Lagunillo misterioso, valle del río Dílar

Tercera excursión del ciclo de verano de actividades en la montaña de la Universidad de Granada (UGR)

Lagunillo misterioso, valle del río Dilar

Si participas en una actividad en la montaña con el grupo de la UGR, seguro que quieres repetir la semana siguiente.

Y sí, tras haber descubierto rincones desconocidos en compañía de gente encantadora, no queremos que acabe nunca. Nos entra el ansia de nuevos e interesantes descubrimientos.

Sábado 16 de junio de 2018: Lagunillo misteriosos, valle del río Dílar

Cambio en el programa: modificación del itinerario debido a las condiciones meteorológicas

A pesar de que el sol está fuera, sigue habiendo una fuerte presencia de nieve.

El itinerario del sábado 16 de junio de 2018 tuvo que modificarse. En lugar de ir de excursión a la "laguna de las cabras", como estaba previsto, fuimos a Lagunillo misterioso del valle del río Dílar.

Las inscripciones para la excursión del 16 de junio de 2018

El plazo de inscripción para la excursión del sábado 16 de junio de 2018 permaneció abierto en las siguientes fechas:

  • Para la comunidad universitaria: a partir del 11 hasta el 13 de junio de 2018.
  • Para los no universitarios: del 12 al 13 de junio de 2018.

A modo de recordatorio, las inscripciones al ciclo de verano al completo han estado disponibles durante el mes de mayo de 2018:

  • Para la comunidad universitaria: a partir del 2 hasta el 17 de mayo de 2018.
  • Para los no universitarios: del 7 al 17 de mayo de 2018.

Desarrollo del día de senderismo

Salimos desde Neptuno a las 8 de la mañana y volvimos al centro de Granada sobre las 8 de la tarde.

Recorrimos entre 15 y 20 kilómetros en unas 6 horas.

Subimos a más de 2500 metros de altitud.

El camino hasta la cima

En esta ocasión, no nos subimos viejas furgonetas, sino en un minibús de lujo.

El camino fue muy agradable, a pesar de todas las curvas. Los paisajes que veíamos por la carretera estaban cargados de sorpresas.

Los caprichos de la nieve

Llegamos a nuestro punto de salida: el albergue universitario, que está en lo alto de Sierra Nevada. En un lugar en el que, en invierno, los estudiantes (y todo el que quiere) se lo pasan en grande haciendo esquí.

El guía de nuestra excursión por la montaña (en verano) se convierte en monitor de esquí en invierno en el mismo lugar de la montaña.

En esta época del año, es muy raro que haya tal cantidad de nieve en Sierra Nevada. Por tanto, se podría decir que el año 2018 está siendo especialmente blanco en Sierra Nevada. Los excursionistas más experimentados llegaron incluso a confesarme que era la primera vez (en todos los años que llevan haciendo senderismo por Sierra Nevada) que habían visto tanta cantidad de nieve en este periodo estival del mes de junio.

Antes, Sierra Nevada era una reserva natural de hielo, que alimentaba a la ciudad de Granada y sus alrededores. Con el fresco de la noche, la gente se iba a la montaña con sus burros para poder cargarlos luego y volver a la ciudad por la mañana temprano. Tras haber recogido la nieve y el hielo, lo ponían todo en paneles, que antiguamente se asilaban con una hierba aislante, y lo cargaban en los burros.

En esa época, la recogida de hielo en Sierra Nevada se convirtió en un auténtico negocio. Las parcelas nevadas pertenecían, y todavía siguen perteneciendo (aunque ya no sean útiles), a las familias más poderosas de Granada.

Desde los años 80-90, la nieve de las cumbres dejó de ser "eterna" y empezó a desaparecer con la llegada del verano. Por esta razón, en este mes de junio de 2018, es tan sorprendente que aun podamos encontrar nueve a esta altitud.

Una caminata casi tan vertical como una cascada

Lagunillo misterioso, valle del río Dilar

Subimos y bajamos montañas totalmente verticales, zigzagueamos de un lado a otro para trazar un camino que fuera, más o menos, seguro.

Teníamos que avanzar en fila india (debido a lo estrecho que eran los caminos) y dejando una distancia mínima entre nosotros (para evitar que la persona de atrás recibiera alguna piedra que se desprendiera por culpa de nuestros pasos tambaleantes).

Un camino (arriesgado) que merece la pena

El camino que recorrimos estaba lleno de espectáculos naturales impresionantes.

  1. Por todo el camino, bordeamos el transcurso del agua, subimos hasta la cima siguiendo la huella de las cascadas.
  2. Preparamos un picnic para comer en Lagunillo misterioso.
  3. Vimos muchísimos animales "salvajes" (cabras, chivos, caballos, vacas, etc. ) en total libertad en mitad de estas montañas naturales, que les dan todo lo que necesitan. Podéis consultar mi artículo sobre la fauna de Sierra Nevada.

Lagunillo misterioso

Lagunillo misterioso, valle del río Dilar

Lagunillo misterioso, valle del río Dilar

El "Lagunillo misterioso" tiene realmente un algo misterioso...

Está escondido en lo alto de una de las cimas.

Es de color azul (el cielo se refleja en el agua), pero rozando el negro (la oscuridad de la roca se deba probablemente a esta mezcla de colores). Sin embargo, el agua es totalmente transparente (podemos comprobar su profundidad a primera vista).

El agua que fluye hasta el pequeño lago, que se formó en los huecos de esta montaña, es tan clara que puede beberse directamente de la salida de la roca gris, que la filtra perfectamente.

Lagunillo misterioso, valle del río Dilar

En realidad, el lago es mucho más bonito de lo que se aprecia en las fotos.

El (los) sol(es) estaba(n) con nosotros

Todo el día se desarrolló bajo un sol resplandeciente. Aunque es agradable ponerse moreno mientras que vas caminando, puede llegar a ser agotador. El calor nos estaba dejando sin aliento (y eso que ya la altitud había hecho que trabajásemos los pulmones), nos cansamos más rápido (subir y bajar cuestas verticales bajo un sol abrasador te agota). Además, no había solo un sol, sino miles: el sol se reflejaba en la nieve y quemaba por todas partes.

Tras el esfuerzo, llega la recompensa

Después de todo un día caminando, volvemos al punto de salida.

Nos tomamos un refresco en el albergue de la universidad y el gerente nos invitó a una comida en el albergue (que, al parecer, conocía bien al grupo de senderistas y al guía de montaña de la UGR). Comimos patatas fritas, olivas al ajillo, morcillas, un plato típico de la zona montañosa de Sierra Nevada (hecho con patatas, jamón, huevos, champiñones y pimientos recubiertos de aceite), carbonada con una salsa especial y pan. Pudimos recuperar las fuerzas que teníamos antes de empezar la excursión.

Un observatorio a lo lejos

Lagunillo misterioso, valle del río Dilar

A dos pasos de donde estábamos, había un observatorio hace unos años, pero, debido a la contaminación continua de la ciudad, tuvieron que desplazarlo a un lugar más elevado. La razón es que las nubes de contaminación obstaculizaban la vista sobre la ciudad de Granada y sus alrededores.


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