-40 minutos por si surgía algún imprevisto. También fui con tiempo de sobra para comprar los billetes, algo que me costó un poco en la estación.
2. Dejé mi equipaje en la consigna del aeropuerto
Como busqué información con antelación, sabía dónde podía dejar mi mochila antes de poner un pie en Ámsterdam; por eso, no tardé nada en descargar mis cosas y en salir hacia la ciudad con solo mi bolso, lo cual me resultó mucho más cómodo que ir cargada.
3. Decidí pasear por la ciudad en lugar de hacer tours o ir a museos
Esto también lo hice pensando en cuánto me quería gastar, ya que en esa época no trabajaba y quería controlar mis gastos. Además, pasear por una ciudad es la mejor forma de conocerla y de saber cómo son sus habitantes. Uno de mis recuerdos favoritos de ese día es estar sentada al lado de un canal comiendo galletas que llevaba en el bolso (la comida en Turquía es mucho más barata que en los países europeos). Miraba a los barcos que flotaban en el agua, y a los ciclistas pasar por delante de mí. Corría una brisa fresca, y por suerte me había traído un jersey aunque estábamos en julio (soy muy previsora). Fue un momento precioso en el que me di cuenta de cómo son en realidad los Países Bajos.
4. Mi único destino fue la biblioteca pública de Ámsterdam
La biblioteca era impresionante. Era un edificio de líneas rectas y curvas suaves, de tonos blancos, negros y marrones. Paseé por la planta superior, desde donde se ve la sección infantil, y era como un paraíso para niños. Leí en algún sitio que John Green escribió parte de "Bajo la misma estrella" en esta biblioteca y la verdad es que me lo creo —es inspiradora. Incluso había unos sillones raros para sentarse (los podéis ver en una foto más abajo).
Dentro de la biblioteca, sonaba una preciosa melodía de piano; seguí la melodía hasta llegar a la planta baja, donde había un piano para que la gente pudiese tocar. El pianista que había en ese momento era muy bueno, y a los pocos minutos comenzó a tocar una canción que la gente conocía. Algunos se acercaron al piano y comenzaron a cantar. Fue un momento precioso.
Caminé tanto en mis primeras horas en Ámsterdam que acabé volviendo al aeropuerto demasiado pronto y me dio tiempo a editar un vídeo que había grabado durante mi visita a la ciudad. Tardé un poco en volver a pasar por los controles de seguridad, pero llegué a la puerta de embarque con tiempo de sobra.
Valió muchísimo la pena pasar unas horas en Ámsterdam. Creo que una escala de siete u ocho horas es lo mínimo para salir del aeropuerto y explorar la ciudad, y que planearlo todo es la clave para que salga bien.
¡Date una vuelta por la ciudad y explora!
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- English: 8 Hour Layover in Amsterdam!
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