Las endorfinas como método de placer
No hay que olvidar que uno cuando viaja y va conociendo nuevos sitios y personas; va con la idea de tener experiencias nuevas, buenas, y si son divertidas pues mejor que mejor. Todo ello es gracias a unas hormonas; las del placer, que harán que una experiencia determinada sea considerada como buena o no dependiendo de si segregamos más o menos de este tipo de hormonas: las endorfinas.
¿Qué son en definitiva las endorfinas?
Son un conjunto de neurotransmisores que se fabrican en la glándula pituitaria; pero que de ahí se transmite al cerebro, que será el encargado de llevarlas a todo el recorrido de nuestro cuerpo.
¿Cuándo las creamos o mejor dicho, las segregamos?
Pues cuando hacemos actividades placenteras, agradables para nosotros. Lógico que esto cambia con respecto a cada persona y que por ejemplo una actividad como el surf a algunos les hará segregar un mayor número de estas hormonas que a otros.
Se ha demostrado que la manera natural más saludable de crear este tipo de hormonas, las endorfinas; es al realizar actividad física aeróbica (es decir, que podamos llevar a cabo por un tiempo considerable). En cambio las actividades anaeróbicas como un sprint de 50 metros, producirá una mayor catabolización (destrucción de energía), que lo contrario; ya que se necesita ATP rápido y sin tiempo de realizar todo ese proceso satisfactorio de quema de azúcares y conversión en energía (ATP = energía).
¿Cómo es su estructura química?
Parecida a conocidas drogas como la morfina; disminuyendo el dolor y haciéndote estar como en una nube. Es una sensación de relajación que recorre todo tu cuerpo, y con la que te sientes especialmente bien. Si lo ayudas con una respiración correcta, profunda y con las técnicas necesarias como para llevar toda esa energía de tu cuerpo al cerebro; llegarás al éxtasis de manera totalmente saludable y aconsejable.
¿Cómo darse cuenta de si este tipo de hormonas son segregadas en nuestro cuerpo en una dosis alta o baja en un día?
Pues es muy simple; y es que ese estado de felicidad que sentimos en momentos de nuestra vida; denotan una alta cantidad de segregación de endorfinas; y eso se traduce en una mayor alegría, sonrisa, risas y al fin y al cabo, diversión y placer.
Esas cosas se transmiten, y no solo te sirve para encontrarte en un estado perfecto de placer por dentro; sino que al estarlo también por fuera y transmitirlo allá por donde viajes; te hará posible el conocer más personas, tener más amistades y seguir ampliando tus fronteras y tus ganas de vivir.
¿Cuál es el estado vital con mayor número de segregación de endorfinas?
Sin duda el amor. Se ha demostrado que una persona enamorada segrega una cantidad que llega a multiplicar por diez la que una persona normal segrega en su día a día.
Y es que el arma más potente que disponemos es nuestra mente; y con solo un pensamiento de la persona a la que amamos, activaremos el funcionamiento de estas hormonas para que segreguen placer a expuertas.
El día que llegue en el que por haber quedado con tu pareja, en vez de sentir mayor felicidad y placer por dentro; se te cambie la cara a mal y sea una cosa que te cueste; dile adiós al amor y a tu pareja, porque estaréis perdiendo el tiempo.
¿Conclusión?
Luchar por la felicidad es materia esencialmente nuestra; y allá por donde vayamos debemos transmitir nuestra alegría. Como bien demuestran los estudios científicos, la mayor parte de este placer es gracias al cerebro y es por ello que el creernos alegres, felices y tranquilos; hará que así se traduzca en cuanto a segregación de hormonas y por ello más fácil será que así se produzca.
El creer es mucho más importante de lo que nos dicen; y es que el ser queda en un segundo plano, pues nada es eterno y todo fluye (como ya nos exponía Heráclito). Sigue viviendo, avanza, sonríe y provócate placer.
Vamos, vamos, vamos, vamos, vamos, vamoooss, vamooooooossssssssssssss gente seguimos aprendiendo, seguimos mejorando.
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