Mi experiencias compartiendo piso y algunos consejos
¿Cómo es la experiencia de compartir piso?
Si nunca has compartido piso, puede que te preguntes cómo es hacerlo. Te puedo asegurar que todo depende de las circunstancias. A veces, compartir con otros estudiantes es muy entretenido, especialmente si son Erasmus. Los estudiantes son jóvenes (normalmente), abiertos y divertidos. El problema está cuando tienes que compartir piso con gente que no está acostumbrada a la idea de compartir, ya que una vez que empiezas a compartir piso, tienes que limpiar lo tuyo, lavar los platos y limpiar cierta parte del apartamento (a veces tienes que limpiar el apartamento tú solo). Por lo tanto, debes ser capaz de lidiar con otras personas y aceptar sus diferencias. Los problemas serios surgen cuando tú no puedes aceptarlos o ellos no te pueden aceptar a ti, lo que me ha pasado varias veces.
Durante mi estancia Erasmus, tuve que compartir piso con dos chicos que nunca, nunca limpiaban lo que ellos mismos ensuciaban. El piso estaba hecho un desastre, pues, de hecho, ninguno tiraba la basura o fregaba sus propios platos. Siempre había una pila de platos en el fregadero. Afortunadamente, solían irse a su casa los fines de semana, así que aprovechaba mi tiempo a solas para limpiar un poco. Te aseguro que no fue una experiencia agradable. Ni siquiera me hacían caso cuando les decía que el piso estaba sucio y desordenado; no les importaba lo más mínimo. Además, se supone que iban a llamar a uno de nuestros proveedores de Internet en la ciudad e iban a firmar un contrato para tener Internet. Lo prometieron, pero nunca lo hicieron. Me ofrecí a hablar yo con los proveedores y firmar el contrato, pero me dijeron que no era necesario y que ellos se encargarían. No obstante, nunca lo hicieron, así que me pasé el primer semestre Erasmus sin ninguna conexión a Internet. Cuando tenía que estudiar, solía ir a la biblioteca, pero como la cerraban los sábados por la tarde y los domingos, recuerdo que a veces iba y me quedaba cerca de la plaza ya que había conexión inalámbrica gratis. Hacía muchísimo frío en invierno, pero intentaba aguantarlo y comprobar todo lo que tuviera que comprobar online.
Además, nuestros caseros, los dueños del piso, también nos dieron problemas. No se nos permitía tener ningún tipo de calefacción, a excepción de los radiadores que había en el piso. Pensé que no sería ningún problema, pero una vez encendidos, se apagaban solos media hora después. Al rato, volvían a funcionar. Los dueños habían puesto los radiadores a veinte grados y nosotros no podíamos cambiar la temperatura. Desafortunadamente, hacía mucho frío fuera y un radiador pequeño, a veinte grados y que no funcionaba todo el tiempo, no podía calentar la habitación. Asimismo, el dueño había fijado la cantidad de agua en la ducha para que saliera menos, ya que las facturas estaban incluidas en el precio del alquiler. No obstante, como no es justo hacer a la gente sufrir en invierno, compré un radiador eléctrico pequeño, que tenía dos opciones de temperatura. Cada vez que lo ponía a dos, la luz se iba: fue horrible. No sé ni cómo sobreviví. No obstante, eso no es todo, mis caseros a veces venían sin llamarnos o avisarnos de alguna forma ya que estaban intentado alquilar las habitaciones de forma separada. De hecho, venían con frecuencia a comprobar las dos habitaciones libres que tenían. Uno de mis compañeros de piso hasta dijo que había visto a la casera fregar los platos. Él volvió de casa y allí se la encontró, fregando los platos en nuestro piso.
Mi segundo piso estaba genial. El lugar en sí no era nada especial, pero la gente era maravillosa. No solo era barato, sino que además estaba justo al lado del puente principal. Tuve buenos compañeros de piso que se limpiaban todo y me enseñaron lo interesante que era Eslovenia. Como tuve la oportunidad de salir con todos, pude ver lo geniales que eran. En verdad, eran increíbles; tuve mucha suerte. Hasta hacíamos una lista para saber cuándo teníamos que limpiar el apartamento. Como no era uno grande, cada uno de nosotros cuatro tenía que limpiarlo cada tres semanas. Compartir piso con ellos fue entretenido, ya que casi nunca me molestaban. Dos de ellos trabajaban, así que no pasaban mucho tiempo en el piso, y el tercero era una estudiante. Lo bueno de la última es que era muy simpática y tranquila, así que no hacía ruido o algo por el estilo. En definitiva, me encantó compartir piso con estas personas, aunque el edificio fuera viejo y siempre me diera la sensación de que iba a desmoronarse. Sin embargo, como nos renovaron el piso, al final estuvo bien. Teníamos todo lo que necesitamos, así que no puedo decir que no fui feliz allí.
Después, he compartido piso con más gente a lo largo de los años y, la mayoría del tiempo, suele ser difícil. Lo bueno de compartir piso es que, si tienes suerte, conoces a personas maravillosas que hasta se pueden convertir en amigos de verdad. Durante mi segundo año en España, por ejemplo, tuve que compartir piso con dos chicas. Una no estaba para nada contenta y todo le molestaba. Estaba obsesionada con la limpieza, así que nunca estaba satisfecha con la condición del piso. No me sorprende que, al final, dejara el piso. Se notaba que no soportaba vivir con nosotras, incluso cuando no teníamos nada contra ella. Por el contrario, la chica que vino después era muy agradable y tranquila. Estaba satisfecha con todo y nada parecía molestarla. Me encantó vivir con ella. No obstante, mi compañera favorita era la otra, una persona maravillosa que acabó convirtiéndose en una muy muy buena amiga. Siempre me sentía relajada con ella porque era muy abierta de mente y, como a la otra, nada parecía molestarle. Era muy buena aceptando gente diferente; es más, sabía que la gente lo era y que, por eso, reaccionaría de forma muy diferente a ella en diversos aspectos. No le molestaba lo más mínimo. Además, le encantaba comunicarse con la gente y estar en grupos grandes. Echo de menos vivir con ella. Admito que no éramos muy organizadas a la hora de limpiar nuestro piso o comprar cosas para la casa, pero, al final, todas contribuíamos.
Ahora mismo vivo en Madrid con otras dos chicas. Casi nunca me he sentido más tonta y sola que en este piso. Siempre están intentando dar con algo para estar molestas. Puede que sea algo poco importante, pero les da igual. Siempre encuentran una excusa para discutir lo estúpido que es todo. Esto también se aplica a nuestro piso. No importa lo que haga, siempre lo hago mal. Puede que haya olvidado algo o me puede que me estuviera sintiendo mal, no les importa, siempre tengo la culpa. Una de ellas está completamente obsesionada con la limpieza y, si las cosas no son como ella quiere, te lo suelta de inmediato. Puede que la hayas ayudado muchas veces, pero no importa. Una vez que has cometido el error, este es lo más importante del mundo y ya está. No sé cómo voy a sobrevivir este año. Me quedan aún seis meses, pero ya quiero dejar el piso y cambiar la situación. Me temo que si hablara con estas chicas, nada mejoraría. Además, están en mi grupo, así que si tengo algún problema con ellas en casa, tendría que verlas también en clase. Por tanto, la situación es, sin duda, complicada.
Para concluir, voy a dar unos consejos basados en mi experiencia compartiendo piso con otra gente:
- Define lo que estás buscando. Si quieres irte de fiesta casi todo el tiempo, deberías vivir con estudiantes Erasmus, ya que les encanta ir de fiesta y viajar y te lo pasarás muy bien en casa.
- Si prefieres un ambiente más tranquilo y relajado, puede que prefieras vivir con personas que trabajen o tengan mucho que estudiar, pues suelen salir del piso por la mañana y no vuelven hasta la noche. Tienden a organizar su tiempo, así que probablemente no te molestarán nunca.
- Si quieres aprender la lengua del país en el que vas a vivir, deberías buscar estudiantes de la zona, pues hablarán mucho mejor que tus amigos Erasmus. Incluso si vives con un Erasmus que hable dicha lengua, es muy probable que no aprendas mucho porque no será un hablante nativo, así que cometerá muchos errores.
- Asegúrate que limpias todo lo que ensucias. Es importante.
- Sé abierto y habla de todos los problemas que crees que hay en cuanto a la relación con tus compañeros de piso.
- Respeta el espacio personal de tus compañeros de piso. No entres a sus habitaciones sin su consentimiento cuando no estén en casa.
- Siempre paga tu parte del alquiler y las facturas a tiempo.
- No hagas mucho ruido cuando tus compañeros estén durmiendo o tengan exámenes importantes.
- Si te gustan tus compañeros de piso, deberías hacer que os convirtiérais en buenos amigos, pues es una de las mejores relaciones que puedas tener debido a todo lo que habéis compartido.
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