La soledad de Erasmus: 4º part

Publicado por flag-es Anthony Power — hace 10 años

Blog: La psicología de un buen Erasmus
Etiquetas: Consejos Erasmus

Porque tú ya no estás aquí, te llevo soledad en mí; y abrazo tu sol, tu voz, mi soledad por ti..... estas son unas palabras de la misma canción que sigo escuchando ahora mismo mientras escribo a eso de las 4 de la mañana (cómo me estoy acostumbrando a esto de la noche que no puede ser demasiado bueno, estando inactivo por las mañanas luego, claro); pero que nos dice mucho sobre la soledad.

En este fragmento lo que el autor nos quiere decir, que por el hecho de ya no estar esa persona de la que habla, ya todo se convierte en soledad. Echa de menos su voz, su olor, su tacto, todo en general; y ello le hace sentirse solo sin duda alguna.

¿Qué hemos podido saber de los últimos artículos sobre la soledad?

Pues que se compone de tres elementos clave, y es que es temporal y por ello tranquilo que se pasará; por otra parte, puede ser voluntaria o involuntaria, si bien me centraré en la que creo es más importante como es la voluntaria; y por último que compañía no solo se refiere a personas, sino a todo aquello que nos cause sentimiento en nosotros.

La conclusión de todo, es que por el hecho de tener una connotación negativa como la tiene la palabra "soledad"; sigue siendo todo un estado mental que hará por ello que dependa sobre todo de nosotros y no de otro factor externo; el que nos sintamos de esta manera. Y es que ha podido ser una soledad como la entendemos como ausencia de personas; involuntaria, como el hecho de que tus padres se hayan ido un mes de vacaciones a Menorca; y seguir sintiéndolos allí en tu casa hablando cada poco tiempo con ellos por Skype. Ello nos dice que todo está en nuestra mente y que por tanto, si no queremos meternos en ese estado, no nos meteremos.

¿Pero es que acaso tengo que estar siempre con gente o algo que me haga sentir o qué?

Por supuesto que no, y de hecho cada vez conozco más personas frías que eso del sentir le suena a romanticismo peliculero, definiéndose ellas por racional, a veces excesivamente racionales. Yo mismo me he llegado a meter en ese campo de "excesivos racionales"; y es que hubo un momento, un año en mi vida en el que (justo el año antes de irme de Erasmus por cierto) me la soplaba prácticamente todo; dándome igual el tener más o menos contacto con las personas y si salía o no los fines de semana, etc. Ello me hacía a mis ojos en aquel momento más fuerte; pues no dependía de nada ni nadie para hacer las cosas que quisiera y no perder el tiempo; pero todo ese pensamiento cambió desde que estuve de Erasmus.

Conocer gente de todas las partes del globo terráqueo te hace abrir la mente de una manera extraordinaria (en todos los sentidos); y ello hace que te cuestiones cómo era posible vivir en aquella burbuja aislada que era España y más concretamente Sevilla y Jerez sobre todo (Jerez recuerdo donde vivo con mis padres, y Sevilla donde sigo estudiando). La experiencia Erasmus me hizo valorar mucho más a la gente, que antes se encontraban en un pedestal muy bajo en el orden de prioridades; y es que se puede aprender de todas las personas que uno conoce, y el hecho de tener prejuicios y tachar a alguien de X manera sin darle esa oportunidad que puede ser el tomarte un café con ella; no tiene sentido pues estarías perdiéndote seguro una persona que merece la pena sin haberle dado ni un segundo de tu vida.

¿Pero es que todas las personas merecen la pena?

Claro que no, pero sí que de todas puedes aprender algo. Una cosa no quita la otra y todo depende de nuevo, de tu actitud con la que te tomes a las personas que vas conociendo; si como simples intermediarios que llegan y te la "soplan", o de personas humanas con sentimientos y pensamientos que pueden ser tan válidos como los tuyos y por ello, merecen ser escuchados y tratados como tal.

No hay que nublarse tampoco con ciertas personas, a las que hay veces se engloria en exceso y no le hace ni a ella ni a ti ningún favor. He conocido gente que se te hace una lapa detrás tuya desde el momento en el que la conoces, y esa tampoco es la idea, por parte de ninguna de las dos vertientes.

La oportunidad hay que darla siempre, pero hay que saberla quitar cuando llegar el momento adecuado. Tu experiencia, sabiduría y madurez hará que se la quites antes o despues dependiendo del tiempo que hayas dedicado a una persona en concreto.

Continuará....

Vamos, vamos, vamos, vamos, vamos, vamoooss, vamooooooossssssssssssss gente seguimos aprendiendo, seguimos mejorando.


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