La soledad de Erasmus: 2º part
Comenzaba esta saga hace unos minutos hablando de un tema como es la soledad; la cual ha sido sentida por todos alguna vez en la vida; y es que todos llegamos un día, en el que sin quererlo ni beberlo (esa expresión debería ser motivo de artículo un día para descubrir de dónde viene), nos encerramos en nuestro cuarto, echamos el pestillo o la llave en cuestión, y no queremos ver a nadie.
Nunca vienen mal esos momentos de soledad, en los cuales reflexionamos y terminamos valorando todo lo bueno que nos pasa en nuestra vida. El proceso por el que una persona es capaz de sentarse consigo misma y analizarse por completo; es de los procesos más bonitos que se puedan llegar a enfrentar a lo largo de nuestra existencia; pues nos ponemos serios y sinceros con nosotros, sin tapujos y con la consigna de que ante todo, nos queremos y por ello queremos lo mejor.
Todo eso se consigue en un momento de soledad; ya que aunque haya personas que les encante esos ratos a solas; dudo que nadie diga que prefiere siempre estar solo y no hablar con nadie (estaríamos lo más seguro en casos de fobia social; lo cual es otro tema a parte). Es por ello que vengo desentrañando todo este concepto de la soledad, desde principio a fin, para ver sus posibles causas una vez definamos de buena manera qué es la soledad; y luego por consiguiente ver las consecuencias de ella y el cómo podemos solucionar ese estado en el que nos encontramos.
Sin duda lo relacionaré todo ello con la Erasmus, pues aunque poca gente se lo llegue a creer; uno en una estancia como esa de 5 meses o 10; tiene momentos de mayor tranquilidad con respecto a personas conocidas y conversaciones diarias; y termina abrazando la soledad por unos momentos que pueden llegar a días o semanas (ya lo veremos más adelante, todo a su tiempo).
En el anterior artículo, una vez vimos que la definición de soledad por la RAE era: “carencia voluntaria o involuntaria de compañia” ; ya hemos visto que por tanto una de las características de esa soledad, era la temporalidad (el que euiera ver por qué “carencia” da a temporal, que se vaya al anterior artículo); y ahora no queda otra opción que seguir adelante observando los demás puntos:
2º- Voluntaria o involuntaria: dejando la puerta abierta a si lo hemos provocado nosotros el no tener contacto social; o directamente las circunstancias de la vida lo han determinado todo así.
No es un mero trámite este punto, y sí en cambio deberíamos analizarlo de buena manera para llegar a ver toda su trascendencia. Si todos miramos a la “soledad”, como algo no demasiado bueno; ¿qué sentido tiene que sea algo voluntario?
Pues racionalmente si siempre fuera malo, no tendría ningún sentido; pero es que no todo es blanco y negro y en este caso, dependerá de la circunstancia a tratar, el poder dilucidar si ese acto en concreto de voluntariedad en la que por ella pasamos de los demás; será malo como parece de primeras por la definición, o en cambio nos servirá para seguir creciendo y mejorando como personas. Todo ello depende de la persona que seamos y del tiempo y la probabilidad de que esto de que voluntariamente nos aislemos, pase a lo largo de nuestra vida.
No es lo mismo que sean pocas veces las que nos aislemos y pasemos de todo; a que sea cada dos días, en los que uno nadie me ve el pelo. Todo es relativo y hay que comprender todo lo de alrededor de una persona; si bien en absoluto tiene por qué ser malo el hecho de estar solo; y en cambio sí que puede servirte para relajarte un rato, desconectarte del mundo y con ello como he venido hablando en otros posts anteriores; segregar mayor número de hormonas de placer.
Por otro lado, el que de manera involuntaria nos quedemos solos, es algo natural de la vida de toda persona; algo que no se puede llegar a controlar plenamente y que por tanto, no tendrá la importancia necesaria en estos artículos en los que me centraré sobre todo en aquella soledad que ha sido voluntaria y que denotan un “algo me ocurre aquí”. Aún así, a todos de nuevo nos ha pasado alguna vez, que hemos quedado con nuestros amigos para salir de fiesta, y que en el último momento dos se rajan y al quedar dos finalmente; el tercero también lo hace, se va a Cádiz a cuidar el gato y adiós que te vi; te quedas solo un viernes en tu casa, sin ningún sentido aparente.
No pasará absolutamente nada, pues tú querías sociabilizarte y el destino ha querido que no ocurriese; lo cual te permitirá hacer otras cosas a “tu bola”, que pueden llegar a ser mucho más provechosas. Porque que nadie se engañe; las principales cosas que nos servirán de manera individual como “Pepito Pérez”; serán cosas que las tendremos que hacer nosotros solos, como pueda ser el hecho de leer un libro o estudiar para un examen.
Claro que puedes quedar con gente para hacer cualquier cosa, pero eso nos haría dependientes y tampoco es plan de llegar hasta ese extremo. Todo tiene un límite y ya iremos viendo a lo largo de los capítulos como esta voluntariedad vs involuntariedad; será tema que se irá repitiendo conforme avancemos en las explicaciones.
Continuará....
Vamos, vamos, vamos, vamos, vamos, vamoooss, vamooooooossssssssssssss gente seguimos aprendiendo, seguimos mejorando.
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